
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La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) ha vuelto a denunciar el mal estado de algunas casas-cuartel de Segovia. Lo hizo hace tras ... casi tres años de reivindicaciones, en febrero de 2019, cuando difundió unas fotografías en las que mostraba las «costuras rotas» del puesto del Real Sitio de San Ildefonso, cuyo arreglo era una «prioridad», como el de otros cuarteles que el Instituto Armado tiene en la provincia, según dijo entonces la Subdelegación del Gobierno y la propia Comandancia de la Guardia Civil. «Casi tres años después, no solo no se han reparado los cuarteles más afectados, sino que el problema ha empeorado al unirse otros a la lista negra de edificios ruinosos debido a la falta de mantenimiento», se lamentan fuentes de la asociación.
Los agentes denuncian que, en contraste, sí se hayan ejecutado «numerosas» obras en la Comandancia de Segovia capital, algunas «totalmente innecesarias», como la construcción de un nuevo salón de actos. «Mientras, se sigue sin invertir un euro en Boceguillas, por ejemplo, donde se han tenido que poner cartones en las ventas de los pasillos para que no pase el frío y donde hay agentes que tienen que usar los baños de otros compañeros porque los suyos tienen las tuberías en mal estado», dicen.
Por ello, los agentes creen que la provincia de Segovia es una de las plazas menos atractivas como destino para un guardia civil, aunque el mal estado de los cuarteles no es el único motivo: «Hay otros factores que influyen en la fuga de efectivos. Tenemos unidades de reciente creación, como el núcleo de servicios, que además de sus cometidos propios, vigilancia y control de acceso a la Comandancia y conducciones de presos, prestan otro tipo de servicios, como garantizar la seguridad en la Subdelegación del Gobierno. Esto ha supuesto que se hayan quedado muy cortos de personal y tengan que ser otras unidades las que vayan a prestar sus servicios allí. Así, la Guardia Civil ha vuelto a una de sus prácticas habituales: desvestir una unidad para vestir otra, o lo que es lo mismo, perjudicar un servicio para sacar otro adelante», denuncian las mismas fuentes.
Los agentes también lamentan que se detraigan efectivos de los cuarteles para prestar labores burocráticas o de investigación. «Los mal llamados 'agregados', o personal de apoyo, con la excepción del equipo Roca, el único que está regulado, hacen que el número de guardias civiles que prestan servicio en la calle se vea seriamente mermado, con los perjuicios que eso conlleva para los ciudadanos y los propios guardias.
Los primeros reciben un deficiente servicio y a los segundos se les quitan descansos y se les niega sistemáticamente la conciliación de la vida laboral y familiar, y lo más grave, como hemos podido comprobar este verano, se pone en peligro su integridad física (al menos cuatro agentes han causado baja para el servicio por haber sufrido agresiones). No se puede entender que una sola patrulla tenga que atender decenas de llamadas por fiestas y botellones, en ocasiones de más de 200 personas, en una sola noche cuando el apoyo más cercano está a 45 minutos o no está».
La «carencia» de personal y el «mal empleo» del existente, hace mella en la conciliación de la vida laboral y familiar, y se deniegan derechos como la adaptación horaria a madres y padres guardias civiles que lo necesitan, aseguran. «Por estos motivos y otros muchos, como la enorme carencia de vehículos y otros que quedan en el ámbito del servicio, han hecho de Segovia un mal destino para los guardias civiles», señala la asociación, que pide a la Subdelegación del Gobierno y a la Comandancia que «se pongan manos a la obra y cumplan con los guardias y con los ciudadanos segovianos invirtiendo lo necesario para emprender la reformas que necesitan todos los puestos de la provincia de Segovia».
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