De Ayllón al cielo con un bote como satélite

El próximo 23 de marzo veinte alumnos del IES Sierra de Ayllón viajarán hasta Herrera de Pisuerga (Palencia) para lanzar un bote al cielo. Suena singular, pero en realidad se trata de un trabajo que les ha ocupado semanas. El bote, que en realidad es un satélite, irá alojado en un cohete espacial junto con cuatro dispositivos más. Todos pertenecientes a distintos centros de Castilla y León que competirán por el mejor resultado tecnológico.

«Es un concurso que se hace nuevo este año. Es un proyecto de innovación docente promovido por la Oficina de Recursos Educativos de la Agencia Espacial Europea (ESERO). Es importante que el satélite tenga el tamaño de una lata de refresco», explica Daniel López Frutos. Es profesor de tecnología en el instituto segoviano y quien, junto con Marina Casado, profesora de pedagogía terapéutica, están capitaneando el proyecto. La Agencia Europea con sede en España está involucrada. Es la primera vez que se lo ofrecen a Castilla y León. En otras comunidades y en Europa es un proyecto consagrado.

En realidad, y como Daniel López recalca, ellos solo controlan que el prototipo vaya por el buen camino. El satélite al completo es obra de los alumnos durante las clases de tecnología. «Hemos estado gastando parte de la clase en el temario propio y la otra parte en conseguir que esto funcione. Yo no obligo a ninguno, el que quiere participar en menor medida le doy tareas del temario», asevera Daniel López. El proyecto será presentado en Palencia por seis alumnos, aunque en realidad todos están colaborando en la construcción.

«Si ganamos la competición regional, pasamos a la nacional y luego a la europea. Siempre con el mismo satélite», afirma el profesor del Sierra de Ayllón entusiasmado. Para que eso ocurra deberán cumplir con dos misiones científicas principales y en función a ellas así debe ser la construcción del artefacto. La Agencia Espacial lanzará un cohete que llegará entre los 600 metros y el kilómetro de altura. Después, los satélites caerán y para obtener cualquier medición, los alumnos han debido solventar el primer problema técnico. El diseño y construcción del mejor paracaídas. «Tardará unos 90 segundos en tocar el suelo como mucho. Dependerá del viento y de las inclemencias meteorológicas. La idea es que mientras baja, nosotros habremos montado en tierra una estación. Que es un ordenador y una antena que hemos construido. Tenemos que ir recabando información una vez por segundo», confirma Daniel López. En su interior el artefacto deberá de realizar dos labores. La primera es impuesta por ESERO, la segunda ha sido resultado de la genialidad de los alumnos: «La inicial se compone de datos genéricos que tenemos que recopilar. Altitud, presión y temperatura. Hemos instalado un módulo de radio. La antena va a poder recibir la señal de los datos a máxima altura».

El profesor de tecnología reconoce la dificultad utópica de la misión secundaria que han decidido resolver. Aun así, podría ofrecer cantidad de ventajas para deducir problemas meteorológicos actuales. «Vamos a hacer unas mediciones de probabilidad de nieve que hay en la zona. Ayllón está muy cerca de la montaña. Puede caer una nevada imprevisible. Nuestra idea es que, transportando los cálculos de presión, temperatura y humedad, podamos compararlo con datos de otras épocas. Así podríamos tratar de predecir si la probabilidad de nieve es mayor o menor», explica Daniel López y añade: «Todo esto es teórico. Para que esto fuera exacto habría que lanzarlo en Ayllón (el lanzamiento es en Palencia) y habría que hacerlo a lo mejor dos o tres veces al día para hacer mediciones en todas las franjas horarias».

El proyecto se está llevando a cabo con alumnos de la clase de cuarto que han presentado más dificultades para pasar los anteriores cursos de la ESO. Cuando les llegó la noticia sobre su presentación al concurso «se lo tomaron más en plan broma, pensaban que no era para tanto. Cuando ya habíamos hecho las pruebas de paracaídas en el silo, que es el edificio más alto que tenemos en el pueblo, empezaron a ver que las cosas iban en serio y empezaron a automotivarse más. Están centrados en acabarlo», asegura el profesor de tecnología.

En estas pruebas estuvo presente la alcaldesa del municipio, María Jesús Sanz. Para que el proyecto haya sido posible, los chicos necesitaban el patrocinio de una entidad que facilitara la compra de los materiales. Buscaron respuesta en el Ayuntamiento que los ha apoyado sin condiciones. «Tenemos que estar presentes en estas y otras iniciativas. Me gustaría que los alumnos pudieran participar no solamente en el temario, sino que hubiera más proyectos. Creo que eso les ayuda», opina María Jesús Sanz contenta por el trabajo de los alumnos. La misma idea comparte el profesorado. Es la reivindicación a la que se suma Daniel López: «La educación es muy teórica, en el momento que hacemos cosas más prácticas como esta pues a los alumnos les gusta más. Pero tenemos poco tiempo para hacerlas. Hay un temario muy amplio y muy pocas horas. Encima con la nueva ley nos quitan tiempo».

El profesor del IES de Ayllón reconoce sentirse frustrado ante ello, aun así, día tras día lucha por el futuro de sus alumnos. «Yo sé que de aquí ninguno va a querer ser ingeniero aeroespacial, pero cuando acaben este curso espero que se vayan a algún ciclo. Me gustaría que siguieran estudiando, espero que este proyecto les llame la atención para seguir haciendo algo», confirma motivado Daniel López, que ha peleado para que todos vayan al despegue: «Aunque solo lo presentan seis creo que es importante que lo vean los 20. El lanzamiento de un cohete es lo más bonito. Es una oportunidad que seguramente no volverán a ver más, pero ni ellos ni yo», afirma.

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