![Crece en Segovia la delincuencia juvenil un 15% en un año y la de los jubilados, un 54%](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201911/02/media/cortadas/apertura-detorre-krwD-U90565816915oBE-624x385@El%20Norte.jpg)
![Crece en Segovia la delincuencia juvenil un 15% en un año y la de los jubilados, un 54%](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201911/02/media/cortadas/apertura-detorre-krwD-U90565816915oBE-624x385@El%20Norte.jpg)
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Las estadísticas de criminalidad constatan que en la provincia de Segovia cada vez se delinque a edades más tempranas, pero también más avanzadas. En los últimos meses se han producido varios ejemplos de precocidad. Para muestra, un botón. Fue este verano en El Espinar. ... La Guardia Civil desmanteló un punto de venta de drogas a raíz de la detección de que en las cercanías de centros escolares se consumían y vendían sustancias estupefacientes. La operación se saldó con cuatro personas detenidas, una de ellos menor de edad.
Como este episodio hay más, aunque no siempre relacionados con el 'trapicheo'. Otro botón. El pasado mes de junio, el equipo del Instituto Armado de Cuéllar especializado en combatir los robos en explotaciones agrícolas arrestó en Carbonero el Mayor a cuatro varones. Dos de los detenidos no habían cumplido los 18 años. Se les acusaba de dieciséis robos con fuerza y estafas en establecimientos públicos, viviendas y vehículos.
El último Anuario Estadístico del Ministerio del Interior confirma a golpe de números que en la provincia segoviana cada vez hay más delitos cometidos por adolescentes. Pero no es el único segmento de la población que ha incrementado su carrera de fechorías castigadas penalmente. También los jubilados, las personas que han soplado 65 velas, delinquen más que antes, como se extrae de las estadísticas oficiales publicadas esta semana.
El informe de Interior indica que el año pasado se registraron en la provincia 61 delitos detrás de cuya autoría estaban menores de entre 14 y 17 años. Fueron ocho más que en 2017, lo que representa un repunte superior al 15% de la delincuencia en la etapa adolescente, casi doce puntos por encima de la subida experimentada en el conjunto de Castilla y León.
La frecuencia media de la criminalidad realizada durante estas edades es, por lo tanto, de un delito por cada seis días. En términos relativos, solo Ávila y Valladolid contabilizaron en 2018 aumentos más significativos, llegando al 22%. Si el foco de la comparación se amplía a todo el conjunto del territorio español, todavía el dato de Segovia es más inquietante, ya que en el país los delitos cometidos por chicos de entre 14 y 17 años descendieron casi un 6%.
María Noel Firpo, psicóloga clínica del centro Sinapsis de Segovia, llama la atención sobre «la inmediatez que se impone en la sociedad, la necesidad de conseguir ya objetivos materiales o de consumo». A partir de esta premisa, se refiere al aumento de la delincuencia juvenil reflejado por el Anuario del Ministerio del Interior de 2018. «El delinquir puede desencadenarse por una falta de control de impulsos, de regulación emocional, de poca tolerancia a la frustración, que conlleva a que actúen sin pensar en las consecuencias», desgrana así las causas que pueden estar detrás de estos casos.
A mayores, los menores ganan boletos para caer en la delincuencia si además existe «consumo de drogas, hoy a la mano de cualquier adolescente segoviano». Muchas de esas sustancias ilegales «desinhiben y provocan que se salten normas, algo que no harían sin estar bajo esos efectos», añade. También subraya la influencia de los amigos. «El refuerzo del grupo, el sentirse que forman parte, es muy importante a estas edades», asevera, al mismo tiempo que cita rasgos psicológicos personales, como la falta de empatía, de responsabilidad moral, la desadaptación social o el bajo autoconcepto de sí mismos, como factores que, unidos a la relevancia que les supone causar 'buena' impresión, «llevan a realizar conductas que en solitario no las harían».
«La herramienta más eficaz para prevenir el aumento de los delitos juveniles es la educación en valores como el respeto, la igualdad, la solidaridad y la tolerancia», sostiene Firpo. Por otra parte, «las relaciones interpersonales son cada día más débiles, dejando de lado los vínculos reales». Alude a que «los amigos se cuentan por la cantidad de personas añadidas en las redes y la calidad de la amistad se mide en los 'likes'». En esa realidad, «es fácil eliminar, atacar, bloquear a un 'amigo' que nos molesta... y todo esto va en detrimento de un desarrollo apropiado de las habilidades sociales, de lo emocional y afectivo». Firpo concluye que la tarea de los adultos es ayudar a los menores «a crecer como personas, educarlas en relación con los demás, donde el otro se tenga en cuenta, sea acogido y escuchado». Así pues, la psicóloga clínica se pregunta si ese aumento de la delincuencia cometida por los menores no será un «un síntoma, un grito que, como sociedad, tenemos el desafío de responder».
«Si bien la delincuencia juvenil se ha extendido como problema social, no se puede generalizar que las personas que realizan actos delictivos pertenezcan a grupos esteriotipados como marginados sociales, desadaptados, drogodependientes, etcétera», matiza la psicóloga clínica María Noel Firpo.
«Estamos en un momento en el cual la información recibida por los jóvenes a través de los medios que frecuentan, muchas veces sin controles parentales, está cargada de agresividad», añade a su reflexión sobre las posibles causas desencadenantes del repunte de la delincuencia en edades tempranas. Un aumento, además, que se da en los dos sexos, sobre todo entre las mujeres, aunque siguen siendo mayoría los chicos detenidos (53 de 61).
Pese a esta tendencia, la criminalidad de los menores no es muy grave en Segovia. En 2017, los hechos delictivos por los que fueron más investigados fueron sobre todo las lesiones producidas en el fragor de peleas violentas en jóvenes, especialmente durante los fines de semana. Le siguen los delitos de daños, en los que entran ataques vandálicos o arranques de gamberrismo como destrozar el espejo retrovisor de un vehículo. Sin embargo, a la fiscalía de Menores de Segovia no le constaban casos de violencia de género, de homicidio o asesinato doloso, contra la salud pública o de agresión sexual en su memoria de hace dos años.
Las estadísticas del Ministerio del Interior también ponen de manifiesto un incremento notable de la delincuencia cuando el DNI ya pasado de los 65 años. El presidente de la Audiencia Provincial de Segovia no acierta a adivinar las causas concretas que están detrás de esta mayor criminalidad a partir de la jubilación que se observa en los números oficiales. Ignacio Pando intuye una consecuencia lógica a partir de la mayor longevidad de la sociedad y del paulatino envejecimiento de la población en unas condiciones mucho más óptimas en cuanto a la salud que las que tenía la tercera edad en generaciones anteriores.
En la provincia, el año pasado fueron detenidos e imputados penalmente 57 personas entradas en la edad de jubilación, veinte más que en 2017, lo equivale a un incremento del 54%. Solo Teruel, Burgos, Álava y Guipúzcoa registraron subidas porcentuales mayores en el conjunto de España.
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