El barrio con más historia que más teme por su futuro
RECINTO AMURALLADO ·
La carencia de servicios y el alto precio de los alquileres hacen de esta zona un lugar cada vez menos atractivo para vivir
RECINTO AMURALLADO ·
La carencia de servicios y el alto precio de los alquileres hacen de esta zona un lugar cada vez menos atractivo para vivirEl llamado Recinto Amurallado es uno de los barrios más antiguos de Segovia, pues constituye el origen de la ciudad junto a otras zonas como parte del barrio de El Salvador y otras partes 'extramuros' como San Lorenzo. Allí viven entre 4.000 y 4. ... 200 personas, la mayoría de avanzada edad, según el portavoz de la asociación de los habitantes de esta zona, Pedro Montarelo. Este calcula que en torno al 80% están en una franja de edad entre los 65 y los 70 años. «Ahora parece que hay algunas personas más jóvenes, familias con hijos en edad escolar que dan cierto aire joven al barrio, constituyen una esperanza para la propia asociación, porque ahora somos todos jubilados y justo antes de la pandemia recibimos la alegría de que unos cuantos matrimonios jóvenes con niños se querían integrar en la asociación, lo que nos hace albergar una perspectiva más optimista», relata Montarelo.
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Pero el representante de los vecinos puntualiza. «El barrio está en proceso de pérdida de habitantes». La asociación lo achaca, en parte, al «vaciamiento» de múltiples edificios históricos y oficiales como el Hospital Policlínico, la antigua Tesorería o la Oficina de Agricultura. «Da la impresión de que esto no preocupa especialmente y que las administraciones, no solo el Ayuntamiento, lo han dejado todo a lo que la iniciativa privada se le ocurra y pueda llevar a cabo, no hay una apuesta por el mantenimiento y las condiciones de habitabilidad que pueda cumplir unos estándares de vecindario».
También «el mal estado de muchas calles y las propias viviendas» echan para atrás a los potenciales vecinos, en opinión de Montarelo. «El barrio de los Caballeros, San Esteban, las calles próximas a la Catedral, la calle Velarde… todo eso necesitaría una rehabilitación importante, y muchas veces las familias no tienen capacidad económica para llevarlo a cabo», comenta Pedro Montarelo, quien también señala que estos vecinos a menudo se encuentran con problemas burocráticos para llevar a cabo por su cuenta actuaciones de este tipo, pues se trata de inmuebles protegidos.
Pese a la rehabilitación durante la última década de la zona de Las Canonjías y de la Judería, la asociación insiste en que aún quedan cosas por hacer, como la pavimentación de las calles y el arreglo de edificios en la plaza de San Martín o la calle Daoiz. En este último caso, además de un problema estético, el portavoz de vecinos subraya el riesgo de seguridad que supone por la situación del tendido eléctrico, y lo necesario que sería abordar también la reforma de su alcantarillado.
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Por otro lado, los herederos de las casas que sí reúnen condiciones de habitabilidad ven una oportunidad de lucro alquilándolas a quién sí se puede permitir alquileres altos, explica Montarelo. Y estos no son precisamente personas jóvenes que busquen vivir permanentemente en el barrio y demandar los servicios que necesita, sino personas que los usan de segunda residencia o para uso turístico.
Todos estos factores hacen que el Recinto Amurallado no tenga «conciencia de barrio». «Tenemos una dificultad especial respecto a otros barrios para identificarnos como comunidad, tanto entre nosotros como por otros», relata el portavoz. «Cuando uno habla del casco histórico piensa en monumentos, turismo, ocio nocturno, franquicias, pero no piensa en sus vecinos», añade. En este sentido, la pandemia ha cambiado un poco esta perspectiva y los vecinos han podido sacar algo bueno de tan tamaña desgracia: «Lo que ha tenido de positivo es que nos hemos relacionado más entre los vecinos, las calles estaban muy vacías pero nos hemos encontrado más», resume el portavoz. También esta terrible experiencia ha servido en cierto modo para poner de manifiesto algo relevante, según Montarelo: «La importancia de algo que desde la asociación llevamos mucho tiempo diciendo, y es contar con servicios de proximidad para, por ejemplo, el abastecimiento de cuestiones de primera necesidad a través el comercio local», señala.
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Aunque «escasísimos», esta media docena de comercios «han funcionado bien y han jugado un papel importante para las personas mayores», según han sabido en la asociación. Lo han hecho a través de, por ejemplo, la creación del servicio a domicilio, un servicio que ha nacido para quedarse.
En su opinión, también hay cierta creencia entre el resto de vecinos de la ciudad de que Recinto Amurallado es un barrio 'privilegiado' por su ubicación. «Si supieran las carencias estrepitosas que tenemos se asustarían», afirma Montarelo. «Existe una idea positiva de esta zona porque la gente lo asocia a lo que vienen a hacer aquí, que es a tener experiencias positivas, pero luego, a la gran mayoría de ellos no les gustaría vivir aquí», manifiesta Montarelo.
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Los altos precios de los alquileres y la falta de servicios son algunas de estas carencias que señala: «Yo creo que somos el único barrio que no tiene un centro cívico, no hay centro de salud, no hay un parque biosaludable, colegios hay solos dos pequeñitos, los pequeños comercios se cuentan con los dedos de una mano, no hay oferta de ocio, no hay cine, ni deportes, ni viviendas sociales, ni residencia de mayores… hay una larga lista de dotaciones de barrio que aquí no existen y entendemos que no hay preocupación de las administraciones de que cambie la cosa», lamenta Pedro Montarelo.
Transporte
A pesar de que la asociación de vecinos del Recinto Amurallado considera que el transporte público es una de sus «fortalezas» gracias a la completa red de autobuses que tienen a su disposición, la línea 10, que comunica el casco histórico con el centro de salud de San Lorenzo, les da algún que otro dolor de cabeza. Esto es porque, según explican, el autobús no tiene un horario coincidente con los que puede tener las citas en el centro sanitario para realizar consultas o pruebas, sino que tiene un horario partido de unas pocas horas por la mañana y otras por la tarde.
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«Me duele en el alma cuando lo veo pasar vacío, parece que siempre va vacío o con una mínima ocupación, pero porque no tiene unos horarios que hagan posible utilizarlo con más eficacia», lamenta Montarelo. «A veces arrastramos cosas que se han establecido de una determinada forma y no se modifican porque se siguen haciendo así por inercia», opina el portavoz de los vecinos. Se refiere a que este horario 'partido' viene de la época en que el autobús que recorría esta línea era eléctrico y no tenía capacidad para estar todo el día circulando, sino que tenía que parar unas horas a mediodía para retomar energía. Sin embargo, esto ya no tendría sentido toda vez que el autobús que circula es un vehículo de combustión interna.
El concejal de Tráfico, Transportes y Movilidad, Jesús María Sanz, ha señalado sobre este aspecto que «todo lo que se pueda ir mejorando con los recursos humanos y materiales de los que dispone el Ayuntamiento se va a hacer». Se ha mostrado dispuesto a revisar los pliegos con la empresa concesionaria, Avanza Movilidad Integral, «para ver si hay algo que no está bien» y poner una solución.
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Además, la movilidad en el Recinto Amurallado también está pendiente de los planes de peatonalización que el equipo de gobierno ha mostrado en esta zona de la ciudad y que quiere implementar en los próximos años.
El Policlínico
La asociación de vecinos de Recinto Amurallado está integrada dentro de la Plataforma en Defensa del Policlínico: «No solo desde el punto de vista de un lugar ambulatorio o centro de salud, sino que lo reivindicamos como un servicio que se debe a toda Segovia, capital y provincia, como han puesto de manifiesto las carencias con resultado de enfermedad y muerte por coronavirus, porque las propias autoridades reconocieron que si hubiera habido un segundo hospital las consecuencias no habrían sido tan graves, y sin embargo después de tantos años reivindicando lo único que aprovechan son las camas», expone el portavoz de los vecinos de este barrio.
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En su opinión, el casco histórico no se va a revitalizar simplemente «porque se haga de él un objeto atractivo para promotores e inmobiliarias», sino «recuperando servicios esenciales. Si no somos rentables para hacer un centro de salud, porque lo que nos dicen es que no tenemos el mínimo de tarjetas para tener un centro de salud propio, deberían hacerlo como un activo para generar riqueza, porque de esa forma sí que lo somos. Seguro que no hay procedimiento más barato para las arcas públicas que conseguir el mantenimiento de la ciudad haciendo que siga ocupada por sus vecinos», manifiesta.
Sobre la construcción de una nueva infraestructura hospitalaria anunciada por la Junta de Castilla y León, el representante de estos vecinos cree que se trata de «un globo sonda. El centro de salud de Nueva Segovia lleva diez años haciéndose y no está ni empezado» expresa, a modo de ejemplo.
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«Si se hubiera tenido voluntad, en unos meses se podría haber recuperado el Policlínico, pero se ha vendido la moto de que tiene problemas estructurales, ¿y qué?, sería el único que no los pudiera tener, pero se abordan y se arreglan», opina Montarelo. «No sabemos qué pasa con el Policlínico, algo raro, porque ni siquiera se ha mirado para posible centro covid, ni ninguno de los edificios que están vacíos. Nos preguntamos qué pasa con el casco histórico para que preocupe tan poco, se está deteriorando y las administraciones se mantienen impávidas ante esta situación».
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