Segovia

Un cribado voluntario permite detectar niños superdotados

El cribado consta de tres fases. Por un lado, el profesorado cumplimenta una escala sobre el alumnado de su aula. Dicha escala mide lenguaje, aprendizaje, psicomotricidad, motivación, personalidad y características de creatividad. En el caso en el que se iguale o supere un punto de corte establecido, desde el centro educativo se envía a las familias una carta con un usuario y contraseña, para que colaboren en el proceso cumplimentando una escala que mide los mismos apartados.

Si la familia lo autoriza, el orientador aplica una prueba objetiva de inteligencia, solo para los alumnos que igualen o superen el punto de corte establecido en la escala facilitada por las familias. En caso de que en el cribado se superen las tres fases del proceso, conlleva la posibilidad de alta capacidad, que deberá ser corroborada posteriormente por una evaluación completa realizada por el servicio de orientación del centro.

La presidenta de la asociación Altas Capacidades de Segovia, Eider Bozasurrutia, subraya que el programa no funciona porque el primer cribado corresponde al tutor. «Si no cree que tenga altas capacidades, no pasa a la siguiente fase». Tilda la prueba objetiva como «limitada y excesivamente centrada en lo matemático» y pide objetivar al máximo posible el primer peldaño de la ecuación. «Nuestra petición es que debería pasarse una prueba objetiva rápida a todos los niños».

Una vez detectados, el programa de enriquecimiento extracurricular de la Junta es voluntario, gratuito y se realiza fuera del horario escolar. Durante el presente curso escolar, tuvo lugar en el IES Andrés Laguna de 10:00 a 12:00 horas, en cuatro sábados.

Hay varios talleres para los alumnos con altas capacidades. Para los niños entre primero y cuarto de Primaria —ambos inclusive—, hay un programa llamado TIC, con actividades de radio y creación de podcast, realidad virtual o aumentada y robótica. Los niños de quinto y sexto pueden optar por Astronomía, una ciencia cuyos contenidos que se trabajar de una forma lúdica y experimental: planetas a escala y distancias, movimiento solar, reloj de sol, movimientos y fases lunares, astrónomos famosos o exploración espacial.

El programa de Mediciones es para alumnos entre cuarto y sexto. A través de este taller, el alumnado valora las mediciones desde la prehistoria a la actualidad a través de una metodología manipulativa y lúdica, «fomentando el pensamiento lógico, la creatividad y el movimiento». Por último, en Matemáticas, la única opción para los alumnos de Secundaria, el profesor trabaja en juegos en pos de identificar estrategias ganadoras y aprender métodos para desarrollar estrategias propias. Los talleres fueron en total impartidos por nueve docentes y acudieron 35 alumnos.

Una de las críticas de los padres es que manda el perfil científico. Otra, que son insuficientes. La falta de actividades impulsó a los progenitores, que empezaron a reunirse en parques, aunque las edades oscilan desde los cuatro años a otros que van al instituto, la minoría. «Nuestra idea es que no se sientan raros y vean que hay niños como ellos», subraya Bozasurrutia. Y luchar contra esa falta de vínculos en el aula ante la falta de intereses comunes de niños que dicen: «En el cole estoy bien, pero no son mis amigos, son mis compañeros». Así han creado una aún modesta agenda con actividades como una quedada de juegos de mesa con la asociación Ludoducto.