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Reservar una mesa en un restaurante y no acudir ni tampoco avisar es un gesto más frecuente de lo que pueda parecer, y desde luego nada agradable para el sector, más en estos tiempos en los que la pandemia castiga con dureza a la hostelería. ... Una acción merecedora de una respuesta contundente, como la de Fernando Sanz, propietario de El Fogón de los Carpetanos, un local situado en la localidad segoviana de La Salceda, a unos diez kilómetros de Pedraza. Ni corto ni perezoso, decidió enviar al teléfono de los clientes que habían hecho la reserva y no se presentaron un mensaje por WhastApp en el que aparece una fotografía de la mesa (vacía) preparada por cuatro comensales . «Esta es la mesa que teníamos reservada para usted, desgraciadamente así se ha quedado, hemos tenido que decir a clientes que 'no' para reservarle a usted su mesa porque teníamos el comedor completo dadas las medidas por la covid. Este es un restaurante pequeño donde cualquier reserva que no venga nos hace daño. Espero que hayan comido bien donde hayan estado y que la gente como usted un día tenga educación y respeto por las personas que trabajamos para salir adelante de esta crisis».
El hostelero relata los hechos que desembocaron en la bronca viral, a principios de mes. «Este señor me reservó la mesa (para cuatro personas) como una semana antes. Siempre suelo llamar con antelación por si quieren cordero o cochinillo, ya que es de encargo, y cuando hablé con él media hora antes me dijo que no quería nada de horno, pero que sí que confirmaba la reserva. Llegó la hora de la comida, no venía. Le llamé y no lo cogió. Teníamos el local completo y tuve que decir a otros clientes que no podíamos darles de comer. Volví a llamar y nada, no me lo cogía... y por eso puse ese mensaje... No me ha contestado todavía».
El dueño del establecimiento quiere dejar constancia del daño que causan las reservas fantasma, que se pueden evitar con una simple llamada telefónica, en locales como el suyo. «Si a mí me anulan la mesa el día anterior o un rato antes, o incluso cinco minutos porque les ha pasado algo, que hay que entender que a todos nos puede surgir algún contratiempo o lo que sea... Lo que molesta es no recibir señales de vida y que no te cojan el teléfono». Por desgracia, es más frecuente de lo que parece. «Esto lleva pasando toda la vida y a todos los hosteleros, lo que ocurre es que ahora se ha hecho mediático porque la gente está más sensibilizada con la hostelería por todo lo que está pasando, el distanciamiento, las restricciones...».
Fernando Sanz se muestra muy sorprendido por la repercusión que ha tenido su WhastApp. «No me lo esperaba para nada», afirma tras recibir un aluvión de mensajes de apoyo. De momento no contempla imponer un sistema de fianzas, «pero es algo que no se puede descartar», concluye.
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