El Ayuntamiento de Cuéllar y Somacyl estudian renovar la planta de biomasa

Como consecuencia de ello, es necesario plantear una nueva etapa en la planta de biomasa que ya ha comenzado, con la aprobación de una adenda al convenio que hasta el pasado 30 de septiembre mantenían el Consistorio y Somacyl. En esa fecha concluyó el acuerdo que regía la gestión, que se formalizó por diez años, en los que la empresa pública ha operado en la planta. El añadido tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2024, en lo que se ha denominado «un periodo de transición», que dará inicio a una nueva etapa en la red de calor de la villa.

Durante el próximo ejercicio, el convenio continuará tal y como en la actualidad, con un único cambio, que será económico, a través del cual el Ayuntamiento pasará de pagar a Somacyl los 320.338 euros anuales a los 368.389 que se abonarán a partir de enero. Así lo aseguró el alcalde Carlos Fraile, que concretó que la subida será de unos 48.000 euros anuales «ya que, obviamente, todo ha subido, y ha habido que incrementar especialmente el término fijo y un poco el término variable».

Una vez que concluya este periodo intermedio, Somacyl aboga por acometer una importante inversión, que se recoge ya en un proyecto valorado en 2,7 millones de euros. La actuación será financiada con fondos europeos y el Ayuntamiento podrá amortizarla en quince años, lo que supondrá pagar un fijo de 190.000 euros anuales a partir de 2025, cuando ahora se abonan aproximadamente 72.264 de ese término fijo. Esta partida pretende satisfacer la cuantía que se ejecutará, así como los gastos de personal y el mantenimiento preventivo necesario para operar en la planta.

Para ello, ambos organismos trabajarán codo con codo en los próximos meses. Por un lado, en la redacción y suscripción de un nuevo convenio, en el que se plantearán las obras a ejecutar. En ellas se incluyen el desmontaje de las calderas actuales y parte de la equipación, la ampliación del edificio existente, por lo que la modificación será visible también en el exterior; la instalación de bombas para la distribución del calor y la realización de una nueva instalación eléctrica en todo el edificio.

El Ayuntamiento ya investiga el modo de repercutir esa subida a los usuarios de la instalación. Fraile señaló que hay que realizar un análisis, tanto en el convenio que está firmado con las comunidades de vecinos como en el caso de los propietarios individuales, que en estos momentos no está reglado. Por ello, Intervención contempla ambos escenarios y la posible subida, que podría situarse en torno a un 15%.

La planta de biomasa de Cuéllar fue una instalación pionera en su momento, pero las tecnologías y las normativas han cambiado. El regidor recordó que se produce calor a través de biomasa, pero el control de las emisiones «no es todo lo deseable y podría hacerse mucho mejor», por lo que en la futura instalación se colocará un multiciclón y un electrofiltro en las calderas para la depuración de los humos. Así, se persigue cumplir los límites de las emisiones de las normativas actuales.

El futuro de la planta de biomasa depende de la realización de esta obra, pero también de la regulación del uso en las viviendas unifamiliares a través de un reglamento, inexistente hasta el momento. Además, Fraile manifestó que, una vez que esté construida la nueva planta, habrá que plantearse la modernización de la red.

El trabajo municipal futuro también estará dirigido a captar nuevos clientes. Uno de los nuevos usuarios podría ser la Junta, con el propósito de surtir el nuevo centro de salud, tal y como aseguró el alcalde. En la actualidad, la planta de biomasa atiende las necesidades energéticas del pabellón, el frontón cubierto, el centro cultural Santa Clara, la piscina climatizada y el colegio Santa Clara; además de cinco comunidades de vecinos, lo que supone casi 230 usuarios.