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Amelia Tapias, profesora de autoescuela en Segovia, analiza los pasos de peatones más problemáticos, desde los que hay escondidos detrás de los contenedores en Nueva ... Segovia al barrio de San José, el que tiene las intersecciones con menos visibilidad, pasando por las inmediaciones del colegio Peñascal, en La Albuera —uno de los lugares favoritos de los exámenes de tráfico—, con intersecciones que permiten girar en todos los sentidos flanqueadas por cuatro o cinco pasos de cebra, en una zona llena de niños, una situación similar al colegio Villalpando: calles estrechas y peatones nada más girar.
«Me parece que 25 atropellos al año son muchísimos, sobre todo desde que han bajado las velocidades. A 20 kilómetros por hora te da tiempo a detenerte; a 28, ya no; y a 50, ni de coña». Tras escudriñar el mapa, hay algunos que tiene en mente como los más peligrosos.
Número 1
Es un paso de peatones complejo por la acumulación de obstáculos que interrumpen la función de una glorieta: dar fluidez. El primero es la parada de autobús, justo a la derecha, lo que obliga muchas veces a los vehículos a cambiarse a la izquierda, otra distracción. «Me tiene que dar tiempo a haber girado y verte de cara; no a verte cuando estoy girando, sobre todo a derechas, el ángulo es más cerrado».
Número 2
La rotonda desemboca en un giro muy cerrado. «Ese paso de peatones tiene muchísimo tráfico y cuando tienes al peatón a la derecha no le ves hasta que te lo comes». Lo tapa el propio edificio del bar. Esa maniobra primero obliga a abrir la trayectoria para después cerrarla de cara a no invadir el carril izquierdo. Aunque el código obliga a negociar siempre las rotondas por la derecha, en este caso, ir por la izquierda da más visibilidad a cambio asumir un riesgo extra, como es chocarse contra el coche que va por la derecha. Entre tantos estímulos, aparece un peatón.
Número 3
El primero, junto a la mutua Universal, justo antes del bar La Diligencia, está flanqueado por un contenedor y un árbol. El segundo, junto a la tienda de chucherías Burbuja, está oculto por la zona de carga y descarga, donde suelen aparcar furgonetas de gran tamaño. «Según bajas, puedes ver si hay o no peatón por la derecha, pero en cuanto vas al punto ciego, no ves nada». Y se puede producir un atropello, como ya ha sucedido en este punto en varias ocasiones.
Número 4
Es uno de los emplazamientos más curiosos. «Ese paso de peatones está como en medio de la nada». Es una recta con dos carriles que invita a velocidades altas, la visibilidad es mejorable y no es una zona de tránsito frecuente en la que los conductores cuenten con un peatón, aunque lo utilizan para ir a ese negocio, una clínica veterinaria o un bazar chino. «Si llegas desde La Lastrilla, vienes zumbando». Antes, se encuentra un semáforo naranja intermitente, junto al Colegio Nuestra Señora de la Esperanza. «Y por la noche, no ves nada. Cuando lleve, está el suelo mojado, a contraluz… Es que no le ves. Si vienes a la inversa, le puedes ver un poco más porque está más despejada la zona». La visibilidad tiene un obstáculo añadido, los coches aparcados.
Número 5
Viniendo desde el centro comercial Luz de Castilla y dejando a la izquierda el centro de exámenes de tráfico, hay una intersección con un giro problemático hacia la derecha, en cuesta, junto a Muebles Colón. «Estás mirando a la izquierda porque no ves un pimiento a los coches que vienen y resulta que tienes el paso de peatones justo después. Es que ahí no tiene sentido, debo ver a lo lejos, lo antes posible, si hay un peatón o no, tengo que tener despejada la visión. Ponlo en una recta».
Número 6
El paso está junto a un bloque de hormigón que sujeta un poste de la luz de madera. «No ves ni a los que vienen por la derecha ni por la izquierda, pero al que te comes es al de la izquierda». A la escasa viabilidad se suma el carril bici. «Hay un espejo de frente, pero si viene un patinete oscuro o un peatón y no lo ves. Y la gente que va con el bebé saca la silla lo primero. Es de lo peor, yo mandaría al peatón por la acera contraria».
Para resolver estos problemas, las concejalías de Tráfico y Movilidad estudiaron señales luminosas para pasos de peatones, mientras la Policía Local recoge experiencias de otros cuerpos en busca de los sistemas más efectivos. Luces que se encienden cuando detectan al peatón, desde la propia señal al paso o la carretera. Ven con buenos ojos un formato que cubre todo y que ha aplicado con éxito Salamanca. Otra opción es una farola en la que se ilumina una luz azul cuando hay un peatón, como un segundo semáforo que advierte al conductor.
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