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claudia carrascal
Segovia
Domingo, 14 de febrero 2021, 18:34
A pesar de todos sus esfuerzos para no echar el cierre de forma definitiva, la situación cada vez es más compleja para los hosteleros de Segovia. Acumulan más de 10 meses con pérdidas y aunque el pasado verano consiguieron salvarlo, no fue suficiente para ... remontar, por lo que cerraron el año en números negativos. El 2021 lejos de traer esperanza está acabando con la paciencia y con el optimismo de estos empresarios porque las restricciones cada vez son más duras y ellos vuelven a los más perjudicados.
El presidente de Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse), Jesús Castellanos, asegura que el sector se encuentra en una situación «crítica». No obstante, diferencia dos tipos de establecimientos, los que no tienen terraza, que suman unos 160 en la ciudad y que por obligación tienen que permanecer cerrados, y los que «están salvando los muebles gracias a estos espacios al aire libre y las buenas temperaturas de los últimos días».
Aquellos que se pueden permitir abrir las puertas a pesar del confinamiento perimetral y del toque de queda a las 20:00 horas están ingresando en torno al 15 o el 20% de su facturación habitual, según Castellanos. Una cantidad insignificante que en muchas ocasiones no les permite ni siquiera cubrir gastos. «Lo normal sería que ante esta situación el 90% del sector estuviera cerrado, pero muchos abren, aunque sea para facturar el mínimo y llevar cuatro duros a casa porque tienen familias que mantener». Para ello tratan, de afrontar el día a día solos, sin sacar a los trabajadores del ERTE porque no se pueden permitir pagar sueldos y como mucho cuentan con la ayuda de su familia que les echa una mano.
Además, subraya que «los que no tienen forma de trabajar están en la ruina y cada semana que pasa tienen más complicado volver a abrir». Algo similar ocurre con los establecimientos de hostelería de los pueblos. «La población del medio rural lo está pasando muy mal debido a esta situación epidemiológica y tienen miedo, por lo que no salen de casa y menos para ir a los bares, así que muchos están cerrados».
En cuanto al servicio de comida para llevar o a domicilio advierte que «está salvando a muy pocos hosteleros» en una ciudad como Segovia. En concreto, calcula que una decena, de los aproximadamente 30 establecimientos que se han adherido a esta iniciativa, han visto un incremento importante de este tipo de pedidos en los últimos meses. No obstante, indica que es algo residual porque «en estos momentos, hay más oferta que demanda» y a diario a penas se generan encargos.
En definitiva, considera que los grandes beneficiados de esta tendencia son las franquicias de pizzas y hamburguesas, que habitualmente copaban este mercado y que, a su juicio, son las que han visto crecer de forma significativa el volumen de pedidos. «El restaurante de toda la vida está haciendo un esfuerzo muy grande por adaptarse e integrarse, pero le está costando demasiado».
Poco antes de la pandemia las plataformas de reparto comenzaron a apostar por Segovia, pero para los restaurantes suponía un servicio puntual. Ahora los pedidos han aumentado, aunque no se puede hablar de cifras considerables, según el presidente de la agrupación. Admite que para muchos en meses tan críticos este servicio supone el 100% de su facturación. «Para los que no tienen terraza ahora mismo es la única posibilidad de trabajar, otra cosa es que les compense porque igual reciben ocho pedidos un sábado», relata. Para los que cuentan con mesas en el exterior, actualmente también supone un porcentaje muy alto de la facturación, ya que el toque de queda ha suprimido el servicio de cenas y el de comida en pleno enero en la calle tampoco está demandado. A pesar de que es un pequeño complemento, Castellanos incide en que «la comida para llevar no salvará a los restaurantes segovianos».
Después de tantos meses de trabas señala que lo más preocupante es que «todos los ahorros del 2019 ya se han esfumado, igual que los préstamos ICO». Por otra parte, las ayudas están pedidas, pero «no llegan», algo que desde su punto de vista no se puede permitir. Pide a las administraciones que tomen como ejemplo a otros países europeos, que están apoyando a la hostelería de forma mucho más contundente, a pesar de que ser un sector que aporta al PIB nacional mucho menos que en España. «Estamos completamente abandonados y esto traerá serias consecuencia».
En Segovia hay unos 30 negocios, en torno al 15% de la hostelería, que ya no volverán a abrir sus puertas debido a la crisis ocasionada por esta pandemia. Sin embargo, Castellanos puntualiza que esta cifra podría aumentar hasta el 50% si la situación se prolonga. En la misma línea, explica que sin turismo la hostelería de Segovia no puede remontar porque «es una ciudad que está preparada para recibir a decenas de miles de turistas al año. Esto hace inviable que se pueda retroalimentar con sus propios habitantes como ocurre en Palencia o Valladolid».
El problema no solo será para los empresarios del sector que entrarán en concurso de acreedores, si no también para todos sus empleados. «Este sector genera en la capital en torno a 4.500 empleos, cerca de 7.000 en toda la provincia y podrían perderse la mitad si este año sigue así», vaticina. Asimismo, recalca que las personas que trabajan en hostelería «suelen tener una preparación escasa y lo normal es que su experiencia esté muy vinculada a este sector, por lo que será muy complicado que puedan encontrar empleo en otras áreas».
En su opinión, la única solución en un momento tan crítico son las ayudas directas apoyadas con la disminución o exención de impuestos porque «si no se puede trabajar es surrealista que se obligue a pagar las cuotas», concluyó Castellanos.
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