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Cuéllar limitará a 200 el número de caballistas en los encierros de Cuéllar de finales de agosto. Otra de las novedades es que todos los jinetes irán identificados con un chaleco, dejando atrás las pegatinas que se entregaban a los colaboradores en años anteriores, debido ... a la dificultad en la identificación de algunos caballistas en determinados casos. Ahora bien, estos chalecos serán de diferentes colores: verdes para vecinos empadronados en Cuéllar, los beige para los miembros de la organización y azul para la dirección de campo. Para el resto de caballistas, vecinos no empadronados en la localidad, se va a habilitar un chaleco de color naranja, que podrán ser entorno a los 125, según los cálculos municipales, teniendo en cuenta que jinetes empadronados en la localidad, en años anteriores, han sido entre 50 y 60.
Otra de las novedades de este año es que todos los caballistas podrán participar en el encierro desde la suelta de los corrales del río Cega, una cuestión que se venía limitando en los últimos ciclos con el fin de salvaguardar la propiedad privada.
El alcalde de la villa, Carlos Fraile, aseguró que los motivos de los cambios son varios, como que la inscripción con la pegatina no estaba funcionando al apenas ser visible, lo que a su vez dificultaba el control. El regidor indicó que con el paso de los años se han tomado distinstas decisiones con el objetivo de salvaguardar el encierro, por lo que este año se van a tomar estas medidas a modo de prueba, con el fin de controlar el encierro. Sin embargo, afirma ser consciente de que esto no garantiza «que vayan a salir bien los encierros». Además apuntó que la decisión es del equipo de gobierno, puesto que no ha habido consenso en el Consejo Sectorial de Fiestas.
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También con el fin de mejorar unos encierros «que estaban siendo complicados» se han estipulado distintas normas que deben ser aceptadas y cumplidas por los caballistas para poder inscribirse y participar. Con carácter general se encuentra lo dispuesto en la ordenanza de los encierros, que recoge sanciones de hasta 3.000 euros, pero con carácter específico se marcan distintas premisas más específicas como que ningún caballo podrá permanecer detrás de la manada, y menos aún galopando; o que en los descansaderos marcados se debe mover lo menos posible a los caballos, entre otras cuestiones.
Además, se ha realizado un plano donde se marcan dos puntos de 'especial atención' a las instrucciones del director de campo. Una de ellos es la salida del pinar, tras el paso de Las Máquinas, donde se suele pedir que los caballos se adelanten, lo que en ocasiones no se cumple. En este punto no se moverá el encierro hasta que determinado número de caballistas haya cruzado. De igual forma ocurrirá tras pasar el primer túnel, donde hay una pequeña bajada antes de Los Encaños. Allí, todos los caballos, a excepción de los que marque la dirección de campo, se deberán situar en un punto indicado en el plano, con el objetivo de que la manada tenga el mayor espacio posible y se evite su galopada hasta las calles de Cuéllar. Según Fraile, en este punto en varias ocasiones «hemos estropeado el encierro» porque se comenzaba a galopar y los astados no llegaban con fuerza al Embudo. El objetivo es llegar a este punto con la manada al paso.
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