Segovia

La concurrencia competitiva enardece a parte del tejido cultural segoviano

«Es otra modalidad de acceso al dinero público», resume Monroy. El Ayuntamiento ha mantenido los convenios nominativos con otras 11 entidades como Hay Festival o Titirimundi por una difusión avalada por premios. Monroy pone el ejemplo de la Real Academia de San Quirce: «Es única en nuestra ciudad». También están Paladio Arte, la Asociación de Periodistas de Segovia, la Escuela de Dulzaina de Segovia o la Muestra de Teatro Independiente Andrés Laguna.

El resto tendrá que competir. Habla de «una oportunidad de crecimiento» para los colectivos existentes y «otros que deseen incorporarse al panorama cultural de la ciudad». Los técnicos valorarán las necesidades económicas de cada proyecto y puntuarán cada uno en base a criterios como que la actividad se desarrolle exclusivamente en la ciudad, que la entidad tenga arraigo en ella, su trayectoria o el número de socios –siempre que paguen cuota– para una puntuación que se traducirá en fondos. «Habrá casos que se aproxime bastante a lo que necesiten y otros en los que lleguen a esa cifra y tendrán que obtener recursos alternativos para acceder a ese dinero». Un sistema que busca evitar que el proyecto se financie «exclusivamente» con la subvención.

Una vez elaborado el borrador, el Ayuntamiento lo compartirá con las entidades que integran el Consejo de Cultura en busca de sus aportaciones. La previsión es que las bases salgan como pronto a finales de febrero y la decisión se tome en abril, un calendario que pone contra las cuerdas la dinámica de los festivales, algo por lo que Monroy se disculpa. «Ahí tienen toda la razón del mundo. La idea es que 2024 sea un año de transición y que de cara al año que viene solo haya que lanzar la convocatoria. Los que tengan los proyectos antes tendrán que obtener recursos alternativos o modular su proyecto».

Cada colectivo tiene su circunstancia. La Sociedad Filarmónica de Segovia concurrirá a las nuevas bases para mantener una ayuda de 6.000 euros que lleva recibiendo más de 20 años y que da cierta holgura a un colectivo que se autofinancia con la cuota anual de 150 euros de sus 216 socios –más otros 40 colectivos– para un nutrido calendario musical. «Ese extra es lo justo para conseguir alguno de esos conciertos más caros. Si no nos lo dan, tendremos que aguantarnos», subraya su presidenta, María del Carmen Gruber, que pone en valor la calidad del repertorio, sus 105 años de historia y su pertenencia, con un promedio de socios por habitante mayor que muchas ciudades. «¿Quiénes son esos socios? Los segovianos, ni más ni menos. Hay que valorar eso».

El Colectivo de Ceramistas de Segovia no contempla mantener la Feria de Cerámica sin los 2.500 euros municipales. «La palabra convenio está muy bien, es algo que conviene a ambas partes y que durante años nos ha servido para mantener nuestro granito cultural», subraya su presidente, Emilio Carrasco. La feria se organiza con una aportación de 400 euros de cada uno de los 25 expositores –llegaron a ser 40– y con el complemento municipal, que supone un 10% imprescindible, incluso aunque se celebrara en la avenida del Acueducto, la «guerra prioritaria» del colectivo. «No nos llega el dinero. Ahora nos tenemos que pegar con los demás con este eufemismo de la concurrencia competitiva».

En el caso del Gremio Artesanal Segoviano, los 9.000 euros que recibe son cruciales no solo para su feria, sino para el centro de oficios en el que da clase a una treintena de alumnos durante todo el año sobre vidrio, talla, repujado, cuero o lutería. El alquiler cuesta 1.400 euros al mes y las matrículas de los alumnos apenas dan para cubrir la mitad. Su presidente, Jesús de la Cruz, señala el riesgo de «desaparición» por las dudas de articular su existencia sin la feria. «Sin ese dinero, nos iríamos dando de baja de actividades hasta que se apague la vela. Tenemos un remanente; cuando se acabe, nos extinguiremos», relata con pesimismo. «Creo que no hay voluntad en el alcalde de cambiar las cosas».

La Asociación de Libreros de Segovia pide desde hace años que en lugar de recibir una escasa ayuda que no llega a los 2.000 euros, el Ayuntamiento costee el alquiler de las casetas de su feria para «no empezar con menos 500 euros». Su presidenta, Judith Pérez, habla de un colectivo constreñido por el precio fijo del libro y que con el 10% de vender en la calle ve limitada a un 20% su ganancia para un bien cuyo precio medio en España es de 18 euros. «¿Sabes lo que hay que vender para pagar la caseta? Y Segovia tiene la población que tiene». Por eso no hubo feria el año pasado –la única capital de Castilla y León sin ella– y no la habrá este año. «Cuando ha venido un autor, le hemos tenido que pagar la caña nosotros y llevarle al tren».

El Grupo de Danzas La Esteva pide «una ayuda directa y en tiempo» y reivindica los 35 años que lleva recibiéndola para su festival. «Nunca nos hemos quejado, unas veces ha sido más o menos». Los últimos años, 32.616 euros, claves para un evento que se celebra a principios de julio. «Los que movemos mucha gente y muchos días, hospedajes, vuelos y estamos pendientes de la disponibilidad de los grupos, necesitamos saberlo con antelación». Necesita saber con qué presupuesto cuenta «como mucho» a principios de marzo y se compromete a que el festival vería la luz aún sin la aportación municipal, aunque fuera a menor escala, con las cuotas y «derramas» de sus entre 170 y 180 socios.

El Concejo de Aguederas de Zamarramala ha sido la primera asociación en el disparadero porque su evento es el primero en el calendario. Adelantarán de sus ahorros los cerca de 3.000 euros que el Consistorio pone para la fiesta con la perspectiva de recuperarlos a lo largo del año. «Contamos con ese dinero para celebrar la fiesta. El alcalde nos dijo que estuviéramos tranquilas, que ya verían la forma de ayudarnos», resume su presidenta, María José Pascual, pendiente de que los técnicos «solucionen la papeleta». La respuesta provisional está en las cuotas de las socias y en recaudaciones de comercios como restaurantes. «De momento, vamos tirando con lo que tenemos. La fiesta está ahí, ya no se puede suspender. Luego ya veremos cómo salimos del paso».

Música Diversa celebrará entre el último fin de semana de mayo y el primero de junio su vigésima edición, aunque no lleguen los 20.000 euros del Ayuntamiento. «Ahora más que nunca, hay que reivindicar toda la música local», subraya Álida Jiménez, que codirige el festival. «La concurrencia va a salir tarde, los festivales tenemos que programar con muchísimo tiempo y estamos a expensas de los caprichos del Ayuntamiento». Aseguran su continuidad a través de patrocinios privados, la colaboración de establecimientos hosteleros y sus bazas en la concurrencia competitiva de la Junta y conversaciones con la Diputación. Es una historia de incertidumbre ante unas subvenciones a la carta. «Tenemos recursos, aunque sea para menos días de festival, pero lo vamos a hacer».

La Asociación Cultural Plaza Mayor teme que la concurrencia reduzca una subvención de 6.000 euros que usa principalmente para el ciclo 'Música de Folklore en los Corralillos', junto al Tren de las Emociones y a la publicación de revistas. «Hasta que no salgan las bases vamos a estar muy perdidos»; subraya su presidente, Paco del Caño, que transmite su «confianza en poder llegar un acuerdo» y sus dudas. «¿Con quién tienes que competir?» O si existe la opción de un anticipo, reflejada en el convenio anterior. Con seis miembros y sin socios ni cuotas, su dependencia de la subvención es total –apenas recibe 800 euros de contraprestaciones particulares– tras perder el apoyo de la Fundación Nicomedes García. «Estamos muy en el aire. Tenemos cosas para hacer, pero nos hace falta saber el dinero».

La Asociación de Vecinos de San Lorenzo recibía 20.000 euros de subvención para organizar su Certamen de Poesía y las Noches del Atrio, actos cuyo gasto final se acercaba a los 27.000, una diferencia que el colectivo financia a través de las cuotas de más de 800 socios, con lo que costea eventos como la matanza, la semana cultural, el día del vecino, el torneo de fútbol sala Félix El Botas, el mercadillo solidario o el belén navideño. El certamen, de unos 2.000 euros, ya está lanzando. «Le vamos a asumir sí o sí», subraya su presidente, Félix Maroto. También mantendrán la música. «Igual en vez de hacer cinco conciertos tenemos que hacer dos. Lo que le dijimos al concejal es que por qué no han mantenido el convenio si no iban a sacar las bases hasta marzo».

La Asociación Publicatessen celebrará su festival del 8 al 11 de abril, aunque la ayuda –el año pasado fueron unos 1.500 euros, no llegue a tiempo porque los estudiantes de publicidad de la Universidad de Valladolid dejan su «legado» a la siguiente generación financiándose a través de acciones en el campus como jornadas de formación con profesionales del sector. «Vamos a seguir adelante», asegura su presidenta, Pilar Rodríguez. Su colectivo usa la ayuda no solo para organizar el festival –con la ayuda de la universidad– sino para dar visibilidad a distintas ONGs segovianas. «Seguiremos la nueva metodología y estamos seguros que el Ayuntamiento nos va a seguir apoyando».