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claudia carrascal
Segovia
Domingo, 26 de julio 2020, 17:14
Campan a sus anchas por la ciudad y anidan en lugares oscuros y húmedos, como grietas o recovecos que se encuentran entre muros, escombros y plantas. Se trata de los inquilinos más incómodos del vecindario: ratas y cucarachas. Aunque también es frecuente encontrar en ... Segovia plagas de aves como losestorninos o las palomas. A pesar de que durante el confinamiento han tenido más libertad de movimiento, sus poblaciones no se han multiplicado de forma preocupante, como ha ocurrido en otras localidades del país. Está resultado un verano muy tranquilo en este sentido, ya que lo habitual es que por estas fechas el Ayuntamiento reciba varias quejas de vecinos todos los días. Sin embargo, este año «llegan incidencias puntuales y no se puede decir que por el número de animales o perjuicios causados haya ninguna plaga activa en estos momentos», puntualiza el concejal de Medio Ambiente, Ángel Galindo.
No todo depende de la acción municipal, porque hay factores externos que determinan la evolución de estas especies, entre ellos, la ausencia de lluvias, que favorece su proliferación en las calles, pero Galindo afirma que el Consistorio hace lo posible para evitar estas plagas. Por eso, con la llegada de las altas temperaturas, el propio edil pidió que se intensificaran las labores habituales de vigilancia y las inspecciones en el alcantarillado. «Son fechas en las que hay que tener un mayor control para detectar la presencia de estos animales lo antes posible y tomar medidas inminentes, ya que se reproducen a gran velocidad». En concreto, las cucarachas pueden tener hasta 800 crías al año, las ratas tienen entre seis y ocho camadas anuales lo que supone una media de 70 crías al año. En el caso de las palomas pueden llegar a tener un máximo de diez polluelos en doce meses.
La empresa INTI, de servicios de protección medioambiental, se encarga de la localización y exterminio de roedores, cucarachas y otros insectos, haciendo especial hincapié en el alcantarillado, donde estos estos animales encuentran el hábitat más propicio para reproducirse. La ciudad cuenta con un total de 336 puntos de control repartidos por los diferentes barrios que en verano se vigilan de forma semanal, según especifica el concejal de Medio Ambiente, Ángel Galindo. No obstante, si algún vecino alerta de su presencia en otros puntos también se atiende la demanda.
Para combatirlos se coloca veneno en el alcantarillado, eso sí, se opta por sustancias que actúan lentamente en el organismo del animal para que otros de su especie no vinculen su muerte con la comida que se pone como cebo. De este modo, se localizan y exterminan las poblaciones para evitar que su proliferación descontrolada desencadene una plaga, ya que las ratas y las cucarachas pueden ocasionar serios problemas de salubridad al transmitir infecciones y enfermedades como la peste o la salmonelosis. En el caso de las ratas, también pueden ser portadoras de diferentes parásitos y virus, en concreto, se las relaciona con más de medio centenar de patógenos diferentes.
Galindo reconoce que los principales focos se encuentran en los barrios de San José y de San Millán, donde la humedad es mayor. Asimismo, atribuye la presencia de estos compañeros indeseados a la antigüedad y las deficiencias de construcción de los edificios y de las redes de saneamiento, que generan ambientes idóneos para albergar ratas o cucarachas.
Tanto o más problemáticas resultan algunas aves como las palomas o los estorninos. La Concejalía de Medio Ambiente destina un total de 18.000 euros anuales para su control que desde hace cinco años se realiza fundamentalmente mediante un profesional de la cetrería. Se utilizan aves rapaces como el halcón peregrino o el águila de Harris que se sueltan por la noche para ahuyentar a las aves de menor tamaño. «Es un trabajo muy minucioso, que no soluciona el problema de forma definitiva, pero está dando buenos resultados. Antes de emplearlo contabilizábamos más de 40.000 ejemplares de estorninos al año en la ciudad y ahora hay menos de 10.000», informa. Asimismo, destaca que es una técnica que genera unos trastornos mínimos a la ciudadanía en comparación con otros sistemas para ahuyentarlos como los petardos o el humo.
La campaña de control de los estorninos es estacional y se realiza entre marzo y noviembre porque su presencia es más significativa durante la época estival. En el caso de las palomas, se lleva a cabo durante todo el año y es que el principal problema, tal y como manifiesta el edil, es que se refugian en inmuebles particulares que se encuentran en un deficiente estado de conservación. «Acceden a través de puertas o de ventanas rotas y si la vivienda se encuentra en estado de abandono establecen su colonia». En los casos más localizados las capturan con jaulas trampa, pero si se trata de una propiedad privada los técnicos municipales no pueden intervenir sin autorización del propietario. En cualquier caso, el Ayuntamiento envía avisos a los particulares y si no toman las medidas pertinentes para cerrar los accesos pueden ser sancionados. En este sentido, apela a la sensatez de los propietarios para evitar plagas que pueden ocasionar serios perjuicios tanto a la ciudad y a sus habitantes.
Las palomas también pueden suponer un foco de enfermedades, tanto por la toxicidad de sus excrementos como por la insalubridad de sus hábitats, en los que suelen concentrarse insectos y ácaros. Son responsables de más de 40 enfermedades infecciosas y transmiten diferentes tipos de parásitos, bacterias y hongos. Además, la acidez de sus secreciones provoca serios daños en el patrimonio monumental y en los edificios urbanos, aclara Galindo, quien insiste en la importancia de que las labores municipales se realicen de forma continuada porque «de lo contrario las poblaciones podrían alcanzar magnitudes muy difíciles de controlar».
Por último, recuerda que los ciudadanos también tienen un papel fundamental a la hora de evitar estas plagas. Una de las recomendaciones más importantes es la de tirar la basura entre las 20 y las 22 horas para evitar que los residuos estén todo el día en el contenedor y con el calor se generen olores que atraen a ratas y bichos. Cerrar bien las bolsas y cubos de basura, limpiar los restos de comida, evitar alimentar a animales en la vía pública o almacenar los alimentos en lugares herméticos son algunos de los consejos que pueden aplicar de forma cotidiana los vecinos.
Del mismo modo, insta a las comunidades a mantener los desagües en buenas condiciones, cerrar sumideros y arquetas, evitar el agua estancada en patios o garajes, eliminar las malas hierbas, escombros y otros residuos y realizar un adecuado mantenimiento de los edificios de forma periódica. La hostelería también debe tomar medidas como limpiar adecuadamente las cafeteras, ya que según señala es un lugar en el que suelen refugiarse, así como en dispensadores y motores de cámaras refrigeradoras.
Los vecinos que detecten cualquier presencia anómala de roedores, insectos o colonias de aves pueden informar al Consistorio a través de la Línea Verde, contactando con la propia Concejalía de Medio Ambiente o con Participación Ciudadana. Galindo subraya la importancia de la colaboración vecinal porque «son ellos los que mejor conocen las calles de sus barrios y problemas que pueden surgir».
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