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Dos de la tarde y todo en calma, como un viernes normal. Sin embargo, a esa hora entraba en vigor el confinamiento perimetral de Castilla y León. La subdelegada del Gobierno en Segovia, Lirio Martín, advertía horas antes de que había algunos puntos en ... los que se iba a poner especial énfasis por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a la hora de velar por el cumplimiento de la restricción de paso de una comunidad autónoma a otra. Y esos lugares eran sobre todo las dos vías de alta capacidad que conectan con Madrid, tanto por el nordeste de la provincia a través de la A-1, en Santo Tomé del Puerto y Boceguillas, como por el sur, en la AP-6, en el peaje de San Rafael.
La Guarda Civil desplegó sus dispositivos de control para blindar sobre todo la entrada a la provincia, aunque también con el paso de las horas el dispostivo se trasladó al sentido contrario para vigilar las salidas y asegurarse de que tantos los que venían como los se iban lo hacían con la pertinente autorización que justifique alguno de los motivos que permiten el tránsito. Las excepciones a este confinamiento perimetral que ha entrado en vigor son similares a las que estaban en vigor cuando se decretó el estado de alarma, explica la subdelegada.
Es decir, se podrá pasar a otra región por motivos de trabajo y con el salvoconducto que lo acredite; por residencia habitual; por estudios; por circunstancias sanitarias de asistencia médica o cuidado de personas mayores o dependientes, lo que requiere también el aval del justificante para que los agentes den el visto bueno, o de lo contrario les obliguen a dar media vuelta e impidan el paso a territorio castellano y leonés a través de las fronteras segovianas.
El peaje de San Rafael ha sido durante las primeras horas de aplicación de la medida uno de los puntos que más trabajo ha dado debido a la cantidad de tráfico procedente de Madrid. Para no provocar atascos kilométricos, el operativo activado en este lugar por la Guardia Civil ha parado de manera aleatoria a todos los vehículos que han podido que circulaban hacia Segovia. Este tipo de dispositivo especial está compuesto habitualmente por «entre ocho y diez agentes», precisa la subdelegada del Gobierno.
La intensidad del tráfico ha ido en aumento con el paso de las primera hora de confinamiento. Hacia las tres de la tarde, las comprobaciones de documentación por parte de los guardias civiles para verificar las razones del viaje y la identidad de los pasajeros causaban las lógicas retenciones en un día, además, de salida atípica de puente debido al cerrojo que la Comunidad de Madrid también ha puesto solo durante los días festivos, a diferencia de la Junta, que va a prolongar hasta el 9 de noviembre el cierre de sus límites geográficos para intentar frenar el avance inexorable de la segunda ola de la pandemia del coronavirus.
Ese primer dispositivo en la zona del peaje de San Rafael ha concentrado su celo de control en sus primeras horas en el flujo de vehículos procedentes de Madrid. Las comprobaciones a pie de ventanilla bajada y con el coche parado a un lado de la calzada pusieron de manifiesto que la inmensa mayoría de los vehículos tenían vía libre ya que se trataba de segovianos que regresaban a su residencia después de cumplir con la habitual jornada de trabajo en Madrid. A lo largo de la tarde estaba previsto que el dispositivo se trasladara al sentido contrario de la autovía con el fin de velar por el cumplimiento y justificación de las excepciones en las salidas desde tierras segovianas.
Esos controles se han repetido en la A-1, y en las carreteras secundarias, ha incidido Lirio Martín, ya que las comunicaciones por carretera con la Comunidad vecina son diversas. Así, por ejemplo, también se han activado dispositivos de la Guardia Civil en el Alto del León, otro de corredores entre Madrid y Segovia más frecuentados.
La representante de la Administración central en la provincia también advertía en las horas previas a la entrada en vigor del confinamiento perimetral de la presencia de la Policía Nacional en las estaciones segovianas, en particular en la del Ave y en la de autobueses, debido a la cantidad de viajeros que un viernes como hoy pueden usar este medio de transporte para desplazarse entre Madrid y Segovia, y viceversa.
Sin embargo, el tránsito de los pasajeros por ambas terminales ha estado totalmente liberado de controles policiales durante al menos las dos primeras horas de vigencia de la restricción de movilidad. Tal y como se ha comprobado, en los andenes de Guiomar solo se le veía a los viajeros y al personal de Adif y la plantilla de seguridad. Como en una jornada normal, pasaron por el puesto para comprobar el billete, dejaron los bártulos en la cinta que los escanea y se dirigieron a las vías correspondientes a esperar el tren hasta subirse a él.
Así, a las tres menos catorce minutos llegaba un Alvia de Gijón con destino Castellón y escala en Segovia y Madrid, donde algunos se bajarían o donde otros cogerían un transbordo para enlazar con otro convoy que les habría de conducir a su destino definitivo. Quienes se montaron en Guiomar manifestaban que no habían visto, y por lo tanto pasado, ningún control policial, aunque por si acaso llevaban la documentación a mano por si les pedían la justificación del viaje más allá de las fronteras castellanas y leonesas. Lo mismo con las dos personas que se montaron en otro tren, esta vez hacia a Santander, o quienes se subieron a otro Alvia hacia Madrid porque no hay más horarios y éste que suelen coger les lleva 800 euros al mes, se quejaban más allá del confinamiento dos trabajadoras de la administración pública que se desplazan a diario desde la capital de España a Segovia para su desempeño y regresan una vez acabada la jornada laboral.
En la estación de autobuses, el panorama era el mismo. en las dos primeras horas del confinamiento. Eran casi las cuatro de la tarde y no había una orden específica y concreta a los policías que patrullaban por la capital para acudir a las terminales, aunque eran conscientes con anterioridad del dispositivo anunciado por las autoridades. Por su parte, chófer de Avanza señalaba que los controles corresponden a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por lo que si les paran durante el trayecto hacia Madrid en uno de los dispositivos instalados por la Guardia Civil, tanto él como los pasajeros deberán de facilitar la documentación pertinente, porque «es un problema de responsabilidad individual».
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