Segovia

El Ayuntamiento de El Espinar eleva a 6,2 millones los daños causados por la DANA

Han pasado exactamente cuatro semanas desde la angustiosa madrugada del 4 de septiembre, en la que permanecieron en vela los más de 10.000 vecinos de El Espinar. Una tormenta descargó casi 90 litros por metro cuadrado en apenas cuatro horas, según informó la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Las intensas precipitaciones provocaron el desbordamiento del arroyo del Boquerón, que en verano permanece totalmente seco, y el reventón de numerosas tuberías de la red de saneamiento. Estos incidentes anegaron centenares viviendas, multitud de inmuebles municipales y otras tantas calles, donde se pueden observar socavones perimetrados.

El alcalde espinariego, Javier Figueredo, aseguró este miércoles, víspera del aniversario, que el Consistorio todavía trabaja en la cuantificación de los daños causados por el temporal en los distintos núcleos poblacionales. «No veo el día de acabar», subrayó. Sin ninguna duda, los resultados han sido peores de lo que se había previsto en la primera mañana del suceso. «El problema es que esto no tiene fin, todos los días alguien viene a decirte que ha aparecido algo nuevo», lamentó.

Una de las principales preocupaciones entre los residentes de El Espinar es el hundimiento del firme en los localizados de algunas vías. Al principio, tan solo se conocieron dos amplios socavones en la calles Yecla y Arroyo Merlero. La gran tubería destinada a la canalización subterránea del arroyo no aguantó lo suficiente y el agua buscó su salida por arriba, fuera del asfalto. En la actualidad, se notifican desperfectos, de mayor o menor envergadura, en al menos otros cinco escenarios diferentes.

Las lluvias descargaron tantos litros que los colectores, conductos y arquetas no dieron abasto. Había tanta presión que el agua se abrió su propio cauce, fuera de las tuberías, aunque muchas de estas también quedaron taponadas por los escombros arrastrados. Esto provocó inundaciones arriba y también bajo el suelo, en diversos puntos de la red de saneamiento. La arena filtró las precipitaciones, se produjeron escorrentías y el suelo acabó cediendo. «De primeras no te das cuenta, pero según pasaban los coches, se iban hundiendo algunas calles, pues abajo no tenían firme», explicó Figueredo.

La calle Menacho, en el núcleo de San Rafael, «empezó con un agujerito». Unos días más tarde, la tierra se tragó varios metros de asfalto. Para prevenir posibles sustos en caso de que haya futuras riadas, el Ayuntamiento quiere acometer la reforma integral de todo el tramo. La misma solución se contempla para las calles Arroyo Merlero y Yecla, incluida la confluencia de esta última con la calle Rosa.

En esta ubicación, el arroyo no está soterrado en su totalidad, sino que se puede visitar una bóveda descubierta. «Era redonda y tenía un diámetro tan amplio que permitía la entrada de una persona de pies», declaró el encargado municipal de Obras. Ahora, dos tercios del túnel se encuentran tapados con arena, maleza y cieno. «No se puede meter maquinaria para limpiarlo, sería un peligro», afirmó el alcalde, que valora la renovación total de la canalización.

Otros de los boquetes que se abrieron tienen como escenarios la calle Marqués de Perales y el camino de las Barrancas, ambos en el núcleo espinariego. Para su arreglo se emplearán medios propios del Consistorio, lo que requiere una inversión municipal. Este esfuerzo económico también se trasladará a la limpieza de imbornales y a la reposición del mobiliario cercano al cauce descubierto del arroyo del Boquerón.

Del mismo modo, las aceras de la urbanización 'El Cabezuelo' están destrozadas, desde la arena y zahorra que las sostiene hasta sus losetas de pizarra. Las baldosas fueron encontradas en otros puntos del municipio tras ser arrastradas por el agua. Al ubicarse en una de las partes más altas del municipio, esta zona residencial sufrió la escorrentía procedente del monte, que logró derrumbar incluso el muro de piedra de una finca. «Los coches aparcados salían flotando para abajo; un vecino guardaba el alimento de sus caballos en cubos de plástico y estos aparecieron repartidos al día siguiente por todo el pueblo», puntualizó el regidor.

«Son muchas cosas... Y estoy casi seguro de que saldrán más», advirtió. Estas labores se suman a las de achique de agua y limpieza general, que se prolongaron durante una semana, y de recogida de enseres arruinados por las inundaciones, que se llevó a cabo casa por casa.

«Pedimos en un bando a los vecinos que sacasen todas los muebles estropeados a las calles y estuvimos casi 24 horas recogiéndolos para trasladarlos al punto limpio», relató. Este miércoles todavía quedaban restos de lo que fue, hace apenas tres semanas, una inmensa montaña de mesas, sillas, puertas y hasta electrodomésticos apilados. Algunos vecinos anotan pérdidas de miles de euros.

Hay rastros de barro, ramas rotas en las márgenes del arroyo y huellas de una catástrofe inaudita en la historia del municipio. El Consistorio prioriza la redacción de un proyecto que recoge todas las tareas necesarias, su valoración e importe, de cara a volver a la normalidad lo antes posible. El objetivo es licitar las obras cuanto antes, para que el proceso «no se dilate mucho en el tiempo». Eso sí, la adjudicatarias serán diferentes empresas con el propósito de que trabajen de forma simultánea y así recortar los plazos. «Espero que el año que viene ya esté todo hecho», confía Figueredo.

Las cuadrillas de brigadas forestales de la Diputación de Segovia han acometido el desbroce y poda de la vegetación dañada, a la vez que dos máquinas han arreglado ya varios caminos rurales. Según adelantó el regidor, la Junta de Castilla y León se ha comprometido a sufragar el 50% de los gastos que realice el Ayuntamiento con motivo de la reparación de los desperfectos.

Asimismo, los 140 empleados municipales revisan cada día el Boletín Oficial del Estado (BOE) para confirmar que definitivamente El Espinar es declarado como zona catastrófica, lo que supondría un alivio para las arcas públicas. Precisamente, se trata de un asunto que se coló en la misma sesión plenaria correspondiente al mes de octubre, celebrada este miércoles.

Figueredo señaló que la Subdelegación del Gobierno de Segovia emitió un informe para este cometido y «no tiene duda de que se declarará» el pueblo como zona catastrófica. La organización gubernamental no ha hecho declaraciones al respecto. La publicación de las listas de beneficiarios está prevista para el viernes. En cualquier caso, «no sabemos cómo se cobrarán ni los plazos que tendrán», concluyó.