Reparto de agua embotellada en un municipio segoviano. M. R.

La concentración excesiva de nitratos afecta a 65 municipios segovianos

La escasez de lluvias, la ganadería industrial y la sobreexplotación de los acuíferos son algunas causas, según Ecologistas en Acción

Laura Lopez

Segovia

Lunes, 22 de noviembre 2021, 10:36

El pasado mes de junio del año 2020, la Junta de Castilla y León actualizó en un decreto la designación de zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos procedentes de fuentes de origen agrícola y ganadero. Se denomina así a las que ... presentan, o puedan llegar a presentar si no se actúa convenientemente, una concentración de nitratos superior a 50 miligramos por litro.

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Según este texto, en la provincia de Segovia hay 65 municipios afectados, entre las denominadas zonas de Los Arenales, de La Churrería y de Cantimpalos-Segovia. De acuerdo al análisis realizado por Ecologistas en Acción de estos datos, el citado decreto declara 24 zonas vulnerables integradas por 387 municipios afectados, frente a las 10 zonas y 67 municipios que contenía el anterior, de 2009. La superficie de la comunidad declarada como vulnerable ha pasado de 2.340 kilómetros cuadrados a 14.414. Más de seis veces más superficie, más del doble de zonas y 5,8 veces más pueblos.

María José Obieta, de Ecologistas en Acción Segovia, denuncia varios factores que han provocado esta situación, como el hecho de que cada vez llueva menos, la contaminación de la ganadería industrial y que los acuíferos estén sobreexplotados por la expansión de los cultivo de regadío y otras actividades, como, por ejemplo, la instalación de campos de golf: «El único agua que tenía para beber Segovia se lo lleva La Faisanera y nadie dice nada», critica Obieta.

La miembro de Ecologistas ha llamado la atención sobre la gravedad del problema y ha criticado lo que la Junta llama en este mismo decreto «código de buenas prácticas agrarias en Castilla y León». Según comenta Obieta, este está orientado a ser aplicado en las zonas ya declaradas como vulnerables, en lugar de centrarse en lo que, para ella, es lo verdaderamente importante: cortar los permisos de ampliación de la ganadería industrial, las popularmente conocidas como 'macrogranjas'.

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Una de las figuras más visibles de los efectos de esta contaminación para el consumo humano de agua es el municipio de Lastras de Cuéllar, que está más cerca que nunca de abrir el grifo. Según ha informado Óscar Herrero, de la plataforma ciudadana Lastras Potable Ya, una vez que empezaron las obras, estas alcanzaron «velocidad de crucero» hasta el pasado septiembre, cuando hubo un «parón» por la falta de suministros. Ahora, una vez retomadas, calculan que están completadas en un 90%. Es probable que, tal y como estaba previsto, en diciembre llegue el día que han estado esperando durante seis años: en el que los habitantes de este pueblo puedan, por fin, dejar de comprar agua embotellada.

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