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La atleta segoviana Águeda Marqués en un entrenamiento en las pistas de la ciudad deportiva. Antonio Tanarro
La carrera sin fin de Águeda para ser olímpica
Segovia

La carrera sin fin de Águeda para ser olímpica

Ocho días después de quedarse a ocho centésimas del registro federativo, la segoviana lo baja seis décimas en el Campeonato de España y estará en el 1.500 de París

Martes, 2 de julio 2024, 07:08

Hasta el domingo, la campaña olímpica del deporte segoviano registraba dos desenlaces dramáticos, dos deportistas que se quedaban fuera de los Juegos que tendrán lugar en París entre el 26 de julio y el 11 de agosto en París por el más estrecho de los márgenes: los micropuntos que dejaban a David Llorente sin la plaza que la Real Federación Española de Piragüismo otorgó a Manu Ochoa para la modalidad de kayak cross, y las ocho centésimas que separaban a Águeda Marqués de la mínima exigida por la Real Federación Española de Atletismo para convocarla como tercera mujer de los 1.500 metros lisos.

Pero el deporte, con esa dialéctica tan irrebatible de éxitos y fracasos, da segundas oportunidades y la segoviana, ocho días después de su mayor disgusto, cambió el relato en apenas cuatro minutos para alargar a trece la lista de deportistas de la provincia en representar a España en la principal competición del planeta tras un siglo de olimpismo.

Todo cambió para Marqués, que se ha consagrado como una fija del medio fondo español a los 25 años, el domingo al atardecer en el Campeonato de España de La Nucía, la última bala antes de que la Real Federación Española de Atletismo cerrara su convocatoria y otorgara los billetes olímpicos que quedaban pendientes. En otras carreras por el título nacional, tanto en pista cubierta como al aire libre, la segoviana ha peleado en contextos muy diferentes ante Esther Guerrero y Marta Pérez, las dos veteranas, fijas en las últimas convocatorias internacionales de la selección. En esta ocasión, el puesto no importaba, aquello era una lucha contra el tiempo.

Contrarreloj

Una carrera que trató como una contrarreloj individual: más que un título, se decidía para ella un ciclo olímpico. Paró el reloj en 4:03.90, seis décimas por debajo de la marca exigida (4:04.50), un requisito añadido este año por la RFEA que muchos atletas han criticado por plantear unos baremos excesivos que limitaban la presencia de atletas españoles en los Juegos Olímpicos. La segoviana superó así el trámite y pondrá la guinda a cuatro años en los que se ha consolidado dentro de la prueba reina del medio fondo español.

Solo el ataque final de Esther Guerrero privó de la corona nacional a Marqués, que lideró de principio a fin y no dejó que ninguna rival ralentizara las operaciones. Un consuelo que llega ocho días después de que se quedara en Madrid a ocho centésimas de la mínima en una carrera agónica y lamentara su injusticia entre lágrimas ante las cámaras. Su registro se ha quedado a un suspiro de su marca personal (4:03.78), conseguida el año pasado en Budapest y que, según los criterios iniciales, era suficiente para ir convocada por baremos técnicos, aunque no contara con la mínima exigida por World Athletics, la federación internacional: 4:02.50. Un requisito que cumplen las otras dos mujeres seleccionadas: Esther Guerrero y Marta Pérez.

Una vez marcados los criterios, la consecución de la marca hace que su clasificación para París sea automática porque hay tres puestos y solo hay tres mujeres que la han logrado, mientras en otras distancias como el 1.500 masculino se ha discutido por puestos en el propio campeonato. Águeda es la decimotercera segoviana que acude a unos Juegos Olímpicos y sucede a David Llorente y Javi Guerra, que acudieron a Tokio. Como el maratoniano también fue seleccionado en 2016, aunque no pudo competir por lesión, serán los terceros Juegos seguidos con la bandera segoviana.

El virus de la excelencia

Así se vacunó Águeda Marqués contra lo que muchos atletas llamaban en los círculos del atletismo como el virus de la excelencia de la federación. Si no se hubiera sacado esas décimas del bolsillo, Marqués se habría quedado fuera de los Juegos Olímpicos tras acreditar de forma consistente marcas por debajo de los cuatro minutos y cinco segundos, con un abismo de diferencia frente a la siguiente mujer en la lista.

La filosofía federativa era encarecer los registros, algo que ha dejado fuera a atletas con marcas más que aceptables en muchas disciplinas y que ha llevado al límite, tanto en lo físico como en lo mental, su preparación. En algunos casos, el fin justifica los medios y mejora el rendimiento; en otros, ha truncado temporadas.

De ahí las lágrimas de la segoviana cuando cruzó la meta la semana anterior, pues una de las mejores carreras de su vida no era suficiente para ser olímpica, la aspiración suprema del atletismo. Y porque detrás hay un año de altibajos físicos, siempre con el cuerpo al límite, su resistencia, sus fibras musculares. Un año de entrenamientos en las pistas con su padre, apurando cada serie de 400 metros a una velocidad que asusta, sufriendo hasta el final las de 2.000, la distancia que más tortura a un fondista. De concentraciones en altura en Navacerrada. Cuatro minutos hicieron que valiera la pena. La atleta a la que sus entrenadores elogiaban porque tenía las maneras de las africanas será al fin olímpica.

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