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«Está sonriente y es rechoncho, hasta la burla, muy alejado de un siniestro demonio con el que se quiere asustar a los niños», dice el Ayuntamiento de Segovia. Estará sentado en el muro de la calle San Juan, en la parte más alta de la vía. Con una de sus manos agarra unas tenazas que a su vez sujetan un sillar de granito del Acueducto para simbolizar la leyenda que justifica su presencia. Está hecho de bronce y su altura es de un metro y setenta centímetros. Además, y como guiño a la actualidad, la tiene un teléfono móvil con el que se está haciendo un 'selfie' frente a su obra monumental. En la parte visible del móvil figura la inscripción 'I love (con un corazón) Segovia. Este es el diabillo de la polémica, que este jueves ha sido presentado por la alcaldesa de la ciudad, la socialista Clara Luquero.
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En esta primera puesta de largo, realizada a través de imágenes, la regidora ha vuelto a contrarrestar la enorme discordia suscitada por la intención de colocar la estatuilla del diablo que, según reza la leyenda, construyó el Acueducto. Tanto el autor, José Antonio Abella, como el patrocinador, José Luis Herrero, «han actuado de buena fe», ha subrayado la alcaldesa.
Ambos lo han hecho «a título particular», ha insistido la concejala de Patrimonio Histórico, Turismo y Urbanismo, Claudia de Santos, en una nueva defensa a ultranza de la instalación del diabillo de la discordia. El escultor y el mecenas que va a sufragar de su bolsillo los gastos de la fundición y colocación de la pieza, «están desolados», lamenta la edil al analizar las críticas que ha cosechado la iniciativa. «Tienen la sensación de sufrir una injusticia», ha proseguido De Santos.
A pesar de la corriente que se opone a la colocación de la estatua del diabillo, que incluso ha llegado a los juzgados para pedir la suspensión cautelar de la instalación, el equipo de gobierno sigue firme en su voluntad de que la escultura presida el mirador de San Juan. Sin concretar la fecha, la alcaldesa y la concejala han comentado que la instalación tendrá lugar, como estaba previsto, cuando acaben las obras de la calle. Por lo tanto, puede ser inminente.
Mientras tanto, este jueves la junta de gobierno local ha aprobado el convenio de colaboración con el empresario José Luis Herrero, quien ha patrocinado con unos 8.000 euros la fundición de la escultura. De esta forma, queda completada la tramitación iniciada cuando se aceptó donación de la pieza realizada a la ciudad por José Antonio Abella. La obra «no pretende ser una sesuda y aburrida lección de historia, sino un guiño a la leyenda del Acueducto», inciden los responsables municipales.
Sin embargo, antes el Ayuntamiento tendrá que solventar la judicialización del asunto. La alcaldesa ha aseverado que el Consistorio se personará en los tribunales para rechazar la notificación de la solicitud de suspensión cautelar comunicada por el juzgado.
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