Secciones
Servicios
Destacamos
Somos hijas de santa Teresa, pero con un matiz propio de vivir profundamente enamoradas del corazón eucarístico de Jesús. Somos llamadas y nos sentimos en todo momento hijas de santa Teresa en espíritu y verdad, tal y como Jesús le pidió a la samaritana».
Así se presentan en su página web las carmelitas samaritanas del corazón de Jesús, una congregación joven e integrada en su mayoría por jóvenes religiosas que encarnan un nuevo Carmelo. A Segovia llegaron el pasado 4 de noviembre para instalarse en la casa rectoral del santuario de la Fuencisla, deshabitada desde su reconstrucción, y están «encantadas» por la acogida que el pueblo segoviano les ha dispensado. Estas carmelitas tienen la casa madre en Viana de Cega, en la provincia de Valladolid, pero la comunidad se encuentra en plena expansión, pues pronto se instalará en Toledo y está en conversaciones con el Obispado de Segovia para ocupar el santuario de Nuestra Señora del Henar, en Cuéllar. Si todo llega a buen puerto, las samaritanas tomarán el relevo de los tres frailes carmelitas calzados que todavía habitan en El Henar, aunque por razones de edad lo abandonarán en breve para instalarse definitivamente en Valladolid. «Este caso es más complicado que el de la Fuencisla porque en El Henar hay personal contratado y los flecos a cerrar son más complejos. Ojalá haya acuerdo y las carmelitas samaritanas puedan instalarse en Cuéllar. El del Henar es un santuario emblemático que no puede perderse y lo lógico es que permanezca habitado», subraya Juan Cruz Arnanz, portavoz de la diócesis.
Actualmente, las carmelitas samaritanas tienen abiertas casas en Viana de Cega, Villaviciosa (Asturias), Éibar (Guipúzcoa) y Segovia. La segoviana se llama Monasterio del Corazón de Jesús y Nuestra Señora de la Fuencisla y la habitan cinco religiosas: la madre Ana, de 32 años, y las hermanas Lorena (30), Esperanza (22), Beatriz María (52) y Vanesa (34).
«Las carmelitas samaritanas del Corazón de Jesús empezamos a existir en la Iglesia, de manera oficial, en junio de 2012, pero nuestro itinerario carismático comenzó el 16 de junio de 2001, cuando comprendimos y acogimos la llamada de vivir solo para el corazón de Jesús», explica la madre Ana, que muestra entusiasmada la tienda que acaban de habilitar en la planta baja para vender productos que las hermanas elaboran en otras casas y recuerdos de la Virgen de la Fuencisla. No tardan en bajar las hermanas, que siguen, sonrientes, las indicaciones del fotógrafo.
«Estamos empezando y todo lo que nace tiene futuro. Pero tratamos de vivir el día a día. Una siente la llamada del Señor y trata de vivir el día a día», prosigue la superiora. La jornada de estas jóvenes mujeres «enamoradas de Cristo» es sencilla pero intensa. Empieza temprano –a las seis y media de la mañana– con las primeras oraciones, y sigue con el desayuno, el tiempo de trabajo, el rezo litúrgico, el almuerzo, el recreo, mas trabajo, la misa, la cena... El silencio las acompaña la mayor parte del día. «El silencio tiene su razón de ser –observa madre Ana– porque el Carmelo teresiano le da mucha importancia. Se trata de estar con el Señor, de establecer una relación personal con Él. Es en las horas de recreo cuando hablamos todas a la vez y entonces se monta un jaleo, pero también es enriquecedor. Los tiempos de trabajo están para los quehaceres cotidianos: atender el santuario, la portería, la cocina, limpiar la casa, hablar con las personas que llegan buscando paz y fuerza para seguir...».
La crisis de las vocaciones es uno de los grandes caballos de batalla para la Iglesia actual y también afecta a las congregaciones, pero ellas están convencidas de que su ejemplo servirá a otras muchas para atender esa misteriosa 'llamada' que, en pleno siglo XXI y aunque parezca mentira, sigue produciéndose. Curiosamente, las carmelitas samaritanas viven un 'boom' vocacional. «El mundo actual deslumbra y atrapa a los jóvenes, pero los jóvenes responderán en la medida que nosotras respondamos. Tenemos la responsabilidad de decir que sí para que los que están siendo llamados tengan la fuerza de responder afirmativamente. Cuando yo di la respuesta, había otras hermanas rezando para que diera el paso», señala la hermana Vanesa, nacida en Paraguay hace treinta y cuatro años.
Beatriz María del Redentor, burgalesa de nacimiento, sintió esa llamada muy pronto, a los catorce años, y reconoce que hay momentos de duda y dificultad: «En mi caso, conocí a unas religiosas y vi que eran felices porque seguían a Cristo, se habían enamorado de Cristo, y en ese primer 'quiero ser como ellas' va implícito el 'quiero ser de Jesús'. Esa es la llamada, un convencimiento íntimo. Evidentemente, ese germen conlleva contratiempos y renuncias. Tienes que renunciar a unos padres, a un matrimonio, a hacer lo que otros hacen. Es difícil. Mis padres eran ya mayores y me preguntaba qué iba a ser de ellos. Hay una noche en tu interior, pero también un norte por el que estás luchando y que acaba imponiéndose». A la hermana Esperanza del Redentor, la más joven de la casa, le tocó lidiar con la oposición de sus progenitores. «No estaban de acuerdo –cuenta–. Me prohibieron las visitas al convento, a la iglesia... Me decían que me estaban comiendo la cabeza, pero yo iba a escondidas. Cuando vieron que esto es lo que realmente me hace feliz y comprobaron que estoy más contenta que nunca, se convencieron».
En Segovia, a pocos metros del lugar donde duerme el sueño eterno san Juan de la Cruz, viven encantadas. «¡Es un regalo vivir en Segovia! Miras por la ventana y piensas que san Juan está ahí, al lado. Él nos ha traído aquí y nos protege, como la Virgen de la Fuencisla», asegura la hermana Beatriz. La arraigada devoción a la Fuencisla es otra de las cosas que les han sorprendido gratamente. Las visitas diarias de devotos al santuario son constantes. «Llama mucho la atención. La Virgen de la Fuencisla no está sola nunca. Yo me encargo de abrir el santuario a las diez menos cuarto y, si me descuido un poco, ya hay quien ha llegado antes. Es amor a la Virgen más que devoción», añade.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.