La avalancha de visitantes obliga a restringir horarios y espacios en Los Asientos y la Boca del Asno en Valsaín

«No ha quedado más remedio que actuar, y llegará un momento en que habrá que empezar a multar si la gente sigue con determinadas conductas, bañándose en el río Eresma, por ejemplo, que está terminante prohibido en toda el área de los Montes de Valsaín, salvo en dos puntos muy concretos. El objetivo es evitar aglomeraciones y garantizar las medidas que exige la lucha contra la pandemia», apunta Javier Donés, director del Centro Montes y Aserradero de Valsaín, perteneciente al Organismo Autónomo Parques Nacionales.

Desde finales de junio, la afluencia de visitantes a los espacios de recreo de los Montes de Valsaín es masiva, especialmente los fines de semana. La presión que esta circunstancia está ejerciendo sobre el paisaje es sencillamente insoportable. Ni Los Asientos ni la Boca del Asno son lugares acondicionados para acoger a más de mil personas, cifra que se ha rebasado con creces, tal y como indican los contadores de personas instalados en los accesos a las áreas. «En los aparcamientos solo dejamos aparcar 75 vehículos, pero la gente aparca en otros lugares y va andando por la carretera. Este es otro de los problemas, que se aparca en cualquier sitio, incluso en los accesos al monte reservados para los medios contra los incendios y delante de una 'hermosa' señal de prohibido aparcar. Estos visitantes resuelven su ansia de espacio de cualquier manera y no reparan en que hay otras necesidades de urgencia o emergencia. Esto lo hemos resuelto, en cierta medida, colocando troncos en esos accesos», explica Donés.

Entre las medidas adoptadas, vigentes hasta el 15 de septiembre, también figura el cierre del aparcamiento oeste de la zona recreativa de Robledo; la reducción de la capacidad del aparcamiento de Los Asientos en días laborables y el control en los accesos a esta área los fines de semana y los días festivos, con un aforo limitado a tres autobuses y 75 plazas para vehículos, y la reducción de la capacidad del aparcamiento de la Boca del Asno en días laborables y el control en los accesos, con un aforo limitado a las 75 plazas. Además, en estos aparcamientos solo se permite la estancia de vehículos entre las 7:30 y las 22:30 horas, por lo que queda prohibido que furgonetas y caravanas pasen allí la noche. «Desde el primer momento notamos el aumento del turismo de autocaravana, de manera que los aparcamientos de Los Asientos y la Boca del Asno empezaron a utilizarse como cámpines, y estas áreas de recreo no están preparadas para esa función. Como el plan gestor del Parque nos permitía regular el horario, decidimos acotarlo para evitar que se conviertan en lugares de acampada. En una sola noche llegaron a juntarse 40 caravanas y furgonetas en el aparcamiento de Los Asientos. Buscando una estancia más segura para el visitante, también hemos limitado a 75 las plazas del aparcamiento», dice el director del Centro Montes y Aserradero de Valsaín.

Javier Donés recuerda con horror el primer fin de semana tras el estado de alarma. La gente salió de Madrid despavorida y lo llenó todo. «Problemas está habiendo todos el fines de semana. Se aparca en cualquier sitio y la Guardia Civil está poniendo multas, pero les debe compensar pagarlas. No obstante, lo del primer fin de semana fue terrible, una locura. Hubo casos de falta de respeto a los vigilantes que controlan los accesos, insultos, amenazas... Era un ansia colectiva por salir, pero una cosa es tener ganas de salir al campo y otra muy distinta determinados comportamientos, porque las personas merecen un respeto. La mayoría es gente civilizada, pero hay excepciones», señala Donés.

El Ayuntamiento del Real Sitio de San Ildefonso ha habilitado distintas zonas de estacionamiento junto a los cascos urbanos de La Granja, Valsaín y La Pradera de Navalhorno, desde los que se pueden iniciar múltiples rutas y excursiones, así como acceder a las diferentes áreas recreativas de los Montes de Valsaín. «Hay muchos lugares para dejar el coche bien aparcado. La gente tiene que ser responsable, en primer lugar porque debemos guardar unas normas para evitar la propagación del virus, pero también por respeto a la naturaleza», advierte Javier Donés.