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Los cambios de paradigma que trae consigo el desarrollo informático no escapan de ningún sector, tampoco del militar. Desde que en la década de 1960 los servicios de inteligencia estadounidense desarrollaron internet como recurso bélico, los ejércitos han evolucionado al ritmo que marcaba la ciencia. En pleno siglo XXI, las tecnologías han llegado para quedarse y los cuerpos de defensa y contra el espionaje centran su esfuerzo en estar preparados para las nuevas guerras. Este fue uno de los temas centrales que se abordaron en una de las mesas redondas durante la primera edición del Congreso de Hackers celebrado este jueves en el edificio CIDE, en la ciudad de Segovia.
En la actualidad nadie discute que los beneficios tecnológicos son múltiples, tanto para la eficacia de los ejércitos y los estados como para el uso cotidiano de las empresas y la ciudadanía. Pero la labor actual se debe centrar en las posibilidades de uso que ofrece y prevenir los males que genera. La inteligencia artificial puede ser una herramienta o una amenaza, en eso los ponentes defienden conocer a fondo lo que se está utilizando y hasta qué punto puede llegar a ser beneficiosa o perjudicial.
«Cada vez que atacan a una empresa o entidad pública las consecuencias afectan a todos los ciudadanos», afirmó Francisco Javier Rodríguez, responsable de inteligencia de Infraestructura Crítica. Desde esta perspectiva, los ciberataques se han convertido en la manera más eficaz de poder hacer daño y de tener un control de empresas y gobiernos. «Los robos de datos suponen un gran daño y, si se trata de un negocio con I+D, genera un ataque para el país», describió Rodríguez sobre las ofensias en la red a empresas que participan en el IBEX 35.
Pedro Baños
Coronel y analista
En ese contexto se debe dar relativa importancia a la mejora de los sistemas de prevención para detener los ciberataques antes de que actúen, algo que ocurre a su vez en las propias instituciones, lo que afectó hace tiempo al sistema informático de la Diputación de Segovia. Para activar los elementos de ciberinteligencia y prevenir ataques es importante analizar los actores que participan en este escenario. «Las organizaciones se deben centrar en el ecosistema que les rodea como posibles objetivos de ataques», analizó el experto en ciberseguridad Carlos Seisdedos.
Como medida más destacada, la proactividad en la prevención supone el centro de estrategia de cualquier empresa de ciberseguridad. «A nosotros no nos importan tanto quienes han llevado a cabo los ataques, nosotros trabajamos para poder prevenirlos en el futuro», destacó el analista dentro de su labor como investigador de seguridad internacional.
Los conflictos bélicos en Ucrania y Palestina han provocado un contexto de inseguridad en las relaciones internacionales. En palabras del coronel Pedro Baños, «la guerra existe, no tengamos ninguna duda». «Además de la guerra convencional, las potencias están haciendo sistemáticamente la guerra de muy diversas formas», añadió. En su argumentación, el experto en geopolítica y seguridad detalló cómo ha surgido un nuevo modelo de batalal y de qué manera los estado deben adaptarse a este tipo de enfrentamientos. «Cuanto más evolucionados estamos en el ámbito ciberespacial, más vulnerables nos convertimos», señaló el militar.
Desde este punto, Baños demandó medidas de protección adecuadas frente a superpotencias que poseen los medios adecuados para bloquear completamente un país. «Tenemos que ser conscientes de la importancia de la ciberseguridad porque todos nuestros sectores claves dependen de las tecnologías del ciberespacio», subrayó sobre la relevancia de destinar mayores recursos en un sector que evoluciona al segundo.
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«El Estado debe ayudar, necesita más medios y más personal», reclamó el coronel Baños. Aunque pone el foco en la labor del Incibe (Instituto Nacional de Ciberseguridad) porque este es el tema central de la seguridad de un país. «Hoy en día es tan importante un soldado en el frente de guerra como un cibersoldado», pronunció.
El ciberespionaje no se debe centrar solo en los ataques entre ejércitos de estados oficializados. A medida que los objetivos cibernéticos han dejado de ser económicos han surgido objetivos empresariales que poseen destacadas funciones. «Se están desarrollando nuevas tácticas de ciberseguridad enfocadas a las grandes empresas, sobre todo aquellas que se dedican al suministro de bienes como la luz o el agua», relató Pedro Baños.
Al mismo tiempo se han visto involucrados nuevos actores como los llamados 'cibermercenarios', que se venden al mejor postor y llevan sus ataques desde cualquier punto del planeta. «Esta guerra se desarrolla en un aspecto muy amplio y esto supone una gran dificultad en la labor de atribución de los actores», concluyó.
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