Secciones
Servicios
Destacamos
La subida del precio de los carburantes está repercutiendo en todas las economías, las domésticas y las empresariales. La escalada, disparada durante todo el 2021, arroja ya cifras históricas, solo comparables con las registradas cuando la crisis económica de 2008 todavía seguía haciendo graves estragos. ... En la provincia de Segovia, los precios del carburante que marcan las distintas estaciones de servicio oscilan entre los 1,39 en la gasolinera del polígono de Valverde del Majano y los 1,54 euros el litro de las ubicadas en la avenida Juan Carlos I y Carretera de San Rafael, en el caso del gasoil, y entre los 1,51 de Valverde del Majano y 1,63 euros el litro de los surtidores de Ezequiel González, Doradores, Puerta de Madrid, Valseca, San Ildefonso y Garcillán, para la gasolina de 95, por citar solo los dos combustibles más utilizados por transportistas y usuarios (la gasolina de 98 se sitúa entre los 1,70 y 1,76 euros el litro y el Diesel +, entre los 1,43 y 1,62 euros el litro), según datos recogidos en la web komparing.com. En una coyuntura tan hostil, los usuarios tienen muy en cuenta la estación de servicio que eligen para llenar el depósito, si es o no de autoservicio, si es de bajo precio... Los transportistas, por su parte, están que trinan. El combustible es su herramienta de trabajo y, en estos momentos, con arreglo a los precios, su consumo supone alrededor del 60% de los gastos que mensualmente debe afrontar una empresa.
Las estaciones de servicio tampoco están contentas. Vienen de «tirar los precios» y esta subida tan pronunciada lastra la recuperación del sector, muy dañado a causa de la pandemia, especialmente durante los meses del cierre absoluto. Según Luis Miguel González, presidente de la Asociación Segoviana de Estaciones de Servicio, a las 70 gasolineras que hay en la provincia aún les falta un 12% para alcanzar los niveles de consumo registrados en el 2019, el año inmediatamente anterior a la irrupción de la covid-19. «En términos generales, el consumo ha caído un 26% durante la pandemia. Aunque han abierto nuevas estaciones de servicio, cada estación ha registrado pérdidas de entre el 35% y el 40% en estos dos años y algunas hasta el 80% aquellos meses del confinamiento más estricto. La subida de los precios no favorece la recuperación; tampoco la incertidumbre que hay», señala.
Los datos recogidos por el Ministerio de Industria no dejan lugar a la duda. Si en diciembre de 2020, un usuario pagaba en Segovia 1,18 euros por un litro de gasolina 95, un año después lo hacía a 1,49. Lo mismo en el caso del gasóleo: 1,07 euros el litro en diciembre de 2020 frente a 1,36 euros el litro en diciembre de 2021. La provincia de Segovia cerró el último ejercicio como la séptima provincia española con la gasolina 95 más cara, después de Baleares, Guipúzcoa, Madrid, Guadalajara, Ávila y Vizcaya. En el apartado del gasóleo ocupaba el puesto decimocuarto.
«A las pequeñas y medianas empresas familiares que constituimos la mayor parte de la red de estaciones de servicio en todo el país nos viene muy mal que los precios estén tan altos. El nuestro es un negocio de volumen, pues está demostrado que cuanto más caros estén los carburantes, menos cogen los automovilistas sus vehículos. Las estaciones de servicio somos las primeras víctimas de la escalada de precios», apunta el presidente de la patronal de las estaciones de servicio. En opinión del sector, los elevados precios no responden únicamente a los desajustes entre oferta y demanda. También tienen su origen en decisiones políticas. En este sentido, en virtud del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico, se sacarán cargos de financiación de renovables de la factura de la luz y se incluirán en las del gas y los carburantes con el objetivo de sostener el sistema eléctrico. Solo esta medida encarecerá los carburantes alrededor de 7 céntimos el litro. «Tenemos además el Fondo Nacional de Eficiencia Energética, que supone de momento un sobreprecio de casi 3 céntimos por litro. En total, se prevé que en 2022 los carburantes se encarezcan alrededor de 10 céntimos por litro solo por estas medidas políticas», opina la patronal del sector.
Según Luis Miguel González, la diferencia de precios entre unas estaciones de servicio y otras se debe a múltiples causas. Fundamentalmente, depende del tipo de gasolinera, es decir, si es urbana, rural o de carretera, si tiene empleados o no, si el servicio es atendido o es automático, si ha realizado inversiones que debe amortizar en un plazo razonable, etcétera. El sector pone el ejemplo del chiringuito de playa: si en un bar normal y corriente una caña cuesta 1,20 euros y en un chiringuito de playa se pagan 3 o 4 euros, no parece tan raro. «Las comparaciones son siempre engañosas, porque se comparan los precios en el monolito y no se tienen en cuenta los descuentos que muchas estaciones de servicio realizan a sus clientes gracias a las tarjetas de fidelización, las promociones...».
Los transportistas segovianos observan con mucha preocupación la escalada de los precios, sobre todo por la dificultad que entraña subir las cifras en un sector como el suyo. Lo explica muy bien Fernando García, director general de Asetra, la Agrupación Segoviana de Empresarios del Transporte: «Si sube el café, en un bar hoy lo pagas a 1,20 y mañana a 1,30 y no pasa nada, pero en el transporte, donde la competencia es feroz, es muy complicado que las empresas puedan repercutir en sus clientes el precio del combustible. Muchas de ellas están soportando la subida del carburante a costa de la reducción de sus beneficios. Ahora mismo, el carburante puede suponer el 30% de los costes que afronta una empresa, si no más». El transporte de viajeros está todavía más condicionado porque hay concesiones de por medio y unos contratos establecidos que no prevén la subida del precio del gasóleo, con lo cual las empresas se ven obligadas a seguir haciendo las rutas de transporte escolar y regulares sin poder repercutir esos incrementos
«La subida es muy grande. El año 2021 ha sido tremendo. Llevamos varias semanas de subidas consecutivas. La coyuntura también afecta a los vehículos que usan gas. El 31 de diciembre estaba a 0,90 o así el kilogramo de gas, que en rendimiento equivale a un litro de gasóleo. Bueno, pues, de un día para otro, subió a 2,20 euros. No sé si tiene que ver con la situación internacional, con el conflicto de Ucrania, con lo del gaseoducto de Argelia, con la competencia..., pero el gas vehicular, el que se usa para vehículos de motor, está subiendo una barbaridad y eso está provocando que empresas que habían apostado por las energías alternativas ahora se muestren reticentes a seguir por ese camino. En Segovia hay ocho o diez vehículos que lo utilizan», señala García.
La situación en Ucrania no es la causa de la escalada de precios, pero no beneficia. «Los tambores de guerra afectan, y mucho, a los mercados de materias primas y muy especialmente a los de productos energéticos. Casi todo el mundo habla de los problemas que tendrá Europa si no pudiera contar con el gas ruso, pero el mundo tendría problemas con el precio del petróleo si la escalada bélica fuera a más. Rusa produce entre 10 y 12 millones de barriles de petróleo al día y Estados Unidos más de 15 millones. Que el primer y el tercer productor mundial de petróleo protagonicen una escalada de tensión como la que se está viviendo en Ucrania no puede traer más que consecuencias negativas para el precio del crudo», apunta la patronal que agrupa a las estaciones de servicio.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.