Crece el ritmo criminal en Segovia con un delito cada hora y media

Cada hora y media -es decir, lo que dura por ejemplo un partido de fútbol- los maleantes golpean en la provincia. Sin embargo, el propio Ministerio del Interior diferencia en sus números entre la denominada delincuencia 'convencional', que es la que se comete fuera del ciberespacio y que se asocia a los delitos más comunes como robos, atracos, tráfico de drogas, sustracciones en vehículos o hurtos a personas o comercios, y la ciberdelincuencia y todo el abanico de infracciones castigadas en el Código Penal y llevadas a cabo por la vía telemática.

Mientras la actividad criminal 'convencional' apenas aumentó el curso pasado un 0,6% (aunque comenzó a deshojar el calendario dibujando una tendencia a la baja), la cantidad de asuntos atendidos e investigados relacionados con la creciente cibercriminalidad y el alza de los delitos informáticos continuó su escalada irrefrenable de los últimos años.

En concreto, en 2023, el Ministerio subraya un crecimiento en la provincia del 45,2% en el contenedor que aglutina todo este tipo de hechos, desde acosos o usurpaciones de identidad hasta timos o falsificaciones, por ejemplo. Por lo tanto, es ahí, en el ciberespacio, donde los delincuentes han tendido sus redes para cometer sus fechorías, entre las que sobresalen fundamentalmente las estafas informáticas. Durante el pasado año, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad al servicio de los segovianos se enfrentaron a un aumento del 52% este tipo de infracción penal tipificada. La expansión de los tentáculos de la ciberdelincuencia es generalizada en toda España.

En el conjunto del país se contabilizaron 470.388 infracciones penales, el 19,1% del total, lo que equivale al mismo tiempo a una subida del 25,5% con respecto a 2022. Son veinte puntos menos que el crecimiento experimentado en la provincia segoviana, donde la subida liviana de la delincuencia 'convencional' está por debajo de la registrada en el resto del país (con un 2,1%).

Para hacerse una idea de la proliferación de delitos cibernéticos -y, por ende, del trabajo cada vez más ingente que afrontan los equipos especializados de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que combaten día a día esta criminalidad- basta comprobar que los 1.687 casos de estafas informáticas atendidos el pasado año en Segovia multiplican por siete los expedientes abiertos a raíz de robos en domicilios en los que los ladrones emplearon la fuerza para acceder al inmueble.

Así pues, los datos del Ministerio del Interior consolidan la amenaza creciente que entrañan las ciberestafas, que se afianzan como la infracción penal más perseguida por los Cuerpos de Seguridad del Estado, ya que casi el 29% de la delincuencia registrada en la provincia durante el ejercicio pasado se corresponde con este tipo penal.

Otro síntoma de la expansión de la delincuencia cibernética es que el aluvión de asuntos atendidos por el Instituto Armado y la Policía Nacional ha duplicado su volumen en tan solo dos años. Lo mismo ha ocurrido con la cantidad de estafas cometidas a través de medios telemáticos. En Segovia, en el periodo que va de 2021 a 2023 se han multiplicado por dos los expedientes incoados por esta modalidad criminal.

El Ministerio del Interior revela, a través de sus estadísticas, que no existe un trasvase de la delincuencia 'convencional' a la cibercriminalidad. El estancamiento del año pasado en comparación con 2022 no deja de apuntalar el repunte que se produjo doce meses antes, cuando empezaron a difuminarse las restricciones que trajo consigo la pandemia de la covid-19. Entre 2021 y 2022, este volumen de infracciones penales tradicionales creció por encima del 16%.

Los 4.098 delitos 'convencionales' registrados el pasado curso incluyen dos grandes aumentos en otros tantos tipos penales, aunque por cantidad de casos incoados por las Fuerzas del Orden no estén entre los más frecuentes. Una de las subidas más relevantes se registra en los robos con intimidación, con un 24% más, pasando de 25 a 31 asuntos contabilizados en la provincia por la Guardia Civil y las Policías Nacional y Local. El otro aumento que destaca sobre el resto de delitos de los considerados tradicionales por no haberse cometido vía telemática es el experimentado por el tráfico de drogas. La persecución sobre todo de la venta al menudeo de sustancias ilegales ha dado sus frutos. El Ministerio del Interior contabilizó 37 casos, seis más que en 2022, lo que equivale a un repunte superior al 19%.

Los hurtos, por su parte, son el delito más frecuente del que se hacen cargo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. A pesar de haber bajado el curso pasado un 4,3%, aún se produjeron más de 900 sustracciones a pequeña escala. Los robos en viviendas particulares en los que los ladrones emplearon la fuerza para acceder a su botín se redujeron en un 4% con respecto al ejercicio precedente. Pese a ello, constituyen la tercera infracción penal más habitual en la provincia, con 224 casos en doce meses.

El balance que elabora el Ministerio del Interior eleva a 299 los expedientes atendidos por robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones. Es uno de los tipos penales que también experimentó un crecimiento, en concreto del 5,7%.