Secciones
Servicios
Destacamos
El trabajo a fuego lento del CD Base con el baloncesto segoviano da frutos. A falta de medios para un equipo absoluto en categorías nacionales como la Liga EBA, su logro es sumar adeptos a la causa de la canasta. La entidad aumentó su número de jugadores el curso pasado en torno a un 10% hasta llegar a los 300, el número que llevó a la historia a los espartanos –aunque su resiliente ejército tenía en realidad más efectivos–, una metáfora válida para un deporte que espera su momento.
El balance que hace el presidente del CD Base, Rodrigo Hernando es «muy bueno». Lo argumenta en las cifras de jugadores, con un espectro que va desde los cinco años a categoría sénior. La gran responsable del aumento de efectivos está en la escuela, que ha pasado de los 30 a los 50 niños. Este proyecto, impulsado en Palazuelos de Eresma por Juan Sáez, ha superado sus expectativas. En categorías de formación –desde infantiles a juveniles– también han crecido las fichas, 15 más que el año pasado, debido fundamentalmente a los nutridos equipos de la categoría infantil, y ya llega a unas 200 entre todos los equipos. La ecuación la completan los equipos sénior: unos 25 chicos y unas 15 chicas.
«Es muchísima gente. Se moviliza a mucha familia, tenemos una masa social bastante grande y de momento abarcable», resume Hernando. La escuela incluye categoría baby (a partir de los cinco años), benjamín y alevín (hasta los 11 años). El grueso del medio centenar de niños que la integran son de Palazuelos, un granero por sus familias jóvenes. «Hemos creado un nuevo núcleo de baloncesto importante. Son muchos niños. Hay implantación en algunos pueblos del alfoz, pero lo que más hay es fútbol sala; el baloncesto se ofrece en menos sitios». El boca a boca es la mejor forma de reclutar jugadores. «En edades así, los niños tiran a ir con sus amigos a hacer lo que sea». Al contrario que ocurre en edades superiores, las niñas son amplia mayoría.
La filosofía en estas edades es la diversión. «La parte fundamental es la lúdica, engancharles porque se divierten. Que cuando salgan quieran volver porque se lo han pasado bien». Lo técnico viene luego, poco a poco, porque el baloncesto es un deporte muy complejo a nivel táctico y técnico. Cuando cogen un balón y tiran a canasta, a la primera no llega ninguna». Se trata de impartir habilidades a través del juego; primero el bote –lo más fácil–, luego el pase y por último el tiro.
El margen para crecer en los equipos federados es muy escaso: «No tenemos donde meterlos». La falta de técnicos no invita a crear más equipos, sino a engordar los existentes. El club tiene equipos en las categorías preinfantil, infantil, cadete de primer año, cadete de segundo año (todos ellos femenino y masculino) más dos júnior masculinos (de primer y segundo año) y un júnior femenino. En total, 11 equipos en categoría autonómica. La previsión para el año que viene es mantener la misma estructura. «A nivel cuantitativo estamos muy estabilizados; a nivel de jugadores diría que no vamos a crecer prácticamente nada, hemos llegado al tope».
El siguiente paso es transformar la cantidad en calidad. «Poco a poco se va consiguiendo, es fruto del trabajo de mucho tiempo». Uno de los hitos es contar con un equipo júnior en Primera División regional, algo que también hizo el cadete el curso pasado. Asomarse al primer escalón de Castilla y León cuando salgan buenas hornadas es una meta realista; los júnior han competido bien este año. El club llama a esa puerta mediante las fases previas entre equipos de Segunda para subir a Primera, algo que intentaron el año pasado con la mayoría de sus conjuntos y que repetirán de cara al curso que viene con tres equipos masculinos y tres femeninos. «Si se consigue, será con uno o dos, pero estamos ya a ese nivel. La calidad viene de la cantidad; si tienes más jugadores tienes opción de que sean mejores. Y del trabajo que hacemos desde que son pequeños. Es difícil, no somos Valladolid o Burgos, que tienen el triple o el cuádruple de niños disponibles».
Una de las novedades de cara al próximo curso es que la Federación de Baloncesto de Castilla y León ha añadido una categoría autonómica femenina sénior, la Segunda Nacional, como paso intermedio entre la Liga Provincial y la Primera Nacional, donde milita El Cochinillo Segoviano con equipos castellanos, asturianos, cántabros y gallegos.
El sénior masculino, con una edad media muy joven, da pasitos en Primera Nacional. «Las cosas no cambian radicalmente, es un trabajo a fuego lento». Por eso el objetivo de ascender a Liga EBA no está en el horizonte. «Hay que aspirar a ascender, pero que se pueda jugar en EBA… habrá que verlo. Los dos últimos ejemplos (UDS y Claret) nos ponen los pies en la tierra a todos. Hay que saber que el techo está muy bajito en Segovia. Pero si el año que viene podemos quedar cuartos en lugar de sextos y podemos pelear por el ascenso, se jugará. Pero no vamos a tirar por la borda el trabajo de muchos años por cosas que no se pueden hacer».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.