![El bono rural de transporte gratuito supera los 1.600 usuarios en la provincia durante sus primeros meses](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202202/21/media/cortadas/transporte-koLI-U1601058420960fuG-1248x770@El%20Norte.jpg)
![El bono rural de transporte gratuito supera los 1.600 usuarios en la provincia durante sus primeros meses](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202202/21/media/cortadas/transporte-koLI-U1601058420960fuG-1248x770@El%20Norte.jpg)
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claudia carrascal
Segovia
Lunes, 21 de febrero 2022, 11:20
El transporte colectivo es una de las principales carencias del medio rural con conexiones escasas y a veces inexistentes entre los pueblos más pequeños y sus cabeceras de referencia, lo que provoca una gran dependencia del vehículo particular. Sin embargo, es un servicio básico que ... facilita gestiones y compras cotidianas a sus habitantes y que constituye uno de los pilares para la supervivencia de muchos municipios de la provincia.
Este es precisamente uno de los objetivos del bono rural de transporte gratuito que llegó a Segovia en mayo del año pasado. A día de hoy hay 276 localidades en la provincia que se benefician de esta medida, que permite utilizar los sistemas de transporte a la demanda e integrado de la Junta de Castilla y León.
La principal ventaja se nota en el bolsillo porque es gratis para los viajeros que utilicen la tarjeta física o la aplicación móvil, a través de la cual también pueden hacer las reservas de los trayectos. En total, hay 60 rutas disponibles por las ocho zonas en las que se ha puesto en marcha: Cantalejo, Carbonero el Mayor, Riaza, Cuéllar, Sepúlveda, Nava de la Asunción, Navafría y Sacramenia. Aunque el grado de implantación es dispar, ya que en Cantalejo comenzó a funcionar el 31 de mayo y en Sacramenia no fue hasta el pasado 19 de noviembre cuando empezó a andar.
Aunque el proyecto todavía está reciente, el primer balance es positivo. Tal y como comentó el viceconsejero en funciones de Infraestructuras y Emergencias, José Luis Sanz Merino, este bono ha incrementado el uso del servicio por parte de los segovianos un 35%. Los datos de la Junta arrojan un total de 1.647 beneficiarios desde su paulatina puesta en marcha hace nueve meses.
Algo más del 51% del conjunto de ese pasaje han hecho uso de las siete rutas disponibles en el área de Cantalejo, es decir, 848 viajeros. Le sigue la zona de Riaza con 354 usuarios desde que arrancó el 6 de agosto con diez itinerarios; mientras que 171 personas han empleado estos autobuses en la demarcación de Cuéllar, donde se implantó el 26 de agosto con otras seis rutas.
El alcalde de San Miguel de Bernuy, municipio perteneciente al área de Cantalejo con menos de 140 vecinos empadronados, asegura que este bono supone un paso muy positivo para el medio rural. Para José María Bravo, lo más importante no es la gratuidad, que la considera más un plus, sino que «proporciona nuevas alternativas de desplazamiento con más horarios y más días, algo que los vecinos valoran».
De este modo, se puede viajar en autobús desde San Miguel de Bernuy hasta Cantalejo los lunes a las 7:30 con el regreso a las 10:45 y los viernes sobre las 9:00 con vuelta a las 12:00. Se trata de un trayecto que dura algo menos de cuarenta minutos desde San Miguel, pasando por otros siete pueblos, aunque la ruta completa recorre diez localidades. Según Bravo, «es una nueva oportunidad para el medio rural porque normalmente estamos pendientes de los mayores para echarles una mano y traerles lo que necesiten o llevarlos en coche, pero es encomiable que tengan esa opción». Además, recalca que estos desplazamientos son necesarios para ir al centro de salud, pero también al mercado, a los bancos o a tiendas concretas.
En este sentido, indica que en el pueblo hay varias personas asiduas a este modelo de transporte que les proporciona independencia y seguridad. «Ya no se ven obligados a pedir el favor a un hijo o vecino o a coger el coche, aunque no vean bien y se cansen, para hacer cualquier recado». Otro de los puntos a favor es que sirve como conexión con las líneas regulares para poder viajar a grandes núcleos como Segovia o Valladolid. A su juicio, en un proyecto como este no se tiene en cuenta el volumen de usuarios, sino las necesidades básicas que permite cubrir, ya que «contribuye a evitar el abandono y la desprotección de los habitantes del medio rural».
El alcalde de Campo de San Pedro, Diego López, también defiende su utilidad y afirma que la acogida está siendo buena porque «en los pueblos de alrededor hay mucha gente mayor y este sistema les permite desplazarse para hacer gestiones». Eso sí, admite que los vecinos de su municipio usan más el transporte regular que comunica con Aranda de Duero porque tienen más servicios que en Riaza o Ayllón.
En esta localidad de 250 habitantes se implantó en agosto de 2021, pero los primeros meses la gente apenas conocía el funcionamiento y la posibilidad de uso. Sin embargo, López cree aumentará el número de viajeros de forma progresiva y «por un tema de población se utilizará más en verano».
A su juicio, también supone un aliciente para las familias o personas que se estén planteando vivir en el pueblo. En Campo de San Pedro el 90% de los usuarios son personas de avanzada edad y jóvenes que todavía no tienen el carné de conducir, por lo que lo utilizan para ir a comprar ropa, calzado, productos específicos de electricidad y tecnología, así como para trámites médicos o administrativos.
En este caso pueden ir en un autobús los lunes y jueves a las 7:50 con llegada a Riaza a las 8:20 y vuelta a las 11:00. A la misma hora de lunes a viernes sale un autobús hacia Ayllón, que regresa a las 14:20 horas. López es consciente de que ofrecer este servicio no sería rentable para ninguna empresa si no está subvencionado; pero incide en que «se trata de una prestación social y no hay que mirar el dinero, sino las facilidades que proporciona a los vecinos en su vida cotidiana». Y es que, en su opinión, hay carencias que en pleno siglo XXI no deberían existir.
No obstante, cree que esta mejora no es suficiente porque «no solo hay que preocuparse del transporte, también hay otros servicios básicos en los que hay que invertir y no está haciendo, como por ejemplo la sanidad». Al respecto, lamenta que en Riaza hayan estado ocho meses sin pediatra «por una cuestión económica, ya que con mejores salarios para el personal sanitario no habría tanto problema».
En otros municipios como Vallelado o Pedraza los vecinos no emplean de forma habitual el autobús, ya que recurren al coche particular por lo que la implantación, al menos hasta la fecha, no ha dado los frutos esperados. Mientras que en Boceguillas, su alcaldesa, Cristina Cristóbal, cree que todavía «no se usa demasiado por desconocimiento», ya que apenas se ha publicitado.
Por eso, tiene previsto realizar una reunión, destinada sobre todo a los mayores del municipio, para informales entre otras cuestiones del bono rural es gratis. «La intención era hacer esta sesión en diciembre o enero, pero por la situación de la pandemia hemos decidido aplazarla a febrero», detalla.
Desde su punto de vista, «todo lo que facilite la vida de los vecinos es positivo», por lo que valora esta iniciativa, a pesar de que tanto Boceguillas como Sepúlveda son más receptores que emisores de viajeros. «Para un vecino de Encinas será más útil, pero en Boceguillas tenemos prácticamente de todo y salvo para compras muy puntuales o para determinadas consultas médicas los vecinos no lo necesitan como en otros pueblos», recalca.
Los habitantes de 22 municipios de la provincia segoviana también disponen de transporte metropolitano. Entre ellos, la propia capital, Abades, Basardilla, Bernuy de Porreros, Hontanares de Eresma, La Lastrilla, Otero de Herreros o Palazuelos de Eresma. También otros como San Cristóbal de Segovia, Real Sitio, Torrecaballeros, Valverde del Majano, Garcillán y La Losa.
Entre 2009 y 2020 las diferentes líneas acumularon un total de 6.233.186 pasajeros, según los datos proporcionados por la Junta de Castilla y León. No obstante, la pandemia del coronavirus ha hecho mella en este servicio, ya que en 2020 el número de usuarios cayó cerca de un 40% con respecto al año anterior, pasando de algo más de 509.000 pasajeros a cerca de 305.000. Un descenso asociado a las restricciones de movilidad y los confinamientos.
La línea más utilizada el primer año de la covid fue la que comunica Valsaín con Segovia, con 100.613 pasajeros; seguida de la que va desde Torrecaballeros a la capital tuvo 64.316 usuarios, y la que comunica con Palazuelos de Eresma 52.911. No llegaron a los 3.000 los pasajeros que utilizaron la conexión de Bernuy de Porreros ni la que comunica con Santo Domingo de Pirón.
El transporte a la demanda acumula 237.379 viajeros entre 2004 y 2021 y aunque el descenso provocado por la crisis sanitaria también ha sido notable durante el año pasado se inició la recuperación. En concreto, hubo 8.129 usuarios, un 25% más que en 2020. Aunque todavía es una cifra inferior a la de 2019, cuando se registraron 10.403, es decir, casi un 22% más que el último año. La mayor demanda de este servicio se ha producido en las áreas de Cantalejo, Cuéllar, Riaza y Sepúlveda.
Uno de los aspectos negativos es, según la edil, el horario de los autobuses. «Es complicado adaptarse porque a veces los usuarios tienen que permanecer demasiado tiempo en el destino y la gente mayor se cansa». Esto les ocurre, por ejemplo, si van a Ayllón, ya que pueden ir de lunes a viernes, pero coincidiendo con el horario escolar la ida es a las 7:40 y no tienen un autobús de vuelta hasta las 14:30 horas.
Ante esta situación, reclama un cambio de horarios que permita cubrir las necesidades de los potenciales usuarios. «Es interesante por la comodidad y el ahorro que supone, además, para mucha gente es la única forma de desplazamiento posible; pero es importante que se tengan en cuenta estos tiempos de espera», sentencia la regidora.
El alcalde de Matabuena, localidad perteneciente al área de Navafría, advierte de que «aunque la Junta lo haya vendido así, este servicio no es nuevo porque antes de su implantación los autobuses escolares ya se podían utilizar». Felipe Bartolomé opina que no tiene ningún sentido que el transporte hacia La Granja salga a las 8:00 y no haya uno de regreso hasta casi las 15 horas.
«Esto sería útil si la vuelta fuera a una hora prudencial, las 10 o las 11 de la mañana, porque pueden ir para hacerse una analítica y aprovechar a hacer algún recado o dar un paseo, pero así no sirve para nada. Nadie quiere estar seis o siete horas haciendo tiempo. Esto no es transporte a la demanda», critica. Hasta el punto de que cree para los pueblos de la sierra este bono es inviable porque «si lo utilizan a la ida alguien tiene que ir a por ellos».
Eso sí, ve indispensable para el bienestar de sus vecinos que pueblos como Matabuena, con poco más de 130 habitantes, tengan un servicio básico de transporte para ir al consultorio médico o a hacer compras.
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