Cayetano Rivera reaparece en Nava de la Asunción y sale a hombros

Cayetano, que reaparecía en los ruedos en esta corrida tras un mes de ausencia por la fractura de dos costillas en un festejo de Guijuelo, fue el diestro que más expectación levantó entre un público que casi llenó tres cuartos de plaza en una gran tarde de toreo con buen tiempo y triunfos en la arena. Cayetano tardó en asentarse, no se le vio cómodo en su primer astado, que llegó a desarmarlo con el capote. Pese a conseguir algunas series vistosas, no levantó el fervor del público. Tras recibir un aviso, tuvo que matar con la segunda y fulminante estocada. Ovación. En su segundo se le vio más acertado tanto con el capote como con la muleta. Se fue ganando al público con una faena de menos a más que le reportó dos benévolas orejas de la presidencia.

«Me he visto bien en la reaparición, con los nervios correspondientes de vivir un percance, todavía tengo alguna molestia, pero no me impide torear y por eso estamos aquí», confesó Rivera Ordóñez tras su intervención en el ruedo navero, recordando que «es la primera vez que toreo aquí, pero me ha gustado mucho la plaza, el ambiente y feliz de haber venido y ojalá pueda estar aquí más años».

Emilio de Justo llegaba a Nava como sustituto del lesionado Pablo Aguado, pero fue el diestro que más ovaciones se llevó, especialmente con su primero y los pases con la muleta que sacaron los mayores aplausos de la tarde. Mató bien y se llevó las dos orejas de una res que también se llevó la ovación del público. A su segundo también le sacó muy buenos momentos y si no hubiera sido por lo mal que se le dio la espada, hubiera recibido trofeo. Se tuvo que conformar con una ovación. Muy buena impresión causó Javier Cortés sacando varias series de pases a su lote, destacando con el primer astado, quizás el más flojo de la tarde y al que supo sacar una buena faena que le otorgó dos apéndices tras una certera media estocada. En su segundo le echó ganas, pero no supo lucirse tanto y tras un aviso recibió los aplausos del público.

Dos orejas para cada diestro que les permitieron salir por una puerta grande navera que llevaba cerrada más de dos años y que gracias al ambiente taurino generado y a la música de la Banda de Nava, hicieron una agradable tarde de toros para los numerosos aficionados de toda la comarca presentes en la plaza navera.