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Niños fotografiados en la calle Don José Canalejas de Segovia.

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Niños fotografiados en la calle Don José Canalejas de Segovia. Robert Gillon

El belga que se enamoró de Segovia

El Museo Rodera-Robles acoge hasta junio una exposición de fotografías realizadas por Robert Gillon entre 1909 y 1963

Carlos Álvaro

Segovia

Martes, 17 de diciembre 2024, 19:34

El belga Robert Gillon viajó por primera vez a España en la primavera de 1909, cuando estudiaba el doctorado, y quedó enamorado de la belleza del país. Aficionado a la fotografía, tomó instantáneas de las ciudades que visitó, entre ellas Segovia, a la que regresaría al menos en veinticuatro ocasiones, hasta 1963. En todas ellas obtuvo fotografías que seis decenios después de su última estancia en la ciudad han recopilado los coleccionistas que asiduamente colaboran con el Museo Rodera-Robles. 'Robert Gillon, pasión por Segovia' es el título de la exposición que el museo más segovianista acoge hasta el próximo mes de junio.

«Son fotografías que han recopilado Pedro Peñas Álvarez, Juan Francisco Sáez Pajares y Juan Pedro Velasco Sayago. Las más antiguas están fechadas en abril de 1909 y las más recientes en agosto de 1963. Gillon no fue un fotógrafo profesional, pero dejó una maravillosa colección de fotografías de Segovia. Con su cámara capturó un sinfín de rincones, algunos ya desaparecidos y otros muy transformados», señala Rafael Cantalejo, director del Museo Rodera-Robles.

Algunas de las fotografías expuestas. A. de Torre

La cámara de Gillon captó, por ejemplo, la antigua configuración de la calle Infanta Isabel, o las obras del soterramiento del Clamores, junto a la iglesia de San Millán, o los ábsides de la iglesia de San Quirce cuando todavía servía como almacén de paja, o a los dueños del Gran Hotel Comercio Europeo, donde el belga se alojó siempre que estuvo en Segovia. «Era un hombre muy minucioso, pues anotaba la fecha exacta en que realizaba la foto, incluido el día de la semana. Esto nos permite ahora datar cada pieza con exactitud», apunta Cantalejo.

La Guerra Civil frenó los viajes de Gillon, que entre 1939 y 1947 presidió el Senado belga. Sus ocupaciones políticas no le impidieron retomar los viajes a España. En el verano de 1939, concluida la contienda, estuvo de nuevo en Segovia y sacó alguna foto de la puerta de San Cebrián. «Años después, entre agosto de 1946 y septiembre de 1948, su cámara registra tomas inéditas de casonas y palacetes segovianos. Perdida su función de residencias nobiliarias, era ya utilizados para fines más prosaicos».

Gillon murió en julio de 1972. En su honor, la Academia de San Quirce colocó una lápida en la ermita de San Roque de Zamarramala con una frase suya: «No conozco a nadie que, habiéndose acercado a este lugar, no haya sido conquistado por esta vista sorprendente».

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