El campus María Zambrano inaugurará las instalaciones del nuevo edificio en mayo

El campus segoviano de la UVA cuenta ya con su configuración completa, con los dos edificios dispuestos para que el personal pueda cumplir su función docente y los alumnos dispongan de los mejores medios, y está en vías de completar el equipamiento, de contar el próximo curso con un primer espacio para la actividad deportiva y de inaugurar (probablemente en mayo, para conmemorar los dos primeros años de Antonio Largo en el rectorado) el salón de actos de 375 plazas, el salón de grados y el resto de las instalaciones, los laboratorios y talleres de Educación, las aulas de Informática y los estudios de sonido y televisión.

La tipología y los estilos del edificio de la segunda fase son como los del edificio de la primera, y la entrada en servicio del nuevo, que será paulatina y estará terminada en el segundo cuatrimestre, resuelve varios problemas del campus. Uno, el del «hacinamiento de los profesores» en las dependencias habilitadas para tutorías en el edificio Santiago Hidalgo, en la plaza de Colmenares, y en el edificio de la primera fase; otro, el del pago del alquiler de los locales de Santa Eulalia donde estaba la Escuela de Informática, y además, unifica en un mismo espacio todas las partes, pues ya están en el campus todos los estudios que ofrece la UVA, los de la Escuela de Ingeniería Informática, los de la Facultad de Educación y los de la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación. Y, como indica el vicerrector, abre la posibilidad de valorar la implantación de nuevas titulaciones.

El vicerrectorado de Infraestructuras de la UVA dispuso de un presupuesto de en torno a 800.000 euros para finalizar el equipamiento de la segunda fase. La mayor parte del mobiliario ya está en su sitio (incluida una antigua y gran mesa de reuniones, la única que han llevado del edificio Santiago Hidalgo) y está siendo instalada la señalética, con la que se va a experimentar en esta segunda fase para que sea accesible. El compromiso por la accesibilidad está presente en la nueva construcción, igual que el medio ambiental, y como detalle basta mencionar que se han dispuesto en el recinto fuentes de agua filtrada para evitar las botellas de plástico y se han habilitado en el garaje dos puntos de carga para vehículos eléctricos.

La mayoría de las tutorías estaban en la primera fase y en los despachos de esta segunda tienen cabida los 210 profesores del campus (el número cambia cada cuatrimestre), están distribuidos en estancias de dos plazas para los titulares y otras de cuatro o seis para los asociados. También son acristalados los espacios dedicados a las reuniones de tutorías, en el centro de las alas dedicadas a los despachos de los docentes, para que sea totalmente transparente la actividad de los profesores con los alumnos.

La entrada en servicio plena de la nueva infraestructura habilita también dos aulas más para «oxigenar la docencia», indica García Matilla, y la previsión es que el salón de grados (con capacidad para unas cien personas) y el salón de actos (375 plazas), estén acabados a finales de marzo. Ahora están terminando el equipamiento, falta instalar las butacas (ya elegidas) y el equipamiento de la sala de control, y la inauguración de estos nuevos espacios «podría celebrarse a partir de la Semana Santa», comenta. Ambos salones podrán utilizarse para congresos y seminarios, además de para las necesidades habituales del campus, igual que la gran escalinata de acceso al salón de actos, propicia tanto para actividades de la universidad como para utilizarla como graderío en actuaciones musicales, de teatro o de la programación de Publicatessen, por ejemplo.

Los alumnos de Educación ya disponen de espacios para los laboratorios de Música, Dibujo y Ciencias Experimentales, y los de Publicidad y Relaciones Públicas los estudios de audiovisuales (radio y televisión), pendientes todavía del traslado de los equipos que están en los locales de la primera fase y, más adelante, de la renovación de un material que acumula veinte años de uso y que es necesario adaptar a las nuevas tecnologías. Esta renovación está prevista a lo largo del próximo curso.

Habilitar un espacio para cafetería en el campus, para que quien se lleve la comida pueda calentarla, por ejemplo, es una misión que se ha impuesto García Matilla, quien subraya que en todo el desarrollo final de las obras y del equipamiento de la segunda fase «ha habido un buen trabajo y una excelente comunicación» entre el vicerrectorado de Segovia y el vicerrector de Infraestructuras y Patrimonio de la UVA, Julio Grijalba. Con él cuenta para, este año, allanar el espacio que queda entre el edificio de la segunda fase y y las viviendas de la parte superior, entre las calles Coronel Rexach y Caño Grande, donde está previsto habilitar una pista deportiva (necesaria para los estudiantes de Educación Física) y en el futuro (para el curso 2020-2021) construir allí un pequeño pabellón polideportivo para el servicio de todo el campus. El campus María Zambrano dispone de un presupuesto de 470.000 euros para el cierre de urbanización que invertirá a lo largo de 2020 la Unidad Técnica de Arquitectura de la UVA.