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Ricardo Muñoz, copropietario de la ganadería del Marqués de Quintanar, a la que pertenecen las 19 reses bravas que se escaparon este martes en la zona entre Espirdo y Brieva, lamenta el percance sufrido por un vecino de esta segunda localidad, que fue golpeado por ... una de las vaquillas. El empresario cuenta los hechos que acabaron con el hombre herido ingresado en el Hospital General. «Cada dos meses y medio o tres se hacen labores de saneamiento de las vacas y algunas lo saben y no quieren entrar», apunta Muñoz. «Unas diecinueve o veinte rompieron la cerca», continúa el ganadero, quien añade que «varias volvieron poco a poco, pero hubo algunas que cogieron el camino de San Frutos y se fueron hacia las afueras se Brieva».
Muñoz desconoce los detalles de lo que pasó; pero «entre quince y treinta minutos después una de las vacas estaba atada con un lazo corredizo dentro de una cerca de una vivienda». El animal «estaba ahogado», agrega. «Fui yo el que llamó al Seprona» cuando se escaparon las reses, subraya el copropietario de la ganadería del Marqués de Quintanar. Explica que «las vacas no tienen peligro si uno no se mete con ellas». También critica «el circo que se monta» en las redes sociales porque la gente se lanza al monte con los todoterrenos cuando circula la noticia de unas vaquillas andan extraviadas. «Solo se ve el morbo en lo bravo», se queja.
«Lógicamente, los animales se defienden si se les intenta reducir», declara con respecto a la embestida. «Si se les acorrala, se enfadan y arremeten», hace hincapié en la reacción de la vaquilla que atacó el vecino de Brieva.
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