Vista de Turégano desde el castillo de la localidad. Antonio de Torre

Bandos municipales para disuadir de la ocupación de segundas residencias de cara a Semana Santa

Turégano, Duruelo o Santa María la Real de Nieva recuerda las restricciones del estado de alarma

Quique Yuste

Segovia

Miércoles, 1 de abril 2020, 12:32

El Espinar es, por su cercanía a Madrid, el municipio de la provincia de Segovia más afectado por la llegada de vecinos a sus segundas residencias. Ocurre durante los meses de verano, cuando la población hasta se triplica durante algunas semanas, y también ... durante el confinamiento obligado decretado por el Gobierno desde mediados de marzo. En El Espinar, al igual que en otros pueblos de la provincia de Segovia, la llegada de algunos de estos vecinos –no de todos, solo de aquellos que incumplen las restricciones– ha generado ierto malestar y preocupación entre los vecinos que varios ayuntamientos han tratado de atajar a través de bandos.

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El primero en hacerlo fue el de Turégano. Su alcalde, Juan Montes, sostiene que se trata de una decisión tomada para intentar poner freno a la llegada de foráneos a la localidad, producida sobre todo durante los días inmediatamente posteriores al cierre de centros educativos en la Comunidad de Madrid. «Llegaron sobre todo a las localidades de La Cuesta y de Carrascal de la Cuesta (ambas pertenecientes a Turégano). Al casco histórico del pueblo no llegaron tantos», comenta el regidor.

Para Montes, el principal problema de su llegada a Turégano fue la actitud de alguno de ellos. «Venían de fin de semana, a pasar los días. Se daban paseos por aquí y el lunes se volvieron a sus casas», explica. Actitud que no tienen, puntualiza, los que han permanecido durante las últimas semanas en la zona. «La gente está concienciada y se queda en sus casas. Este último fin de semana ya no se ha visto a nadie por las calles del pueblo», indica.

No obstante, y tal como recogía el bando municipal, afirma que permanecen atentos ante posibles comportamientos irresponsables en un momento en el que estima hay «unas cien personas más» de lo habitual en el pueblo. «Cualquier persona tiene capacidad de denunciar ante la Guardia Civil si observa alguna infracción. Un ayuntamiento también, incluso con más razón», dice.

En la misma línea se manifiesta el alcalde de Duruelo, Fernando Pérez. En su municipio, la población se ha multiplicado por tres o incluso por cuatro. Un marzo normal residen en el pueblo alrededor de un centenar de vecinos, mientras que durante las últimas semanas Pérez estima que la cifra puede haber subido hasta las 400 personas. «Durante estos días se han abierto unas 60 o 70 casas que durante el resto del invierno permanecen cerradas. Por lo menos lo están respetando y se quedan ahí, no salen», subraya el regidor, para el que resulta «indignante» que en la tercera semana de estado de alarma siga llegando gente a Duruelo. «Los dos primeros fines de semana seguía viniendo gente. Algunos venían a quedarse y otros solo a pasar esos dos días», comenta Pérez. El incremento de población, afirma, se observa también a través de los servicios de limpieza, que trabajan durante estos días «como en algunas semanas de verano o de Semana Santa». Para evitar que más personas lleguen a sus segundas residencias, han comprobado las casas del municipio que están ocupadas y las que están vacías y cada dos días miran si hay alguna variación. «Por el momento no hemos tenido que avisar a la Guardia Civil, pero sí que nos ha llamado algún vecino que llegó hace unas semanas preocupado por si se tenía que ir», comenta.

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Responsabilidad

En Santa María la Real de Nieva, siguiendo el ejemplo de Turégano o Duruelo, también han sacado un bando en el que recuerdan las restricciones de movimiento y que no se permite el traslado a las segundas residencias. «Es un recordatorio de lo que está prohibido, sobre todo pensando en la Semana Santa, para que no venga nadie», explica su alcaldesa, Pilar Ares. Señala que no ha notado un gran aumento de población en el municipio durante las últimas semanas y que sí detectan algún comportamiento irresponsable lo pondrán en conocimiento de la Guardia Civil. «Creo que la gente del pueblo está muy concienciada. Están actuando bien, en parte porque tenemos el miedo en el cuerpo», reconoce.

En relación a estas medidas, el presidente de la Diputación de Segovia, Miguel de Vicente, afirma que la institución provincial no ha trasmitido a los ayuntamientos ninguna instrucción al respecto. «Tienen autonomía propia para decidir. Sí que nos han trasladado algunos de estos problemas por la llegada de gente de otras provincias, pero son los que menos. No podemos demonizar a nadie», comenta el presidente de la Diputación, quien hace «un llamamiento a la responsabilidad ya que cuando todo esto acaba tendremos que seguir conviviendo».

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