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El vehículo de la empresa que presta el servicio de traslados en ambulancia de pacientes de Segovia a Valladolid comenzó la ruta muy pronto este martes. A las 6:30 recogió a dos usuarios en La Granja de San Ildefonso, a otros cuatro después ... en Segovia y, camino de los hospitales vallisoletanos, a otro en la localidad segoviana de Mozoncillo. Pero ya en La Granja la ambulancia tenía «unos ruidos extraños» que alarmaron a la conductora, quien llamó a la empresa, Centro de Ambulancias Arturo SA, para ver qué hacía. Le ordenaron continuar el viaje, relató un paciente. Superada la mitad del recorrido, la ambulancia se paró. Los viajeros, que se desplazan a Valladolid para recibir diversos tratamientos, ya habían notado que había gases en el habitáculo, y al detenerse en mitad de la autovía de Pinares, lo que notaron fue la temperatura gélida del exterior, pues el frío se colaba por las rendijas de las puertas.
Las quejas de algunos usuarios aparecieron en las redes sociales. La ambulancia se paró hacia las 9:10, cuando ya habían pasado Cuéllar y la salida de la autovía a Viloria del Henar. Según su versión, estuvieron 45 minutos a la espera de que les recogiera otra ambulancia procedente del Hospital Río Hortega. Cubiertos con mantas para soportar el intenso frío, bajo cero en medio del páramo de la meseta y con un viento que acrecentaba la sensación. Estaban helados, y agradecían el «calor» de la conductora, «profesional y encantadora», pues subrayan que todos los empleados de la empresa, los conductores que les llevan todos los días, realizan un trabajo excepcional.
La ambulancia de rescate llegó al lugar de la autovía donde se detuvo la primera antes de las 10, recogió a los usuarios y les trasladó ya sin más incidentes a los centros sanitarios de Valladolid donde reciben sus respectivos tratamientos; por la tarde, regresaron con normalidad a sus domicilios de Segovia, bastantes horas después de que emprendieran el primer viaje. Pero en el camino ha quedado algo más que el malestar y el frío.
El delegado del sindicato CGT en la empresa subrayó a raíz del incidente que «los vehículos que están realizando los servicios no deberían de hacerlo». Recalca que «el pliego de condiciones deja muy claro, que no pueden superar los 400.000 kilómetros, y estos casi doblan esa cifra, la empresa lo sabe y el Sacyl también». El representante de CGT indica que «el Sacyl ha abierto un expediente a la empresa, pero como responsable del servicio que es, parece cómplice», añade que los trabajadores «venimos denunciando éste incumplimiento, tanto a la empresa como a al Sacyl», y concluye que esta forma de prestar el servicio «es intolerable».
El delegado territorial de la Junta, José Mazarías, confirmó que la avería se produjo a las 9:13, pero precisó que «a las 9:46 llegó otro vehículo para recoger a los seis pacientes y un acompañante», que prosiguieron luego el viaje a Valladolid. Según dijo, «nadie había transmitido a la empresa la noticia de que el vehículo había salido averiado», además de que esta ambulancia tiene pasada la ITV y está en orden. «La empresa tiene el compromiso con Sacyl de cambiar las ambulancias cada diez años y esta, que tiene seis años y medio, se cambiará el año próximo», agregó el delegado.
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