Compresas, pañales y... cientos de pelotas de tenis: el atasco del colector que ha dañado el Eresma

A media tarde de ayer, operarios municipales y empresas auxiliares lograron desatascar el colector y restablecer su funcionamiento después de tres días intentándolo, aunque la basura acumulada en plena Alameda del Parral –donde el hedor es insoportable– seguirá dando trabajo varias jornadas más. «Ha sido difícil encontrar el punto donde se ha obstruido la tubería, pero se ha conseguido, con lo que han cesado los vertidos de residuos al río», dijo el edil. Los trabajos empezaron el mismo sábado. Primero se utilizó maquinaria hidráulica a presión, para después abrir varias catas en el paseo de la Alameda, una de más de diez metros de longitud.

Los técnicos desconocen aún cuál puede ser el origen de la obstrucción, aunque los vertidos que han emergido ponen los pelos de punta:por el colector del Eresma no bajan solo aguas fecales, sino todo tipo de objetos y residuos que la gente echa a la taza del váter. «Hasta ahora, hemos identificado un número extraordinario de toallitas, pañales, compresas, plásticos, pero también blísters de medicamentos y pelotas de tenis y pádel, que se han recogido por centenares. No nos podemos explicar que solo durante el fin de semana se hayan extraído cerca de trescientas pelotas de tenis. Es como para pensarlo», afirma Merino.

El hallazgo sorprende mucho porque hace escasamente diez meses el Ayuntamiento limpió la tubería. «Es verdad que el colector pasa por un entorno natural como la Alameda del Parral, donde hay muchos árboles que, en un momento dado, pueden perforarlo con una raíz, pero otra cosa muy distinta es que esté obstruido debido a semejantes vertidos», señala Merino.

A mediodía de ayer, en una de las catas realizadas por la maquinaria, empezó a brotar agua de color rojizo. Sin duda era sangre, probablemente procedente de algún matadero. El Ayuntamiento sospecha que los vertidos no solo pertenecen al barrio de San Lorenzo, sino a localidades situadas aguas arriba, como San Cristóbal de Segovia y La Lastrilla. «Este tramo del colector se limpió recientemente y la población de San Lorenzo no alcanza a justificar ni siquiera el volumen de toallitas encontradas. La excesiva presencia de pelotas de tenis y pádel nos lleva a pensar en alguna instalación deportiva que en San Lorenzo no existe. Estamos investigando el origen de todos estos vertidos y planteando medidas de control de pretratamientos de debastes sólidos, que se tratarán oportunamente con los núcleos urbanos de San Cristóbal de Segovia y La Lastrilla. No obstante, ahora estamos centrados en reparar la avería y luego, ya veremos, porque lo primero es minimizar los daños ocasionados en el río», apunta Merino.

El vertido de aguas fecales preocupa en el Ayuntamiento porque puede dañar severamente el ecosistema del Eresma, aunque no se ha detectado que haya mortalidad de peces. Al menos, de momento. En estas tareas de control están interviniendo directamente técnicos del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. «Les agradecemos la ayuda. Llevan desde el mismo sábado supervisando el estado del cauce y tratando de identificar si hay síntomas de mortandad de peces. Hasta ahora, afortunadamente, no hay nada concreto, lo cual no quita que pueda ocurrir, teniendo en cuenta lo bajo que desciende el río y que llevamos ya más de cuarenta y ocho horas desde que se produjo el colapso. Si eso sucede, la pena será mayor», añade el concejal.

La lectura que el Ayuntamiento extrae de lo ocurrido invita a la reflexión. El daño que una obstrucción de este calibre ocasiona no afecta a una vivienda o una comunidad de vecinos determinada, sino al medio ambiente: «No nos importa difundir lo que se está encontrando porque la ciudadanía debe saber lo que ha ocurrido. La concienciación es fundamental. Es una asunto que nos preocupa y en el que todos debemos tomar conciencia, porque no es normal que se arrojen pelotas de tenis al saneamiento público».

Los trabajos continuarán hoy con las labores de limpieza. «Todavía tarderemos unos cuantos días en tapar los agujeros, que han sido cuantiosos y voluminosos», dijo Merino.