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El colegio público San Juan Bautista de Carbonero el Mayor está cambiando de aspecto. El artista Daniel Aguado ha empezado a decorar las fachadas del centro educativo con coloridos dibujos como parte de un proyecto por la igualdad de género que se está llevando a cabo en algunos municipios segovianos. En el mural, que él mismo define como «una bomba de color», aparecen grandes lapiceros de colores junto a las caras de niños y niñas de diferentes razas sobre un fondo blanco. «Tiene toda la escala cromática y llama mucho la atención», apunta Aguado, quien resalta la necesidad de los colores vivos «en estos tiempos tan grises».
En sus dibujos ha querido conjugar motivos infantiles con mensajes de igualdad. Así, los lápices rosas tienen la punta azul y los azules, rosa. Los niños le dicen que se ha confundido, pero él les explica que pretende lanzar un mensaje para romper con los estereotipos de género. No obstante, argumenta que le pareció conveniente reflejar la igualdad en su sentido más amplio y, «aprovechando que Carbonero es un pueblo que tiene mucha inmigración», ha querido hacer hincapié en la diversidad cultural. «El ser humano tiene diferencias en las culturas y por eso somos tan ricos. Creo que esa noción la tienen que tener desde pequeños», señala.
Esta fachada sobre la que lleva trabajando tres semanas es la del comedor del colegio, que da a la carretera y se sitúa en el centro del pueblo. La pared data de 1937, por lo que ha requerido un tratamiento integral de saneamiento y limpieza, según explica el propio artista. «Estaba muy degradada, tenía musgo y estaba muy fea», apunta. En otro muro más largo y más bajito, la semana que viene empezará la otra parte del proyecto. «Voy a imitar una librería, haré como si fueran los cantos de los libros», dice Aguado tras indicar que la intención con este dibujo es fomentar la lectura.
La pintura que utiliza normalmente es el aerosol (spray) que, en este caso, se une a una técnica «muralista». Daniel Aguado ya ha realizado numerosos trabajos en los pueblos de la provincia usando el spray pero también la pintura plástica que, dice, emplea sobre todo cuando trabaja con niños. Su proyecto personal, Rural Graff, le ha llevado a pintar grafitis por muchas zonas rurales de Castilla y León. «Lo he hecho para impulsar la pintura y trasladar los grafitis a las zonas rurales», comenta, ya que este tipo de arte está «muy vinculado a las urbes».
En su Sanchonuño natal lleva varios años organizando un festival de grafitis y murales: al principio era concurso y luego pasó a ser exhibición. «El año pasado hubiera sido la cuarta edición, pero con la pandemia se paralizó», recuerda. También pintó un mural en la Plaza Mayor en honor a las familias resineras. En municipios como Cuéllar, Chatún, Gomezserracín o Samboal ha organizado murales participativos y en Nieva está preparando un proyecto que calcula que empezará dentro de un mes. «Va a ser algo muy chulo», avanza.
Los alumnos del colegio de Villaverde de Íscar, además, han hecho un concurso para seleccionar los mejores dibujos y hacer después un montaje que se plasmará este fin de semana en una fachada del ayuntamiento, al lado del centro médico. Aguado pintará esta obra con la ayuda de los jóvenes de la asociación del pueblo, con edades entre 14 a 16 años, que llevan varios días realizando talleres de pintura dentro del proyecto de Rural Graff.
A pesar de que cada proyecto es distinto, Aguado admite que intenta «hablar con los vecinos y la gente del entorno» antes de empezar a pintar cualquier mural, para «captar el ambiente». De ahí saca su inspiración, que luego junta con sus emociones y con lo que observa a su alrededor.
Reconoce que no es frecuente ver murales en los pueblos, pero cuenta que en Carbonero El Mayor ya hay unos cuantos aficionados que se han acostumbrado a verle trabajar cada día en el colegio. Al ser en una zona de paso, cerca de la carretera, dice que puede llegar a hablar con casi 50 personas cada día que le preguntan y le dan ideas. «Está teniendo una repercusión social muy grande y está llamando mucho la atención», sostiene Aguado notablemente contento. «Para mí es un placer que, tal y como están las cosas, la gente se pare a hablar conmigo. Me parece muy bonito». En el colegio también está teniendo, según él, «una aceptación muy buena». De momento no sabe si habrá una inauguración del mural, aunque no oculta que le gustaría porque, dice, «los profes están encantados y los niños, también».
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