Cuando se declaró la pandemia, en marzo de 2020, no todo se paralizó. Hubo personas que se sintieron con la obligación moral de arrimar el hombro, de aportar su granito de arena, y se unieron para confeccionar equipos de protección especial (apenas había) destinados a hospitales, residencias de ancianos y a todo aquel que pidiera ayuda. La iniciativa, espontánea, voluntaria, desinteresada y absolutamente filantrópica, dio lugar a la formación del llamado Batallón de Costura, que integró a más de 1.500 hombres y mujeres a lo largo y ancho de la provincia.
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Nadie ha olvidado aquella hazaña, como pudo comprobarse ayer en la plaza de Tizneros, donde el Ayuntamiento de Espirdo organizó un cálido homenaje a los voluntarios del Batallón de Costura. El acto, sencillo pero emotivo, contó con una representación de aquellos voluntarios que hicieron frente común para combatir los efectos de la pandemia en momentos muy delicados en los que se estaban produciendo muchas muertes y toda ayuda era poca. «Su esfuerzo fue ejemplar, y los vecinos del término municipal de Espirdo queremos expresarles nuestra gratitud por su dedicación altruista y su compromiso», dijo la alcaldesa de Espirdo, María Cuesta. La cadena de solidaridad que el Batallón de Costura formó en la provincia de Segovia no tiene precedentes y marcará un antes y un después. «Quedó demostrado que cuando los medios son escasos, la unión y la solidaridad conducen a las hazañas más increíbles. Nos necesitamos mucho, y este es el mensaje que queremos transmitir a las generaciones venideras. Unida, una comunidad puede llegar muy lejos», añadió la regidora.
Para perpetuar el recuerdo del esfuerzo de aquellos hombres y mujeres que decidieron pasar a la acción, el Ayuntamiento de Espirdo descubrió anoche la placa que ya da nombre a la plaza de Tizneros. «Plaza del Batallón de Costura», dice la cartela, obra de John Cooper, ceramista afincado en Torrecaballeros. También recordará la labor del Batallón de Costura una escultura conmemorativa creada por la artista local Amanda Brunete. «A ambos queremos darles las gracias por su colaboración, así como a Four Hands Project, que ha puesto la música al acto e hizo la banda sonora del documental 'Batallón de Costura. Puntadas de Solidaridad', de Carlos Puerto», recordó María Cuesta. El grupo de danzas Aswat Mundi puso fin al homenaje con varias coreografías.
Según la alcaldesa, lo «mínimo que se puede hacer» es reconocer la labor que tantas personas hicieron en un momento «malísimo» en el que «carecíamos de lo más básico», porque «no había ni una mascarilla». José María Bravo y María de Pablos, dos de los promotores de aquel batallón ciudadano, estuvieron presentes en el acto. «Se hizo una labor buenísima que merece la pena tener muy presente».
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