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El Ayuntamiento de Segovia descarta, por ahora, adoptar restricciones en el uso del agua porque los embalses del Pontón Alto (La Granja-Palazuelos) y Puente ... Alta (Revenga) aún se encuentran el 75% de su capacidad. Cuando el porcentaje descienda del 50%, será el momento de plantearse alguna medida, según ha informado la alcaldesa, Clara Martín, que rechaza empezar ya a bombear agua de los acuíferos de Madrona, como ha pedido el concejal no adscrito de Palazuelos de Eresma, Juan Martín Sevillano, a fin de dejar el pantano de Revenga solo para uso de los municipios de la Mancomunidad de La Atalaya, entre ellos Palazuelos y sus núcleos. Según Clara Martín, el Ayuntamiento de la capital ni se plantea recurrir ahora a Madrona, entre otras cosas porque el bombeo eléctrico costaría el triple de lo que costaba la última vez que hubo que 'tirar' del acuífero, es decir, alrededor de 3.000 euros al día.
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«El concejal de Palazuelos no está bien informado porque, para empezar, no podemos comunicar los acuíferos de Madrona con la ETAP de Rancho del Feo, pues utilizan sistemas de distribución distintos. El pantano de Revenga representa el 40% del abastecimiento de la capital y suministra el agua a su parte alta, es decir, los barrios de Nueva Segovia, La Fuentecilla-Puente Hierro y San José. El concejal debería recordar que el Ayuntamiento de Segovia y la Mancomunidad de La Atalaya mantienen un convenio por el que Palazuelos de Eresma y sus núcleos pueden beber de Puente Alta, [embalse que se encuentra en término municipal de Segovia]. Firmamos ese convenio perdiendo nosotros suministro, y en virtud de la concesión que nos otorga la Confederación Hidrográfica del Duero, para poder hacer ese favor a los vecinos de estas localidades del alfoz», señala la alcaldesa.
Segovia solo recurre a los acuíferos de Madrona en casos excepcionales, es decir, cuando el suministro de los embalses empieza a escasear de manera alarmante o la calidad del agua no es buena, circunstancias que suelen ir relacionadas. «Ahora estamos probando las bombas de extracción, pero no vamos a echar mano de Madrona si no es necesario. En circunstancias normales, antes de la subida de precios, bombear el agua desde Madrona costaba 1.000 euros al día. A día de hoy, el coste podría dispararse a los 3.000, según los técnicos municipales, que no ven la necesidad de recurrir al acuífero de Madrona teniendo en cuenta que los embalses aún tienen mucha agua almacenada. El abastecimiento está garantizado y la calidad del agua es buena», asegura Martín.
Sin embargo, que los embalses estén al 75% de su capacidad no quiere decir que en septiembre u octubre empiece a haber problemas. Todo dependerá de si llueve o no. A poco que septiembre traiga alguna tormenta, la situación mejorará en pocos días porque embalses de tan escasa capacidad se llenan enseguida. «El último año crítico –recuerda la regidora– fue 2015. Los pantanos bajaron al 25% de almacenamiento, que es el nivel más bajo de la serie histórica. Tuvimos una buena calidad del agua, aunque hubo que adoptar medidas extraordinarias. Ahora nos hemos puesto como tope el 50%». Según Martín, serían medidas relacionadas con el riego de jardines, piscinas y otro tipo de usos no relacionados con el consumo humano: «Es cierto que los técnicos están comprobando que la curva desciende un poquito más rápido que otros años, pero, por suerte o por desgracia, no sabemos cómo será el tiempo en otoño. Podemos tener un otoño con tormentas que llenen rápidamente los embalses o que nos veamos como en 2015, en una situación excepcional, en que tengamos que recurrir a Madrona y restringir los usos. ¿Para cuándo estaremos en ese 50% de capacidad? Es imposible saberlo».
Aparcado por la propia Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), el Plan Hidrológico vigente no prevé ni la construcción del embalse del Ciguiñuela, medida que la Administración central defendía para garantizar el abastecimiento del Carracillo, ni el recrecimiento del embalse de Puente Alta, opción preferida por el Ayuntamiento para apuntalar para muchos años el almacenamiento de agua en la ciudad. «No hay pasos en ninguno de los dos sentidos», subraya la alcaldesa. «El embalse del Ciguiñuela, con una capacidad de 24 hectómetros cúbicos, no beneficiaría a la capital, porque el 80% de su agua iría destinada al abastecimiento de otras comarcas. Un embalse de semejante capacidad tendría una afección muy importante en San Lorenzo o San Marcos, que quedarían en zonas inundables, lo que también pondría en riesgo el patrimonio cultural de todo el valle del Eresma. De ahí nuestro rechazo. La CHD defendía la existencia de embalses en las cabeceras para abastecer la cuenca media y baja de los ríos, pero Segovia se opone a tener el agua embalsada para abastecer la zona de Medina del Campo o el Carracillo», explica Clara Martín, partidaria de la recrecida de Puente Alta: «Duplicar su capacidad es la opción más conveniente. El Ayuntamiento lo seguirá defendiendo. El de Revenga es un embalse municipal y la inversión no sería tan costosa como la que supondría construir un nuevo pantano».
La capital segoviana bebe del agua de los embalses del Pontón Alto, que tiene una capacidad de 7 hectómetros cúbicos, y Puente Alta, con 2 hectómetros cúbicos de almacenaje. Son, pues, embalses pequeños, aunque esto tiene la ventaja de una rápida recuperación tras los periodos de estiaje. Varios días de lluvia en septiembre suelen ser suficientes para que tanto uno como otro recuperen el agua almacenada. El problema es que el otoño se presente seco, como ocurrió en el año 2015, el último verdaderamente crítico.
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