Segovia

El Ayuntamiento subirá las subvencionesa las asociaciones sociosanitarias

El CIS de La Albuera, llamado Jesús Mazariegos, también aloja al CEAS Norte, la puerta de entrada al sistema de servicios sociales con una quincena de empleados municipales. La marcha de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Segovia no ha subsanado el problema. «Seguimos estando carentes de espacio», resume la concejala de Servicios Sociales, Azucena Suárez. Parte de ese espacio lo ha recogido desde abril la Asociación Segoviana de Esclerosis Múltiple, que ocupaba un local alquilado en la avenida de la Constitución. Otra parte no se está utilizando. Se trata de un baño adaptado que espera una reforma –una decisión pendiente de los presupuestos– y de una pequeña cocina. Párkinson Segovia y Down Segovia mantienen los mismos espacios.

«La previsión es que cuando se realicen estas pequeñas reformas podamos facilitarles algún espacio más, pero no es sencillo. Hay contrataciones de algún psicólogo o educador social con financiación de la Junta que no se han realizado porque no hay espacio físico donde ubicarles», explica Suárez, que lamenta la falta de mantenimiento del centro desde su apertura hace tres décadas. La consecuencia es que ahora requiere cambios integrales y es más complejo adaptar a las asociaciones.

Suárez alude al crecimiento de las asociaciones –cada vez hay más diagnósticos y se vive más– y asume el reto de la ciudad para dar cabida a colectivos más numerosos. «En ese punto estamos». Y amplía las demandas a otras asociaciones de autoayuda como alcohólicos y jugadores rehabilitados. Las mejoras en La Albuera serían paliativas –ganar algún espacio para las asociaciones, las aulas de mayores que allí se desarrollan y acoger a los profesionales municipales para los que ahora no hay hueco–, pero la respuesta municipal parte por abrir nuevas vías.

La concejala defiende la colaboración entre instituciones y empresas. «Estas asociaciones acuden cada vez más a proyectos que se financian a través de fundaciones o las propias empresas, que desarrollan más su parte social». Plantea que el Ayuntamiento amplíe sus espacios «en la medida de los posible» y «a futuro», con la metáfora de que es «prioritario» reformar la casa antes que hacer una habitación nueva. Y defiende el co-working, que las entidades puedan compartir sede. «Es una de las ideas que tenemos a futuro cercano, buscar unos modelos para que unos usen el espacio por la mañana y otros por la tarde, que tengan puntos en común o no precisen de un espacio muy grande». Una eficiencia que incluye, por ejemplo, los almacenajes. «Ganar espacio para que puedan disfrutarlo más entidades. Es un modelo moderno, sostenible, unos servicios sociales más apegados a la realidad».

Suárez asegura un incremento de las subvenciones en las siguientes cuentas municipales. «No puedo concretar porque no tenemos los presupuestos aprobados, pero la propuesta está hecha. Es necesario incrementar esa cuantía para que puedan trabajar. Y es una manera de reconocer el trabajo que hacen porque llegan donde las Administraciones no podemos llegar, pues no tenemos ese nivel de conocimiento y los medios especializados». Y esa vocación de luchar por ellos mismos y por los suyos. En cualquier lugar.