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Coche afectado por los excrementos de estornino en la avenida de la Constitución. Antonio de Torre

Bandadas de estorninos obligan a limpiar a diario los lugares que ensucian

El Ayuntamiento de Segovia estima que la bandada que anida en la avenida de la Constitución tiene entre 4.000 y 5.000 ejemplares

Carlos Álvaro

Segovia

Martes, 8 de octubre 2024, 13:53

Los quejas vecinales llegan a pares a las oficinas municipales. Como todos los otoños, miles de estorninos anidan por las noches en las copas de los árboles de la avenida de la Constitución y de los parques de San José y la Dehesa, cuyos entornos ... amanecen a diario repletos de excrementos que ponen perdidos coches aparcados, bancos, barandillas, papeleras y el propio pavimento, siempre cubierto de una fija capa blanca. «Llueven excrementos del cielo», protestan los vecinos, que reclaman al Ayuntamiento una solución a un problema que se repite todos los años. También es molesto el ruido que estos animales generan a la caída de la tarde, cuando regresan a dormir a los árboles, pero no tanto como la suciedad que generan.

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«Nos llegan las quejas y somos muy conscientes de ellas, pero es un problema que tiene muy difícil solución», señala el concejal de Sostenibilidad Ambiental, Gabriel Cobos. De hecho, el servicio de limpieza urbana del Ayuntamiento ha estado haciendo pruebas durante casi dos semanas para saber cuál es la frecuencia con que debe intervenir en la zona y el resultado es desalentador. «Se limpia y al día siguiente está igual o peor. Limpiar cada dos días no es suficiente, así que no nos queda más remedio que hacerlo a diario, especialmente en el tramo de la avenida de la Constitución situado entre el cuartel de la Guardia Civil y Valdevilla, que es donde se concentra una cantidad ingente de estorninos todas las noches. La limpieza diaria empezó hace dos semanas», explica Cobos.

La intervención consiste en el lavado a presión, con agua caliente, de la zona afectada mediante la máquina hidrolimpiadora. Es la única manera de quitar la suciedad acumulada durante la noche. El problema llegará cuando las temperaturas bajen de los cinco grados. «En ese caso, este tipo de limpieza será inviable porque no se puede utilizar agua con una temperatura tan baja. El estornino es un ave migratoria y suele emigrar cuando llega el frío, pero podemos tener un problema durante esos días en que las temperaturas caen mucho y las colonias permanecen», admite el edil.

Tramo de la avenida de la Constitución más afectado. Antonio de Torre

Al margen del lavado diario, poco más puede hacer el Ayuntamiento para evitar que los estorninos aniden en los árboles. Para sacar estas aves de la ciudad, el Consistorio dispone de los servicios de un profesional de la cetrería, que valiéndose del vuelo de diferentes aves rapaces consigue ahuyentar o espantar tanto estorninos como palomas. «La ley de protección animal prohíbe eliminar ejemplares y reducir las colonias. La única solución es ahuyentarlas. Con los estorninos lo hemos hecho alguna vez, pero no resulta eficaz. Se les traslada fuera de la ciudad y a los dos o tres días vuelven al mismo lugar. Ellos mismos, por el día, salen a comer a los campos de la zona de Madrona, Torredondo o Fuentemilanos y regresan por la noche porque la temperatura va siendo cada vez más baja y se encuentran más abrigados en la ciudad que en el campo. Hay otras soluciones, como la utilización de redes de captura, pero si en quince días capturas cien ejemplares de una bandada de 5.000, poco haces. Y al final regresan al mismo lugar porque tienen memoria».

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Así las cosas, al servicio de limpieza no le queda más remedio que echar mano todas las mañanas de la hidrolimpiadora para eliminar los excrementos de entre 4.000 y 5.000 estorninos, que es el número de ejemplares que el cetrero estima en las colonias que anidan todos los años en el área comprendida entre los parques de San José y la Dehesa y la avenida de la Constitución. «La medida tiene un coste elevado, no económico sino de medios y efectivos porque acometer estas limpiezas a diario significa dejar de atender otros puntos que también requieren atención», se lamenta Cobos.

Colonias de palomas

Los estorninos del otoño no son el único quebradero de cabeza que la fauna urbana produce en el Ayuntamiento. Las palomas también dan mucha guerra. El cetrero interviene siempre que se forma algún tipo de anidamiento en edificios habitados. Otra cosa son las casas deshabitadas. En estos casos, el problema es mayor. «Se necesita acceder para ahuyentar la colonia y no siempre es posible. Muchas veces no se consigue el permiso porque los propietarios no contestan y puede ocurrir que el mismo inmueble está en un estado tan lamentable que sea peligroso entrar sin unas medidas de seguridad. No obstante, siempre que se puede, se interviene para ahuyentarlas», desvela el concejal de Sostenibilidad Ambiental.

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Las palomas son grandes moradoras del centro de la ciudad. El casco antiguo, con sus casas viejas, algunas desvencijadas, las vuelve locas. «No es el caso de la paloma torcaz, que anida fuera. En el polígono de Hontoria, por ejemplo, hay bastantes. Pero, como especie cinegética que es, su control depende de la Junta de Castilla y León. La especie de paloma más problemática para nosotros es la común, que anida muy frecuentemente en las casas abandonadas del centro histórico. En algún inmueble en el que hemos podido entrar nos hemos encontrado con colonias de más de 400 ejemplares».

Si el Ayuntamiento recibe la queja de alguna comunidad de vecinos y comprueba que el problema es grande, el cetrero entra en acción. Cuando se trata de edificios habitados, suele tratarse de colonias pequeñas, de 10 o 15 individuos. En estos casos, la acción del cetrero es muy eficaz porque el halcón consigue ahuyentarlas en pocos días.

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