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Una joven paga en la entrada de un local de Segovia. Óscar Costa
El cobro de entrada, práctica generalizada

El cobro de entrada, práctica generalizada

Ocio Nocturno ·

El pago por entrar y garantizar al menos una consumición se va extendiendo a discotecas y locales de copas de la 'noche' segoviana

Berta Jiménez

Segovia

Domingo, 28 de noviembre 2021, 11:38

Con la relajación de las medidas restrictivas, el empresario hostelero segoviano Víctor Blázquez dice haber notado que la gente «está más alterada» que antes de la pandemia, aunque reconoce que, en general, tanto clientes como empresarios han reabierto «con ganas». Añade también que la única norma que sigue vigente hoy en día para los locales cerrados, que es que los usuarios lleven mascarilla cuando no consumen, muchas veces es «difícil de controlar» en establecimientos como el suyo, donde el cliente va a divertirse.

Más positivo con la reactivación del sector se muestra Javier García, del bar de copas Mandala, para quien la vuelta a la actividad está funcionando muy bien de momento. «Estamos contentos. La aceptación de la gente está siendo muy buena, hay mucha afluencia de público. La gente está saliendo con muchas ganas de divertirse, de relacionarse y de volver a lo que era la vida de antes dentro de unos límites», señala García, quien, no obstante, alerta de que «todavía hay que tener cuidado porque 'el bicho' aún está ahí».

Este año los locales han anunciado novedades que no existían en temporadas anteriores. Una de las medidas que algunos de los establecimientos segovianos han implantado recientemente para no seguir perdiendo dinero es el cobro de entrada. José Cobos asegura que en discotecas como la suya (el Sabbat) o como ocurre en el Canavans-Theatre esto ya se hacía desde hace años. Hasta 2020, en su establecimiento se cobraba antes 3 euros, de un modo casi simbólico, para evitar que la gente entrase y saliese sin consumir. Ahora, el empresario explica que se cobra una entrada más alta pero equivalente a una consumición.

Otros bares de copas se han sumado por primera vez a la iniciativa. El Destino es de los que han empezado a cobrar entrada a raíz de la pandemia. Su dueño, Víctor Blázquez, es tajante: «No podemos permitirnos que la gente no consuma». La entrada también vale por una copa y cuesta 7 euros, aunque a partir de cierto momento de la noche (depende del día, es una hora u otra), se deja de cobrar. El empresario hostelero explica que lo hacen sobre todo para que la gente no se quede únicamente bailando, sino que, al menos, pague una consumición.

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