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Miembros de las seis comparsas de Segovia posan con parte de sus disfraces. Antonio Tanarro

Las comparsas se visten de resignación en el primer año sin carnaval

La verbena del martes de carnaval de 2020 fue el último gran acto multitudinario en Segovia antes de la pandemia

laura lópez

Segovia

Domingo, 14 de febrero 2021, 12:23

La fiesta caracterizada por los bailes, las coplas y los desfiles debería haber arrancado ayer, pero este año no podrá celebrarse debido a las restricciones sanitarias. En lugar de verbena, fiesta con los amigos y buen humor, este fin de semana se cierne sobre ... los segovianos la sombra de otra conmemoración que nada tiene que ver con la alegría del carnaval: el primer aniversario de la pandemia en Segovia. De hecho, el carnaval de 2020 fue la última fiesta multitudinaria para sus vecinos y, para algunos miembros de las comparsas, el único buen recuerdo de ese fatídico año.

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A falta de la programación carnavalesca habitual, la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Segovia ha organizado una iniciativa bajo el lema 'Carnaval en el corazón'. En primer lugar, se ha instalado una exposición fotográfica que permanecerá en la Plaza Mayor hasta el 21 de febrero. Tanto en el balcón del consistorio como en el quiosco ubicado en el centro de la plaza se podrán ver imágenes de la celebración de otros años, como una especie de homenaje a lo que debería haber sido y no podrá ser.

También se ha organizado un concurso de disfraces 'on-line', con el que se anima a todos los vecinos a celebrar estas fechas especiales desde casa. Se premiarán los disfraces más originales y divertidos publicados en redes sociales. Con esta alternativa, se pretende mantener vivo el espíritu del carnaval de forma simbólica hasta que se pueda retomar la tradición a la que a todos los segovianos les gustaría volver, sobre todo en el caso de los protagonistas del carnaval segoviano, los miembros de las comparsas.

Luicio de Pablos, de la comparsa Vacceos. Antonio Tanarro

Lucio de Pablos, Comparsa Vacceos

«Podemos darnos con un canto en los dientes porque va a ser solo un año»

La comparsa Vacceos toma su nombre del pueblo prerromano que habitaba la provincia hace miles de años. Desde que nació en 1985, muchas personas han pasado por ella, y en la actualidad está compuesta de más de 70 vecinos. Uno de sus miembros, Lucio de Pablos, asegura que en el grupo han llevado la noticia de la suspensión «con resignación»: «Podemos darnos con un canto en los dientes de saber que, en principio, solo se va a perder un año», comenta.

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Aunque esta situación se veía venir, en Vacceos tenían aún la esperanza hace unos meses de poder organizar algo, aunque no fuera como todos los años, pero que sí les permitiera salir y disfrazarse al mismo tiempo que mantenían las medidas de seguridad. «Después de navidades ya lo hemos dado por perdido», lamenta.

Este año se conformarán con vivir de los recuerdos de la última edición, en la que todos fueron disfrazados de elfos y hadas con alguna que otra sorpresa: «Nosotros siempre quedamos en una temática común, pero cada uno se encarga de lo suyo porque nos gusta descubrir todos los trajes el primer día, es una ilusión muy grande», apunta.

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La última gran fiesta de Segovia en 2020 fue, a su parecer, «un éxito total y absoluto» con la incorporación de la verbena en la Plaza Mayor: «Es una lástima no poder continuarlo porque es algo que al año siguiente la gente ya lo estaría esperando con ganas», lamenta.

Isabel Calvo, de Semaforitos. Antonio Tanarro

Isabel Calvo, Comparsa Semaforitos

«La gente está triste y tampoco tiene muchos ánimos de carnaval»

La comparsa Semaforitos, que cumplió en 2020 treinta años, ha acogido el «no carnaval» de 2021 con «normalidad», según explica una de sus miembros, Isabel Calvo: «Era algo que la gente se veía venir, todo el mundo lo tenía en la cabeza, que no iba a haber nada», señala.

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Muchas de las aproximadamente cuarenta personas que forman parte del grupo, en cualquier caso, tampoco habrían tenido 'cuerpo' para ello: «La gente está un poco triste por la situación y no tenía ánimos, algunos han perdido algún familiar, otros el trabajo…», lamenta.

Conservan en la memoria con mucho cariño, eso sí, el carnaval de 2020, «el único buen recuerdo del año», como lo califica Calvo. Por el momento, tendrán que conformarse con revisitar aquellos momentos, como cuando fueron a Madrid a comprar las telas para confeccionar los trajes, o crearon con mucho mimo los adornos, entre ellos una vaca que les acompañaría durante el desfile.

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En el último carnaval, Calvo asegura que se lo pasaron todos muy bien antes de que «se empezaran a torcer las cosas». De hecho, ella misma recuerda cómo apenas unos días después de las fiestas se detectó el primer caso de coronavirus en la ciudad, un joven italiano de la IE University del que además se decía que había estado en la multitudinaria verbena del martes de carnaval.

José Manuel Ansoleaga, de Los Chirigoteros. Antonio Tanarro

José Manuel Ansoleaga, Los Chirigoteros

«El año pasado unos chicos se disfrazaron de covid y nos hacía gracia»

En la comparsa Los Chirigoteros «la cosa está muy decaidilla» también, como afirma uno de sus miembros, José Manuel Ansoleaga. Ellos también deciden el traje de un año para otro, en el domingo de piñata. Esta edición tenían pensado hacer un homenaje a los 500 años de revuelta comunera e ir disfrazados como sus protagonistas. «Lo dejaremos para el año que viene y celebraremos el 501», comenta con resignación Ansoleaga.

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Este grupo está formado por miembros de la Hermandad del Rocío de Segovia, por lo que su 'punto fuerte' son las coplas. «Nosotros lo preparamos mucho, somos los únicos que tocamos música en directo», comenta José Manuel, quien reconoce que su gran referencia es el carnaval de Cádiz, «salvando las distancias». Por eso, las canciones en las que se basan las coplas de la comparsa segoviana son de corte rociero como rumbas o villancicos andaluces, sobre la que cantan temas de actualidad locales y de la política nacional.

Sobre el último gran acontecimiento festivo de 2020, Ansaloaga también coincide en que fue especialmente divertido gracias a la orquesta –la principal novedad del programa del año pasado– y mantiene un recuerdo especial de aquellos días previos al estallido de la pandemia: «Me acuerdo que el año pasados unos chicos se disfrazaron de covid y nos moríamos de la risa. Yo incluso me abracé a ellos y decía '¡Yo quiero una baja!».

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Antonio Yuste, de Para Que Tú Lo Bailes. Antonio Tanarro

Antonio Yuste, Para Que Tú Lo Bailes

«No sería lógico reunirnos para perjudicarnos los unos a los otros»

La comparsa Para Que Tú Lo Bailes se ha diferenciado desde que comenzó a desfilar en 2010 como un grupo que mima la parte de la danza, como bien hace referencia su nombre, pues nació de un grupo de amigos aficionados a los bailes de salón. Sin embargo, este año, el espíritu no está para muchos bailes, como atestigua Antonio Yuste, uno de los organizadores: «Están los ánimos muy apagados, es obvio que no se iba a poder celebrar, no sería lógico reunirnos para perjudicarnos unos a otros, este año no se puede hacer nada de nada de nada y se lleva mal».

Normalmente, este grupo suele decidir ya por verano los disfraces que lucirán unos meses más tarde, pero esta edición, ante las malas expectativas que han traído consigo la pandemia, ni siquiera se llegó a mantener tal reunión.

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Como el resto de compañeros, Yuste recuerda el último año como uno especialmente bueno, gracias a la orquesta que animó muchísimo el ambiente, pero también por todo lo que rodea a la fiesta: «Nosotros siempre hacemos comidas, nos juntamos todos, tomamos chocolate…», recuerda con nostalgia.

Sobre la programación especial programa este año por la Concejalía de Cultura adaptada a la situación actual, Yuste opina que funciona como «algo simbólico», que puede ayudar a que «no se pierda el espíritu» del carnaval: «Que ya está la moral un poco baja para todos y a las comparsas les pasa igual. Y a ver si podemos salir el año que viene… o al otro», declara Yuste.

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Ángel Román, de Semifusa. Antonio Tanarro

Ángel Román, Comparsa Semifusa

«Al principio cuesta admitirlo pero aunque no lo hagas va a dar igual»

La comparsa La Semifusa presume de ser la más veterana del carnaval segoviano y es que este año cumplen cuarenta años. Uno de sus miembros, Ángel Román, reconoce que este año era «absolutamente inviable» la celebración, por mucho que lo hayan deseado. «Al principio cuesta admitirlo pero, aunque no lo hagas, va a dar igual», resume.

Las alrededor de cincuenta personas que forman parte de esta vieja comparsa suelen decir ya el domingo de piñata cual será el disfraz del año siguiente, así que ya tenían una idea de cuál sería el traje este año, pero se guardan la idea para el futuro. Normalmente, en noviembre se suelen poner manos a la obra y después de navidades es cuando dan el empujón: «Esta semana habría sido terrible, estaríamos rematando todo porque el sábado tendríamos que estar en la calle», relata Román.

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En La Semifusa, la pasión pasa de generación en generación. «Los primeros años, éramos todos solteros que estábamos buscando novia, luego algunos la encontramos, nos casamos, tuvimos hijos y los niños nos acompañan hasta que llegan a la edad del pavo. Luego, cuando ya se han comido el pavo tres veces, vuelven y lo hacen con sus hijos», resume Román.

Además de las generaciones, también evolucionan los tiempos y con ellos, la forma de pensar y tratar los temas en las coplas del carnaval, canciones que suelen tratar sobre temas de actualidad o los propios disfraces. «En el año 83 nos disfrazamos de moros. Hoy no sé si saldríamos así», ejemplifica.

Esther Migueláñez, de la comparsa de la Fundación Personas. Antonio Tanarro

Esther Migueláñez, Apadefim-Fundación Personas

«Para nosotros el carnaval es más que diversión, es una forma de inclusión»

Apadefim creó su propia comparsa de carnaval hace ya unos quince años, antes de que cambiase su denominación a Fundación Personas. Esther Migueláñez es la responsable del Departamento de Ocio de la asociación y conoce muy bien lo que significa esta fiesta para sus miembros.

«Para nosotros el carnaval es mucho más que una simple diversión, es una forma de inclusión, al poder participar como cualquier otra comparsa de Segovia y estar en contacto directo con la gente», ilustra Migueláñez. A pesar de la importancia de este festejo, que rebasa lo lúdico, en la fundación han asumido que la falta del tradicional carnaval es un sacrificio ineludible, que merecerá la pena. «Si nos cuidamos, carnaval va a seguir habiendo toda la vida, pero lo importante ahora es la salud». A pesar del varapalo de no poder desfilar por las calles de la ciudad, en la fundación han preparado un carnaval en pequeño formato para no dejar de disfrazarse. Ayer incluso hicieron un concurso de disfraces, sobre el que los miembros de la asociación estaban muy emocionados porque es el único año en el que cada uno de ellos puede vestirse de lo que quiera, sin tener que ponerse de acuerdo con el resto de integrantes.

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«Por ejemplo, hay uno que se quería disfrazar de David Bisbal, y eso, todos juntos no nos habríamos vestido, pero este año es su oportunidad; otro lleva años queriendo hacerlo de indio, pero nosotros ya nos vestimos hace unos años… otros lo han dejado para la sorpresa», relata la trabajadora social, cuya elección para esta jornada pasada por encarnar el popular personaje de Mary Poppins.

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