El camino de Segovia para ser una ciudad creativa

Julio Grijalba Bengoetxea, vicerrector de Infraestructuras, Patrimo­nio y Sostenibilidad y catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la UVA; Juan Luis de las Rivas Sanz, director de la Escuela de Arquitectura y catedrático de Urbanística y Ordenación del Territorio de la UVA; y David Goodman, profesor y decano de Arquitectura y Diseño en IE University, fueron los encargados de intentar poner luz al dilema.

El que más cerca estuvo de acercarse a dar una respuesta concreta fue De las Rivas. «¿Estamos en una ciudad creativa? Probablemente», dijo durante su intervención en una mesa redonda en la que sí subrayó que la capital segoviana tuvo ese carácter creativo en el pasado. De hecho, apuntó que esa es una de las ventajas que tiene para volver a serlo, si es que no lo es ya.

Para De las Rivas, todas las ciudades son creativas, aunque unas lo son más que otras. La clave está, según dijo, en la capacidad que tienen de proyectar esa creatividad. En el caso concreto de Segovia, recuerda como en el siglo XVI encargó la construcción de una «excelente catedral gótica» que se construyó en relativamente poco tiempo. «En el siglo XVI Segovia era una ciudad creativa, poderosa e industrial», dijo. La comparación con la actualidad no ayuda a pensar en que haya ido a mejor. Así, puso como ejemplo de funcionalidad los edificios del campus María Zambrano. Por el lado contrario, el CIDE, situado a las afueras de la ciudad en «un camino que abandona la ciudad de mala manera». «Qué contradicción entre dos realidades», comentó.

El director de la Escuela de Arquitectura de la UVA recordó los casos de Amsterdam y Venecia, dos ciudades boyantes en el siglo XVII que siguieron caminos distintos a partir de entonces. Y no por ser más progresistas o menos conservadoras, sino por la apertura de sus élites a la creatividad. Un concepto de Peter Burke que trató de unir a otro de Richard Florida, quien ya en 2002 situó las clases creativas en las ciudades intermedias donde hubiera talento, tolerancia y alto conocimiento tecnológico. Tres conceptos que asegura deben darse en ciudades con sociedad abiertas y talentosas, sin olvidar una «extraordinaria capacidad» de colaboración entre las instituciones, entre ellas las propias universidades. Aún con todo, De la Rivas concluyó que lograr una ciudad creativa también es fruto de la espontaneidad.

Julio Grijalba puso encima de la mesa otra idea para el caso concreto de Segovia. «Ciudades de un tamaño medio o inferior necesitan densificar contenidos. Ya son depósito de contenidos, pero necesitan genera runa nueva mirada sobre ellos e incorporar otros nuevos», declaró. Y puso un ejemplo para facilitar la comprensión: el edificio vicerrector Santiago Hidalgo. El inmueble, propiedad de la Universidad de Valladolid, que será sede de la Escuela de Enfermería hasta que se ejecute la ampliación del Hospital General. Su recuperación para la labor docente significa, según Grijalba, su reprogramación. «Va a demostrar salud y capacidad de emprendimiento». Esa reprogramación debe e irá de la mano, añade, de un elemento tractor, que es el propio campus María Zambrano.

«Reprogramar es mirar con otra mirada nuestra ciudad. Hasta ahora no lo hemos hecho muy bien. Somos depositarios de una historia compleja y el futuro está en densificar, reprogramar y detectar proyectos tractores». Es el resumen de Grijalba. El camino a seguir para evitar que ciudades como Segovia se conviertan en un parque temático.