Casi un centenar de personas protestan en El Espinar por el sistema de recogida de residuos vegetales

Polémica desde antes incluso de entrar en vigor a principios de verano, el nuevo sistema de recogida de residuos vegetales adoptado por el Ayuntamiento de El Espinar para sus cuatro núcleos de población no logra convencer a buena parte de sus vecinos casi dos meses después de su puesta en funcionamiento. Todo lo contrario. Ayer, unas 85 personas, algunas ataviadas con bolsas de basura, participaron en una marcha protesta desde la estación de autobuses de San Rafael hasta la plaza Castilla con la que mostraron al gobierno municipal formado por PP, Ciudadanos y Vox su disgusto con un sistema que consideran ineficaz. Por ello, reclaman bien la vuelta al anterior sistema de recogida puerta a puerta, pero con mejoras para solventar su eficiencia, o bien la instalación de contenedores para residuos vegetales en las calles junto a los de restos orgánicos.

El nuevo sistema sustituye la anterior recogida por parte de los servicios de limpieza a la puerta de las viviendas por uno mediante el cual son los propios vecinos los que deben llevar sus restos a las distintas parcelas de acopio habilitadas en El Espinar, San Rafael y Los Ángeles de San Rafael. Así, el equipo de gobierno pretendía evitar la acumulación de bolsas de basura en las calles, pero se han encontrado con el rechazo de los vecinos. «Es un sentido», apunta Victoria Lafuente, vecina de Los Ángeles de San Rafael y miembro de la plataforma Residuos Verdes Núcleos de El Espinar, creada hace tan solo unas semanas y organizadora de la marcha protesta. En primer lugar, porque consideran que no todos los vecinos disponen de los medios necesarios para poder transportar los restos de sus jardines hasta los puntos de acopio. Además, también indican que es una labor incómoda de realizar en los vehículos particulares. En segundo lugar critican la mala imagen que ofrecen de los distintos núcleos las parcelas de acopio habilitadas, «con malos olores incluidos» en el centro de los municipios. Y tercero, ponen el foco en una tasa de basuras «excesiva», de «más de 100 euros para las viviendas con jardín, el doble de la tasa para las residencias que no disponen de parcelas».

Aunque sí que son los principales motivos de su rechazo, no son los únicos. Critican la «gran cantidad» de datos personales que los vecinos tienen que facilitar para poder trasladar sus restos vegetales hasta las parcelas de acopio o la limitación de cinco bolsas por vecino y semana que marca la normativa (con algunas excepciones). «Las empresas de jardinería tampoco pueden llevar sus restos vegetales. Es como si una empleada del hogar no pudiera arrojar al contenedor la basura de una casa. No nos parece justo», comenta Lafuente.

Aunque reconoce que el anterior sistema de recogida puerta a puerta también tenía deficiencias ya que la frecuencia con la que pasaban los camiones no era suficiente para mantener las calles sin bolsas amontonadas, insisten en que se trata de un mejor sistema que el actual y que además mejoraría con una mayor inversión. «El nuevo sistema tiene un coste de 49.000 euros más, mientras que en otras localidades de la sierra la recogida se hace puerta a puerta y los vecinos no tienen que pagar tasas de basura tan caras como nosotros», añade.

En este sentido, rechaza el argumento que suele emplear el concejal de Medio Ambiente, Jesús Gascón, de no querer invertir una gran partida presupuestaria en un servicio del que tan solo se beneficiarían los vecinos con jardín. «Hay muchos servicios de los que no se benefician todos los vecinos, pero creemos que mantener el municipio limpio debe ser una prioridad para el Ayuntamiento», declara. «Es cierto que el anterior sistema no funcionaba a la perfección y es verdad que gente incívica hay en todos los sitios, pero era un sistema mejor que el que hay ahora», añade.

Así, piden al Gobierno municipal que escuche la opinión de los vecinos y que vuelva al anterior sistema de recogida puerta a puerta o bien que instale contenedores destinados a restos vegetales. «Cualquiera de las dos alternativas nos parece bien». El objetivo es acabar con la acumulación de bolsas en las calles, circunstancia que sigue ocurriendo pese al nuevo sistema. «Cuando ven una bolsa que tiene restos vegetales le ponen una pegatina y no la recogen. Si está en un contenedor también lo ponen. Al final quieren que los propios vecinos nos denunciemos los unos a los otros», asevera Lafuente, quien no tiene constancia de que hasta la fecha se han puesto multas por incumplir la nueva normativa.