Clientes en un bar del barrio de la capital segoviana. ANTONIO TANARRO
Segovia

El 5% de los bares de la provincia de Segovia ha cerrado desde Navidad

La acción de abrir las puertas de un establecimiento hostelero de tradición familiar supone un gasto de hasta 400 euros por día

Viernes, 27 de enero 2023, 12:05

Las restricciones por la pandemia provocaron el cese de la actividad hostelera en la provincia de Segovia. Con la vuelta a la normalidad, muchos locales decidieron reabrir sus puertas para volver a cerrarlas unos meses más tarde. Ningún empresario había previsto la actual crisis económica, ... que ha disparado los costes de producción y ha despertado incertidumbre tras las barras de los bares. Una cuestión que se percibe de manera especial en los establecimientos de barrio y de los pueblos al contar con precios más ajustados y ser más sensibles a los cambios en el mercado, hasta el punto de que la mayoría de estos negocios ve peligrar su supervivencia.

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El pronóstico más temido se ha cumplido. Las asociaciones de hostelería preveían una cascada de cierres tras la Navidad, y la provincia de Segovia no ha sido ajena a ello. El porcentaje de establecimientos que han cesado su actividad en el territorio ha sido más bajo de lo esperado, pero no por ello menos preocupante. «Un 5% de los locales ha cerrado», estima el presidente de la Asociación Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse-AIHS), Jesús Castellanos. Ejemplifica incluso con bares que tenían una gran afluencia de público, lo que ha sorprendido a numerosos clientes. Esto se explica por el elevado precio de los costes energéticos y de materias primas: «Cuanto más vendes, más pierdes», asegura.

La inflación ha sido un obstáculo inesperado para los empresarios. A juicio del presidente de la patronal hostelera segoviana, nunca se había vivido una situación parecida en el sector. A diferencia de la pandemia, que supuso un parón para algunos negocios, «los que ahora cierran no reabren», lamenta. Es una situación generalizada en el gremio, pero afecta de forma especial a los bares y restaurantes de barrio o de pueblos. «Son los que mayor problema tienen porque ofrecen precios más ajustados y no gozan de la misma afluencia de turismo en fines de semana que un local céntrico en la capital», detalla.

5%es el porcentaje de establecimientos hosteleros que se han visto abocados al cierre tras el comienzo del invierno.

Acostumbrados a gestionar gastos y ganancias de manera constante y con mínimos sobresaltos, los pequeños establecimientos de tradición familiar han visto crecer más de un 30% sus costes de producción en tan solo un año. Encender la máquina del café o poner en marcha los fogones de la cocina eran hábitos cotidianos que ahora se han convertido en una decisión muy meditada. «En el momento en que meten la llave para abrir la puerta, hacen frente a un gasto diario de hasta 400 euros», puntualiza Castellanos. Esta cifra aumenta considerablemente -hasta los 1.200 euros- si se enfrentan a un alquiler o su plantilla supera los diez empleados, entre otras cuestiones.

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Calma en primavera

La factura energética se ha triplicado y algunos locales llegan a pagar 2.000 euros de luz al mes, lo que son más de 60 euros al día. A ello se suman las materias primas, como las bebidas alcohólicas, cerveza y refrescos, cuyo precio experimentó tres subidas el año pasado y a partir de enero ha aumentado un 10%. «Estábamos acostumbrados a un incremento de entre el 3% y 5%, esta vez ha sido el doble», matiza el presidente de Hotuse.

Los empresarios también tienen que hacer frente al pago de impuestos y tasas, así como de la Seguridad Social y el salario de sus trabajadores, que ha experimentado cambios tras la reciente firma del convenio hostelero. Estas cuestiones han conllevado al recorte de personal o al cambio de horario de apertura para ahorrar costes, que Castellanos considera «brutales».

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2.500es el número aproximado de bares y restaurantes que hay en la provincia, que dan empleo a más de 5.000 personas.

El invierno siempre es crudo para los pequeños negocios hosteleros, con excepción de algunos días señalados. Su nicho es la clientela habitual, que ha percibido la subida «inevitable» del precio de los artículos, según expresan. «Tenemos que ser profesionales, no podemos vender un botellín o un café sin saber a cuánto lo compramos de manera unitaria, es algo fundamental para la supervivencia de los negocios», remarca Castellanos. Hay 2.500 bares, cafeterías y restaurantes en la provincia, que dan empleo a más de 5.000 personas. Por ello, llama a buscar estrategias que permitan afrontar el bache económico.

Los ahorros de los segovianos han disminuido, muestra de ello es que el gasto medio en la hostelería también ha descendido. Pero «la gente sigue saliendo», se alegra el presidente de Hotuse. Es la vía de escape que puede determinar la superación de las dificultades, pese a la pérdida de rentabilidad. «Hay que hacer números y aguantar, aunque pasemos estos tres meses confinados», insiste Castellanos. Después de la tormenta, siempre llega la calma. En este caso y según las previsiones a escala nacional, la vuelta a la normalidad triunfará en la primavera. «Vamos a remontar porque va a haber un fuerte descenso de la inflación a partir de esa fecha», señala.

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