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Una camioneta pasa por delante del Cervantes, en cuya fachada cuelgan los carteles ciematográficos. La foto es de los años cuarenta. Col. Juan Ignacio Davía
Cien años de la inauguración del teatro Cervantes

Cien años de la inauguración del teatro Cervantes

El coliseo de la Calle Real abrió sus puertas el 12 de septiembre de 1923 con la representación de una comedia y la actuación de la bailarina Isabelita Ruiz

Carlos Álvaro

Segovia

Martes, 12 de septiembre 2023, 14:37

Cerrado desde 1984, al teatro Cervantes, de Segovia, aún le quedan meses por delante para resurgir. Las obras de reconstrucción, que dieron comienzo en 2022, han estado varios meses paradas, a raíz de los problemas de vibraciones surgidos durante el proceso. La empresa constructora notificó el reinicio el pasado 1 de septiembre, aunque los obreros ya llevaban varios días trabajando. Curiosamente, hoy, 12 de septiembre, se cumplen cien años redondos de la inauguración del recordado teatro, cofre dorado en el que tantas generaciones de segovianos dejaron volar sus sueños.

«La sala de espectáculos es amplia, alegre, y está decorada con mucho gusto. Los pasamanos y cortinones de los palcos y plateas son de peluche azul, resaltando sobre el fondo claro de la sala. Las butacas son cómodas y elegantes, ascendiendo a 586 el número de las que hay en el patio. Todas las dependencias del nuevo teatro se distinguen por la amplitud y 'confort' con que se ha atendido a la distribución de los distintos servicios. Una copiosa iluminación eléctrica, dotada de bellos aparatos, da una nota de alegre visualidad a la sala de espectáculos. El teatro Cervantes es digno de una capital de primer orden».

'El Adelantado de Segovia' anunciaba así, el 11 de septiembre de 1923, la apertura del teatro Cervantes, prevista para el día siguiente. Eran momentos inciertos porque, mientras la sociedad segoviana se vestía de largo para asistir a la inauguración del nuevo coliseo, el general Primo de Rivera preparaba en Barcelona un golpe contra el Gobierno que acabaría marcado la vida del país. El periódico local del 13 de septiembre ofrecía las dos noticias en la misma página: por un lado, el bautizo del teatro y, por otro, el golpe de Estado.

Multitudinario almuerzo en el patio de butacas del Cervantes, el día de la visita de Primo de Rivera en 1926. Archivo de la Diputación de Segovia

La construcción del teatro Cervantes fue impulsada por el Círculo Mercantil e Industrial, que en 1921 había comprado la Casa de los Picos para instalar en ella la sede que perdiera meses atrás en un formidable incendio. Tras acondicionar el edificio a sus necesidades y animada por un cierta bonanza económica, la junta directiva del Círculo decidió levantar un teatro en el antiguo patio del inmueble. Las obras empezaron con rapidez, y en algo menos de dos años, el Cervantes era una realidad. En junio de 1923, a tres meses de la inauguración oficial, la prensa informaba de la marcha de los trabajos: «Da acceso al teatro, desde la calle Cervantes, un espacioso vestíbulo y una magnífica escalera de mármol artificial. En los pisos bajo, principal y segundo, hay amplios «foyers». Cuenta en el piso bajo con cómodas plateas y en el principal, con dos filas de palcos y, en el frente, con espaciosas localidades de las llamadas butacas de principal. En el piso segundo están las delanteras y los asientos de paraíso. Está terminada la instalación del alumbrado y a punto de terminarse la de la calefacción, por los más modernos procedimientos».

Presencia real

Para el estreno, se invitó a la infanta Isabel, tía del rey Alfonso XIII, que llegó al teatro a las seis y media de la tarde de aquel lejano 12 de septiembre acompañada de su inseparable dama, la señorita Margot Bertrán de Lis. Cuando la condesa de Segovia entró en la sala, sonaron los acordes de la 'Marcha Real'. La compañía del teatro Infanta Isabel, de Madrid, dirigida por Arturo Serrano, representó la comedia 'El paso del camello'. María Luisa Moneró, Mercedes Sampedro, José Calle o Nicolás Navarro fueron algunos de los intérpretes que inauguraron las tablas del Cervantes. La sesión terminó con una actuación de la bailarina Isabelita Ruiz, la Reina de la Danza. El público, integrado por las familias más distinguidas de una sociedad de clases muy marcadas y por aristócratas de la colonia veraniega de La Granja, pasó una tarde inolvidable.

Desde un principio, dio cabida al séptimo arte y se convirtió en una de las salas más prestigiosas

La explotación del local le fue adjudicada por cinco años a Ángel Soteras, que ya había sido empresario del teatro Juan Bravo. Soteras empezó con fuerza: durante su primera semana de existencia, el Cervantes programó funciones diarias de tarde y noche, todas a cargo de la compañía del Infanta Isabel. A estas piezas les sucedieron las zarzuelas y los espectáculos de varietés y, por supuesto, de cinematógrafo, pues casi desde un principio se dio cabida al séptimo arte. El cine acabaría convirtiendo el teatro de la Calle Real en una de las salas más prestigiosas del país.

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