Cantimpalos llora a la señora Áurea

Hace unos días fallecía en Cantimpalos su vecina más longeva, Áurea Soto de Miguel, de 99 años. La señora Áurea, como familiarmente se la conocía, fue una persona sencilla con extraordinario talante y exquisita bondad. Una mujer fuerte en los tiempos difíciles que la tocó vivir hace más de setenta y cinco años, cuando se casó con José Soto con quien tuvo nueve hijos a los que crió con esfuerzo y mucho cariño. Fruto de sus nueve hijos, nacieron veinticinco nietos y veintidós biznietos.

En sus casi cien años de vida, ha demostrado tener muchas cualidades dignas de admirar, pero por encima de todas, se podría destacar el gran amor a su familia, de la que siempre se ha sentido orgullosa. Su buena salud y su buen carácter, hicieron de ella una persona alegre en todos los sentidos, y a pesar de los años, no tenía ni el cuerpo ni en el espíritu curtido por el paso del tiempo. Cuando se quedó viuda, tuvo un envejecimiento activo, siendo independiente hasta los noventa y siete años. Participaba en todas las actividades del centro de jubilados de Cantimpalos y en el año 2016 la hicieron un homenaje por ser la socia de más longeva. En dos últimos años cuando empezó a necesitar ayuda, sus hijos, nueras y nietos, la han cuidado de una manera ejemplar, como ella se merecía.

Áurea Soto de Miguel deja como legado una familia de unos sesenta y cinco miembros entre hijos, nueras, nietos y biznietos, a la que mantuvo unida durante toda su vida, bajo con su mirada cálida y cariñosa.

En homenaje y reconocimiento hacia el recuerdo de esta vecina de la localidad de Cantimpalos, valga una frase célebre de Víctor Montenegro: «Los hombres pasan, los recuerdos quedan, como quedan las obras que hacen a su paso por la vida».