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A. Gomez
Segovia
Lunes, 2 de noviembre 2020, 08:07
El gerente de Asistencia Sanitaria de Segovia, Jorge Elizaga, puso el punto y final al ciclo dedicado al SARS CoV-2 con el que la Fundación Científica del Colegio Oficial de Médicos retomó la formación continuada. El contenido generó un enorme expectación, que se ha visto respondida con la asistencia de figuras expertas del ámbito nacional. El también director del Hospital General reconoció que este coronavirus azotó un sistema que se apoyó en exceso en el buen hacer de los profesionales y que estaba lastrado por algunas carencias en infraestructuras que el virus ha dejado en evidencia. También insistió en el llamamiento a la responsabilidad de cada individuo para evitar la expansión y no colapsar las UCI.
–¿Qué balance hace de la respuesta dada a esta pandemia? ¿Qué se hizo mal?
–Al finalizar la parte más dura de la primera ola fuimos conscientes de los déficit que habíamos tenido en la atención de los pacientes covid. Primero, los problemas con el diagnóstico. Por eso hemos diseñado un circuito de diagnóstico, de rastreo, de seguimiento de contactos, de capacidad de hacer pruebas PCR en el Hospital que no tiene nada que ver con lo que había ocho meses atrás. También vimos déficit en infraestructuras, fundamentalmente en camas de críticos y en tener mejor disposición de los espacios en urgencias. Y además, otra enseñanza de estos meses es que la atención a pacientes covid debe permitir atender convenientemente al resto de enfermos, y en eso estamos ahora más preocupados, diseñando circuitos adecuados para que con los medios humanos que tenemos seamos capaces de atender ambas demandas.
–¿Podemos tener infraestructuras para picos máximos que seamos capaces de sostener pasadas estas crisis ocasionales?
–Creo que deberíamos mantener estas infraestructuras porque estas amenazas no van a desaparecer cuando tengamos este SARS-CoV-2 controlado.
–¿Por qué uno de los mejores sistemas sanitarios como es el español se está viendo tan afectado?
–Hay muchas explicaciones; pero desde luego quizá tengamos un sistema que se ha sustentado mucho en un trabajo extraordinario de los profesionales, que trabajaban por encima de lo que era adecuado hacer. Ya estaban al límite de sus posibilidades y ahora, con la pandemia, no podían expandirse más. Habría que sumar el hecho de que tenemos poca cantera de profesionales, como enfermeras o médicos, para combatir ese problema; y quizá ha ocurrido que teníamos unas infraestructuras que en algunos casos podían ser las justas para lo que teníamos, pero que no estaban preparadas para lo que nos ha tocado vivir.
–En el equilibrio de confinar y cerrar para evitar la expansión de la covid y no asfixiar la economía, ¿qué mensaje se puede trasladar a la sociedad?
–Creo que es absolutamente clave que seamos capaces de entender que las medidas que hemos estado diciendo casi machaconamente no son puntuales, debemos interiorizarlas para mucho tiempo. Si no somos capaces de hacer eso, si creemos que por hacer un confinamiento vamos a recuperar la normalidad y volver a lo que éramos antes de marzo, tendremos un problema. Las normas básicas se han de mantener por mucho tiempo si no queremos colapsar sobre todo las unidades de críticos, que son las que sufren más. Debemos ser muy cuidadosos y responsables para no colapsar el sistema por esa vía. Pero cuando va aumentando el nivel, llega un momento en que no tenemos más remedio que usar la herramienta más eficaz para contener la transmisión comunitaria, que lamentablemente es el confinamiento. ¿Qué debemos hacer? No llegar a esa situación, que los ascensos no sean picos de montaña.
–¿Segovia está ahora mejor y más preparada en el la primera ola?
–Me da miedo decir que está bien. Si nos miramos al espejo, podemos decir que somos más o menos guapos; igual si nos comparamos con el vecino podemos decir que somos guapísimos... No es que estemos bien, porque tenemos un número de contagios y una incidencia muy superiores a la que teníamos en julio; pero viendo lo que está pasando a nuestro alrededor podemos decir que estamos mejor que ellos; pero hasta ahí puedo decir, no me atrevo a decir más.
–¿Qué previsión hace de aquí a final de año?
–Repetir los mensajes de responsabilidad y la necesidad de proteger a los mayores. Y a ellos se les protege no solo en las residencias, sino también en los domicilios, tanto si viven con nosotros como si vamos a verlos. Cuando les visitemos, debemos tener las mismas medidas que si fuéramos a una residencia porque corren el mismo peligro si no actuamos bien.
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