La covid estuvo detrás de una de cada tres muertes ocurridas en Segovia en 2020

El conteo trágico de víctimas mortales desde el inicio de la alerta sanitaria está a punto de llegar, por desgracia, a mil. A fecha de este miércoles, la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León contabilizaba 999 muertes de personas con covid en la provincia desde que en marzo del año pasado falleciera a causa de la infección una mujer de 98 años en la residencia Nuestra Señora Virgen del Rosario de Sanchonuño. Fue la primera víctima del virus en la provincia.

Las estadísticas del INE que periódicamente muestran de qué se mueren los españoles ejercen de notario para atestiguar el cambio radical. Por un lado, dan fe del excepcional aumento de defunciones registrado el año pasado. En Segovia fueron 2.428, o lo que es lo mismo, la mayor mortandad de al menos los últimos cuarenta años. Con respecto al ejercicio anterior, la provincia lamentó 739 óbitos más, lo que quiere decir que el exceso de mortalidad superó el 43%.

¿Cuánta culpa tuvo el coronavirus? Prácticamente toda, sobre todo si se tienen en cuenta los datos del Instituto Nacional de Estadística, que ponen de relieve que en 2020 perdieron la vida 732 ciudadanos segovianos debido a la infección. De ellos, 438 contaban con la confirmación de las pertinentes pruebas diagnósticas de que habían contraído el virus. El resto, es decir, el 40% de los finados durante el año pasado fallecieron sin tener la ratificación del contagio, aunque con claros síntomas compatibles con los de la enfermedad infecciosa. Y con este matiz los recoge el informe de mortalidad de 2020 hecho público por el INE, que califica estos casos de «sospechosos» aunque los considera muertes con covid.

Las estadísticas también reflejan el lugar donde fallecieron estas personas.El Hospital General lamentó 276 muertes de pacientes infectados, a los que el organismo estatal añade 69 defunciones más de personas que padecían síntomas propios del coronavirus aunque perecieron sin tener la confirmación de la prueba de detección. Esto quiere decir que el 34% de los algo más de mil fallecimientos que desgraciadamente tuvo que lamentar el complejo asistencial a lo largo del año pasado se corresponden a enfermos con covid.

La expansión del coronavirus en los primeros meses de la alerta sanitaria resultó especialmente mortal en las residencias de ancianos. Tres de cada diez internos que las habitaban murieron durante nueve meses en los que la pandemia se adueñó del relato cotidiano, según apuntó la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades. Ahora, y a raíz de los datos facilitados ayer por el INE, el pasado ejercicio perdieron la vida en los centros sociosanitarios 312 usuarios a causa de la infección por el coronavirus. A diferencia de lo ocurrido en el complejo hospitalario, en estas entidades la mayoría de las defunciones que recoge el Instituto Nacional de Estadística son de personas a quienes no se les identificó de la enfermedad mediante las pertinentes pruebas. El 65% murió con indicios sospechosos de contagio, pero sin la certificación de la prueba diagnóstica.

La información del INE agrega la cifra de pacientes segovianos que fallecieron con covid en sus domicilios. En la provincia perecieron en estas circunstancias 67 personas, de las que 33 se habían hecho el test que ratificaba la infección.

Así pues, el coronavirus empezó en los estertores de hace dos inviernos a escribir una historia cruel y luctuosa. Capítulos plagados de dolor y muerte. Solo la vacunación ha acercado este relato a su epílogo, atrás quedan páginas repletas de segovianos, con sus nombres y sus apellidos, con sus familias rotas y sus vidas segadas, que sucumbieron a la guadaña de la pandemia. En el año pasado, la covid también dejó escrito el vuelco en las causas de mortandad en la provincia convirtiéndose en la principal, por delante de los males que suelen ser los más frecuentes y letales.

El apartado que engloba a las enfermedades del aparato circulatorio suelen ser la primera causa de muerte. En 2020 fallecieron 482 segovianos por infartos, patologías hipertensivas, otras afecciones isquémicas del corazón o por insuficiencia cardiaca, entre otras. Treinta más que las que hubo en 2019.

Los tumores también son habituales causas de mortalidad en la provincia. Provocan más de 400 defunciones al cabo del año. En 2020 murieron por esta causa 448 personas, cuatro más que en el curso anterior. Por este orden, los más letales son los cánceres de tráquea, bronquios y pulmón, los de colon y los de estómago, según las estadísticas oficiales del INE.