Cinco meses de cárcel por lesionar y amenazar a policías: «Putos gordos, os voy a matar»

Así, la resolución rectifica la sentencia inicial del Juzgado de lo Penal número 1, ya que, según argumenta el magistrado «comete el error denunciado por el recurrente».

Dicha equivocación consiste en que la condena que se dictaminó partió de una pena en abstracto por el delito de atentado contra agente de la autoridad de uno a tres años, cuando tal y como lo establece el Código Penal, se tenía que haber tomado en consideración la horquilla entre seis meses y tres años, con las atenuantes de embriaguez y de que el acusado reparó antes del juicio los daños mediante el pago de 490 euros por las responsabilidades civiles que le imputaban dos policías que sufrieron lesiones en los forcejeos que mantuvo cuando fue detenido.

Los hechos que considera probados constituyen un delito de atentado a agentes de la autoridad. Todo empezó en el tren que une Palencia y Madrid, tras la parada en Valladolid. El condenado «se hallaba afectado por el alcohol»; no llevaba el billete del trayecto, sino el de otro anterior, y además se mostraba «agresivo» con los interventores y «alteraba el orden público y el normal funcionamiento del servicio». El revisor avisó a dos policías de paisano que iban en el tren. Uno de los agentes se acercó y le intentó tranquilizar sin éxito. El alborotador le replicó: «me da igual lo que seas, de aquí no me baja nadie».

Cuando hizo acto de presencia el segundo policía, que también se identificó, el pasajero empezó a vociferar, a hacer aspavientos y realizó el ademán de golpearles sin llegar a alcanzar a ninguno. «¡Por mis cojones voy a seguir hasta Madrid», exclamó cuando se le conminó a apearse del tren.

Al final, consiguieron que se bajara en la estación del AVE de Segovia, donde aguardaban dos vigilantes de seguridad. Sin embargo, el hombre no solo mantuvo su actitud agresiva sino que la acrecentó, relata la sentencia. Los agentes policiales tuvieron entonces que intervenir para reducirle. Tal y como se recoge del juicio, el acusado «se lanzó a golpear con su puño derecho» a uno de los vigilantes, al que tampoco alcanzó gracias a la reacción de uno de los policías de paisano que iban en el tren.

El ahora condenado siguió resistiéndose, trató de pegar a otro agente y les profirió varios insultos y amenazas. «No sois nadie, hijos de puta, os voy a coger uno a uno y os voy a matar, gora ETA, txakurras, putos gordos, pocos fueron los muertos de ETA», les espetaba mientras era reducido y les decía que tenía goma dos y cuchillos.

El traslado a la dependencias policiales no le serenó. En la Comisaría se mostró agresivo hasta que un poco más calmado pidió llamar a su padre. Le llevaron a un despacho y tras entrar cerró con violencia la puerta al mismo tiempo que continuaba insultando y amenazando a los funcionarios. Dos de ellos entraron y lograron sacarlo de la estancia mientras el alborotador lanzaba patadas al aire dirigiéndose a uno de los policías: «puto cabrón, te voy a matar».

Uno de los agentes de paisano del tren sufrió un esguince en un dedo de las mano derecha y lesiones en la rodilla. Un compañero que estaba en los calabozos sufrió un traumatismo en la mano derecha y en una rodilla al tratar de reducir al detenido.