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El Ayuntamiento de Coca pretende retomar las conversaciones con la Junta de Castilla y León en un intento de resolver los problemas aún existentes de derrumbes en las laderas del río Eresma. En 2021 la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) acometió obras en uno de ... los taludes afectados que ponían en peligro la torre de San Nicolás. A día de hoy, el alcalde de la villa, Mariano Jesús Herrero, lamenta que el peligro de desprendimientos continúa y afecta incluso a otros edificios residenciales, especialmente tras los periodos de lluvia.
El regidor caucense tiene intención de volver a reunirse con la Junta para buscar soluciones a los deslizamientos de tierra que se producen desde hace casi ocho años en los márgenes del río Eresma, sobre todo en su lado izquierdo. Hace dos años, la CHD realizó una inversión de 339.000 euros por medio de un proyecto de restauración fluvial que rebajó la llanura de inundación de la orilla derecha, desde el puente grande hasta la desembocadura del Voltoya, para evitar la erosión en el lecho que afectaba especialmente a la torre de San Nicolás. Pero el temor e incertidumbre no acabó tras estas actuaciones.
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«Lo que se pretendía era evitar un mayor perjuicio, pero todavía falta que se trabaje en la otra parte de la ladera», indica el regidor. Para ello, el consistorio se comprometió a la compra de terrenos circundantes a la torre, medida que facilitaría los trabajos en el lugar. «Ya casi está hecho, ahora falta trasladarle de nuevo estas cuestiones a la Junta», manifiesta. Todo ello porque «sigue habiendo peligro» con motivo de los desprendimientos de arena, especialmente en época de precipitaciones.
Aunque hace años hubo numerosos encuentros entre la administración municipal y el Ejecutivo autonómico, cuyo tema principal a abordar era el problema de los taludes, a raíz de la pandemia «todo se quedó un poco parado», reconoce el alcalde. El propósito es estudiar posibles soluciones «aunque es un tema muy complicado», lamenta, a la vez que detalla que requiere una gran inversión a la que el Ayuntamiento no puede hacer frente de manera individual y con recursos propios.
La advertencia del peligro no solo se ha realizado sobre la torre de San Nicolás, sino también sobre viviendas e, incluso, en lo que respecta a la seguridad de las personas. Este es el principal motivo por el que el Centro Cultural Fonseca no puede albergar ninguna actividad. Hace más de una década, acogía la biblioteca, que luego se trasladó a un edificio más céntrico y con mayor eficiencia energética. En un principio, el inmueble público fue objeto de rehabilitaciones y obras de acondicionamiento, pero «no es un sitio óptimo para seguir invirtiendo», dice el regidor. «Hay una parte del edificio que corre bastante peligro; tiene batantes grietas y la ladera está a escasos metros de su situación», concluye Mariano Jesús Herrero.
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