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Los partidos de la oposición municipal han recogido las críticas de hosteleros, comerciantes y vecinos al sistema de contenedores 'quita y pon' que el Ayuntamiento de Segovia implantó a finales de junio en cinco puntos del recinto amurallado (plazas del Potro y Platero Oquendo ... y calles Marqués del Arco, San Frutos y Herrería) con el fin de mejorar la estética y la salubridad de los entornos, muy transitados por los turistas. La mayoría de las quejas están relacionadas con los ruidos y las molestias que causan los camiones encargados de descargar los contenedores, las dificultades que los vecinos tienen para ajustarse a los horarios de recogida (desde las ocho de la tarde) y el aumento de la suciedad en las zonas afectadas, donde es frecuente ver bolsas de basura depositadas (sobre todo junto a los contenedores soterrados, ya precintados, que están a la espera de ser desmontados). Los hosteleros, por su parte, lamentan tener que almacenar los residuos orgánicos en sus establecimientos durante toda la jornada y consideran que no ha sido buena idea poner el sistema en marcha en pleno verano, cuando más actividad turística hay.
El concejal de Medio Ambiente, Ángel Galindo (IU), se defiende. Considera que el sistema está todavía en fase de prueba, «de evaluación», y dice que el Ayuntamiento de Segovia no descarta llevar a cabo los cambios que sean necesarios para lograr un correcto funcionamiento. Galindo asegura que los contenedores 'quita y pon' seguirán vigentes en los lugares elegidos porque cree en su eficacia y porque «no son pocos» los vecinos que valoran la medida, pues «mejora» la estética de las zonas. «El servicio 'quita y pon' está en fase de implantación y, por lo tanto, puede experimentar cambios, pero, por otro lado, nos enfrentamos al mal uso que se hace de la recogida. Y esta es una cuestión de civismo, porque una persona que deja una bolsa de basura a los pies de un contenedor está cometiendo un acto incívico. A veces hay cartones fuera del contenedor azul porque quien los ha tirado no se ha molestado en plegarlos e introducirlos correctamente. Estos casos se producen en toda la ciudad, con independencia de si existe o no el servicio 'quita y pon'», señala el concejal.
Sí reconoce Galindo que los contenedores soterrados ya sellados invitan en ocasiones a la confusión. «La gente baja la basura, ve que están sellados y deja las bolsas al lado. Lo hemos detectado, sobre todo, en la plaza Platero Oquendo. Pero esperamos que el problema desaparezca una vez retirados», señala. Esto sucederá próximamente con los soterrados de Platero Oquendo y de la plaza del Potro, en uno de los laterales del teatro Juan Bravo. En los otros puntos donde funciona el 'quita y pon', el servicio no está dando problemas, con independencia de que alguien deje abandonados los muebles viejos sin haber llamado previamente al servicio de recogida. «Esto ha sucedido en más de una ocasión, y hay fotos que se han difundido de manera intencionada para arremeter contra la organización del 'quita y pon', pero nada tiene que ver con ello porque se trata de otro acto incívico. Los vecinos deben saber que, a la hora de deshacerse de una mesa, un sofá o un frigorífico, deben llamar previamente al servicio de limpieza, para que los operarios pasen exclusivamente a recoger esos enseres», advierte el edil responsable de Medio Ambiente.
La oposición no veía con malos ojos la implantación del servicio 'quita y pon', pero los recelos en los distintos grupos políticos se han disparado a medida que han ido recogiendo críticas ciudadanas. El portavoz municipal del PP, Pablo Pérez Coronado, cree que es necesario replantearse el sistema. «Las quejas de hosteleros, comerciantes y vecinos demuestran que el 'quita y pon' no está funcionando correctamente. Nuestro grupo dio un margen al principio, porque entendemos que haya una fase de adaptación, pero se ha demostrado que no es un problema de uso, sino de la organización del sistema del propio servicio. El concejal de Medio Ambiente dice que son problemas puntuales, pero las molestias son diarias. La recogida funciona mal, hay un trasiego de camiones constante y se siguen viendo bolsas de basura tiradas delante de la Catedral, el teatro Juan Bravo o la Biblioteca. También son comprensibles las quejas de los hosteleros, que se ven obligados a mantener la basura en el interior muchas horas. No nos parece mal que se establezcan unos horarios, que haya un control, aunque medidas así deben consensuarse con vecinos, comerciantes y hosteleros. Ellos son los primeros interesados en que la ciudad ofrezca un buen aspecto», señala el portavoz del Partido Popular.
Ciudadanos también pide consenso. «Son ideas innovadoras que requieren una fase de adaptación lógica. No nos oponemos a ellas, pero pedimos que haya un consenso con vecinos, comerciantes y hosteleros, que son quienes las sufren. No criticamos el servicio como tal, sino el procedimiento que se ha seguido para implantarlo, de hechos consumados. Tampoco nos parece bien que se haya elegido el verano para ponerlo en marcha, en plena temporada alta», argumenta David García-Foj, viceportavoz de Ciudadanos.
Por su parte, Podemos-Equo duda de que los objetivos se estén cumpliendo y pide una revisión del sistema. «Si se pretendía mejorar la imagen de ciertos espacios patrimoniales, tenemos dudas de que se esté consiguiendo, a tenor de las imágenes que nos llegan. Nuestro grupo apuesta por un servicio más sostenible y eficaz que ponga las cosas fáciles a los vecinos y no tanto por una cuestión estética. Esperamos que la Concejalía de Medio Ambiente reaccione», añade el portavoz, Guillermo San Juan.
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