Los segovianos participarán en la creación de una ordenanza específica del arbolado público

El propósito de este plan es «establecer las estrategias necesarias para mejorar, conservar y potenciar el patrimonio arbóreo de la ciudad», señala el concejal de Medio Ambiente, Ángel Galindo. Aunque la fase de preparación del pliego para contratar el proyecto comenzó a principios de 2021, las condiciones no se aprobaron hasta la celebración de la junta de gobierno local la semana pasada. También fijó el precio base de licitación en 62.585,04 euros.

Esta demora se debe a «cuestiones de contratación», defiende el edil, ya que el pliego tiene que pasar previamente por diferentes servicios municipales. También hay que tener en cuenta que los presupuestos del actual ejercicio entraron en vigor en abril, más tarde de lo previsto, y «para empezar, hay que tener la partida disponible», explica.

Pero el sueño pudo hacerse realidad. El tiempo estimado de elaboración del plan ronda los cuatro meses. A su vez, el plazo para que las empresas interesadas presenten sus ofertas finaliza el 1 de octubre.

En todo caso, las candidaturas que opten al pliego tendrán que cumplir un requisito esencial: garantizar la participación ciudadana en la confección del plan, tanto en su fase de diagnóstico como en las propuestas. «Las empresas tienen que conseguir reflejar la opinión de los segovianos sobre el arbolado de la ciudad», asevera Galindo.

La ciudad es cosa de todos. Esa es la aspiración que la Concejalía de Medio Ambiente persigue. No solo se refiere a la colaboración para redactar el Plan Director de Arbolado, sino también para concienciar sobre el cuidado y la protección del patrimonio natural. Está previsto que se convoquen mesas de trabajo en las que participen los diferentes agentes sociales especializados en la conservación del entorno y la puesta en marcha de foros abiertos a toda la ciudadanía, entre otras acciones.

Precisamente, han pasado más de veinte años desde la puesta en marcha del Plan de Gestión Integral del Arbolado y de la Malla Verde, que estaba orientado a modelar una ciudad más sostenible. Segovia fue pionera al llevar a cabo la redacción de este documento en 1998, que se ha convertido en «referencia» para otras ciudades, considera el titular segoviano de Medio Ambiente.

Con el paso de los años, el arbolado de la ciudad ha cambiado mucho, lo que ha llevado a la gestación de la idea de actualizar el plan o diseñar uno nuevo. «No es que fuera una cuestión estrictamente necesaria, pero ahora estamos apostando por potenciar el patrimonio natural», asegura.

Es innegable la evolución del arbolado en la capital segoviana. Durante todo este tiempo, «se ha hecho un trabajo diario dirigido a su observación y conservación», destaca Galindo. Estas labores incluyen el mantenimiento y la puesta en marcha de medidas oportunas que garantizan la seguridad de los ciudadanos ante imprevistos. Pero, antes o después, era necesario adaptar la normativa y gestión a los últimos datos de población arbórea y a las nuevas metodologías.

No es un simple censo, sino un instrumento que marca la gestión del arbolado para los próximos años, tal y como sostiene Galindo. El árbol se tendrá en cuenta como un elemento «estructural» y no meramente «ornamental» de la ciudad, puntualiza el concejal. Asimismo, la principal función del plan será «maximizar los beneficios al realizar la correcta selección de las especies y la mejora de los espacios para su desarrollo», remarca.

Para este cometido, el Plan Director de Arbolado constará de varias fases. En la primera, se analizará el arbolado a partir de un estudio cuantitativo y cualitativo, y de la situación de los ejemplares que tienen la posibilidad de catalogarse como «singulares». A continuación, se procederá a realizar un diagnóstico en el que estarán presentes las fortalezas, las oportunidades y los principales problemas a los que se enfrenta el arbolado.

En segundo lugar, las conclusiones permitirán idear una propuesta de modelo para su gestión, que «especificará la población deseada en cuanto a número, edades, especies y distribución por zonas», concreta el concejal de Medio Ambiente. Este estudio incluirá un anteproyecto de plantación y renovación según las necesidades o carencias en las parcelas de la ciudad, sin eludir el aumento de la biodiversidad y la conectividad biológica.

El último paso será la presentación de un borrador de ordenanza exclusiva para el arbolado público -diferente a la de parques y jardines- que contendrá criterios de singularidad del arbolado y de las masas arbóreas, a lo que se suma un reglamento de protección, sus consecuentes prohibiciones y las diferentes sanciones.

«La supervisión de los técnicos municipales estará presente en todo momento», garantiza Galindo. Tras esto, la propuesta final deberá superar una revisión técnica y política para finalmente alcanzar la aprobación. «Sería deseable tenerla antes de que acabase el mandato en mayo de 2023, pero sabemos que los plazos a nivel administrativo llevan su tiempo», concluye .