Octubre es el mes donde el frío da sus primeros coletazos y las temperaturas, en la provincia, son extremas, ya sea en referencia al verano o al invierno. Los segovianos son conscientes de ello, por lo que no es de extrañar que la búsqueda del ... mejor método para calentar sus hogares se haya disparado en las últimas semanas. Sin embargo, esta no es una temporada normal. La crisis energética ha provocado que muchos hayan decidido apostar por las estufas de pélet o leña para controlar el gasto, hasta duplicarse su demanda en comparación con el año pasado. A ello se une el temor a la escasez de estos productos, lo que ha llevado a muchas personas a anticiparse en la compra de materiales combustibles para toda la temporada.
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Las calefacciones convencionales basadas en el gas y el gasóleo han dejado de ser opciones atractivas para la población. En algunos casos, el precio mensual en la factura de estos combustibles se ha triplicado. El coste del gasóleo para calefacción sigue en aumento y, aunque a partir de este mes el IVA del gas ha descendido del 21% al 5%, los consumidores prefieren recortar gastos cuanto antes.
El propósito no solo es reducir los costes, sino también controlarlos. De ahí que el pélet y la leña sean ahora los productos que han anotado una demanda «absolutamente desorbitada». Así lo reconocen diferentes empresas distribuidoras de estos materiales en la provincia de Segovia, pero también vendedores de estufas o chimeneas, que incluso en plena ola de calor, durante el verano, han recibido solicitudes de presupuestos sobre diferentes instalaciones en aras de conseguir un mayor ahorro.
El invierno está a la vuelta de la esquina. «Cuando bajan las temperaturas es normal que se incrementen las ventas, pero este año la gente está siendo más precavida», asegura María José Tapia, CEO de Naturpellet, empresa dedicada a la elaboración de combustibles de madera ubicada en Sanchonuño. Si bien es cierto que el otoño pasado registraron ya un notable incremento de las ventas por la subida del precio del gas y los rumores sobre un gran apagón eléctrico, Tapia reconoce que los meses de verano y de comienzo del otoño han sido «bastante intensos». De hecho, afirma que ya hay muchas personas que en este tiempo han realizado grandes compras para aprovisionarse y asegurar el calor en sus hogares durante todo el año.
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«Durante 2021 se fue repartiendo más la demanda en vez de tener una época potente», añade la CEO de Naturpellet. Cuando habitualmente se vendían entre 800 y 1.000 paléts por mes, en el presente ejercicio se han llegado a superar los 5.000. De ahí que haya sido necesaria aumentar la producción un 50%, hasta las 60.000 toneladas, con lo que se espera dar una respuesta total a la demanda a nivel provincial, nacional e incluso europeo.
De modo parecido, el comerciante José Luis Martín, de Chimeneas Martín Muñoz, remarca que la afluencia de clientes que está recibiendo para la compra de estufas es «muy importante, más que en una etapa normal». En sus más de 30 años de trayectoria, considera que es uno de los periodos en los que más solicitudes está atendiendo. «La gente viene a preguntar por instalaciones de estufas que quieren hacer de forma inmediata para reducir cuanto antes la dependencia de la calefacción convencional», remarca Martín.
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Desde este establecimiento comercial ubicado en la capital segoviana consideran que la alternativa principal que los consumidores buscan para evitar el consumo excesivo de gas y gasóleo es fundamentalmente el pélet, ya que «es más cómodo y más fácil de almacenar que la leña». Todo ello a pesar de que las estufas basadas en este derivado de la madera generalmente tienen un mayor precio. No obstante, al necesitar una salida de humos, hay hogares donde no es posible instalar este tipo de estufas. Por ejemplo, «en bloques de viviendas es muy complicado, mientras que en la mayoría de los chalets sí se puede», detalla Martín.
Controlar el gasto
El pélet comenzó a ser una alternativa popular en el medio rural de la provincia hace varios años. Algunas personas que estaban descontentas con el gasto de gasóleo y no tenían opción de gas compraron estufas de pélet o las combinaron con las chimeneas que tenían de leña. Esta última era una opción minoritaria. Hasta ahora, cuando en Segovia la venta de leña ha crecido exponencialmente. Roberto Sansegundo, gerente de Leñas Ricosan, fábrica maderera con sede en El Espinar y Majadahonda, sitúa el aumento de las ventas en más de un 80%. Todo ello sin haber llegado los meses más crudos del invierno, como son diciembre o enero.
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«Hemos pasado de no vender apenas nada en la provincia Segovia a duplicarse el trabajo», destaca Sansegundo. Antes, un mes considerado «bueno» era el que anotaba la venta de aproximadamente 500 toneladas de leña. «Ahora lo normal es despachar más de mil», hace hincapié. La explicación que otorgan desde la distribuidora de madera a este aumento es que con la leña «se controla mucho más el gasto».
Por el momento, este material es un combustible más económico que no provoca sorpresas en la factura a final de mes. «Volvemos a lo antiguo, a lo que no se ha querido antes», declara el gerente de la empresa espinariega. Del mismo modo que con el pélet, se ha adelantado varios meses el comienzo habitual de la venta de la leña. Habitualmente empezaba en octubre, ya que la dificultad de almacenarla implicaba la necesidad de un gasto inmediato. Pero en esta ocasión, agosto ha sido un mes en el que se han registrado cientos de pedidos. «Ha sido una locura, esto no es normal», considera Sansegundo.
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Castilla y León es una de las regiones forestales más importantes de Europa. Nadie puede negarlo. En Segovia, la zona de la sierra es una de las más destacadas en la venta de leña en todo el país. Durante estos últimos meses ha habido un trabajo constante por parte de particulares o empresas para el aprovisionamiento de madera. Ejemplo de ello es Trabajos Forestales Feber, sociedad ubicada en Valsaín, donde aseguran que ahora reciben encargos de todos los lados de España y no solo de Segovia, como era lo habitual.
Según defienden, al contrario que otros productos, el precio de la leña se ha mantenido estable al venderse en lotes recogidos en años anteriores. Una cuestión que supone un problema para muchas pequeñas leñeras. Al venderse más cantidad pero a un precio bajo, es difícil repercutir los actuales costes de producción. La demanda está completamente «disparada», insisten, lo que puede conllevar a algunos empresarios con negocios de menores dimensiones a quedarse sin existencias.
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